Decrecimiento o ruptura

Carta Semanal 940 en catalán

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Reproducimos en esta Carta semanal un artículo aparecido en Informations Ouvrières, periódico del Partido Obrero Independiente de Francia

«El decrecimiento tiene 20 años» escribe Serge Latouche, principal impulsor y representante del movimiento que tomó forma en Francia en 2003, extendiéndose luego por Europa y por el mundo. En un artículo reciente publicado por el Observatorio del Poscrecimiento y del Decrecimiento (OPCD) en el sitio web de la Universidad de Clermont-Auvergne, hace el balance de esos 20 últimos años: «hay que reconocer claramente que, más allá de la agitación en los medios, de los grupúsculos militantes y de las redes de investigadores académicos, cuesta que se imponga el surgimiento del gran relato de emancipación basado en la alternativa decreciente». Es lo menos que se pueda decir…

¿Qué es el decrecimiento? Sigue leyendo

El combate por los derechos, contra la economía de guerra, exige dar pasos en la organización

Carta Semanal 939 en catalán

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En esta línea, la IV Internacional abre la discusión de su X Congreso, con textos publicados en La Verdad nº 112.  Os invitamos a su presentación por video conferencia el día 18 de mayo

El pasado 3 de mayo, el comisario de Mercado Interior de la Unión Europea, Thierry Breton, en rueda de prensa en Bruselas, declaraba que “es necesario impulsar la base industrial para cambiar el paradigma y que la industria de la Defensa pase a un modo de economía de guerra”.

Breton lamentaba que la industria europea tenga una capacidad de producción diseñada para tiempos de paz, y pedía usar todos los recursos posibles para financiar al sector de la Defensa “en un tiempo de guerra en Europa”. “Todos tenemos que participar en este esfuerzo”. E insistía en que “en materia de defensa, nuestras industrias deben pasar al modo de economía de guerra”.

Con esa argumentación, Breton presentaba una decisión de la UE, de decretar una exención reglamentaria “temporal y excepcional”, para poder conceder permisos de actividad de forma más rápida o aumentar los turnos de trabajo en las fábricas destinadas a la producción de armamento. “Debemos revitalizar nuestra industria y adaptarla a las necesidades de un conflicto de alta intensidad”. La UE permitirá que se utilice dinero de los fondos de cohesión o de otras ayudas europeas para este fin. Sigue leyendo

Encuentro estatal promovido por el CATP: Alto a la Guerra, por la auditoría de la Seguridad Social y la defensa de la sanidad pública

Carta Semanal 938 en catalán

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El 6 de mayo cien delegados de Álava, Ávila, Barcelona, Granada, Madrid, Toledo, Valencia, Vizcaya, se reunieron en Madrid, en el salón de actos de la Fundación de los Abogados de CCOO asesinados por el franquismo. La reunión fue presidida y presentada por Roberto Tornamira, portavoz del CATP. Hubo intervenciones telemáticas de Canarias y de Tarragona.

¿Como en Francia?

François Livartowski, sindicalista de CGT en los servicios públicos, responde a esa pregunta. Es un movimiento social por completo atípico contra la reforma de las pensiones que quiere el gobierno Macron, que impone dos años más de trabajo al conjunto de los asalariados franceses y suprime los regímenes de pensiones especiales y de alto nivel del que se benefician varias profesiones, especialmente en el sector de la energía, los ferroviarios…

Es el mayor movimiento social en Francia en decenios, quizás desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, por su duración y por la participación popular en las manifestaciones, las más numerosas en nuestro país en los últimos 60 años. Ha habido huelgas muy potentes en numerosos sectores (en todo el mundo se ha visto el resultado de la huelga de los basureros en París, en las refinerías, en los puertos, las centrales nucleares, y en numerosas administraciones, empresas, fábricas).

El movimiento es también atípico porque el empuje de la base ha impuesto una unidad sindical completa, sin precedentes, sobre una reivindicación común. Desde comienzos de año vemos radicalizarse contra todo pronóstico a los militantes de las centrales más reformistas, aun de las más integradas en los engranajes del Estado. En este periodo ha tenido lugar el congreso de la CGT, en el que yo era delegado. Hecho sin precedentes, el informe de gestión de la dirección saliente ha sido rechazado, reprochándose sobre todo el secretario general saliente, Philippe Martinez, el hecho de haber apoyado una vergonzosa demanda de mediación con el Gobierno cuando acababa de abrirse el congreso y toda la organización se situaba en la línea de la movilización hasta la retirada de la reforma de las pensiones. Este congreso que ha acabado con el núcleo dirigente y sus compromisos con el poder ha estado marcado por una gran exigencia democrática y por un movimiento de los delegados para recuperar su organización sindical.

Sin embargo, si bien las centrales sindicales se han mantenido unidas en la reivindicación de retirada de la reforma –realmente no tenían elección- en ningún momento han llamado a bloquear el país, mediante la huelga indefinida. Pero todas las jornadas nacionales han tenido un seguimiento considerable en cientos de ciudades, en pueblos, en lugares donde jamás ha habido manifestaciones, y en esas jornadas ha habido en todas partes multitud de iniciativas, bloqueos, concentraciones, marchas…

La Constitución francesa otorga plenos poderes al presidente de la República para aprobar leyes sin en voto del Parlamento. Pero la utilización el 7 de marzo del artículo 49.3 por Macron para hacer pasar su ley provocó una nueva oleada de indignación y ese movimiento social se ha ido transformando en movimiento de rechazo del sistema, de las propias instituciones, con la comprensión ca- da vez más generalizada de que lo legal no necesariamente es legítimo. Asistimos a la fusión de un movimiento reivindicativo, sindical, con un movimiento ciudadano, político, muy profundo, que se sitúa en la continuidad de los Chalecos Amarillos y del rechazo del sistema materializado en las elecciones presidenciales de abril de 2022 mediante el voto a Jean Luc Mélenchon.

La última jornada de manifestación era el 1 de mayo, y fue también el mayor 1 de mayo de nuestra historia reciente, un 1 de mayo antiMacron. Desde hace varias semanas, los ministros, los diputados y el propio Macron son recibidos con caceroladas allá donde van y esto no se ha terminado.

Se da asimismo una radicalización del poder con una deriva de seguridad muy violenta y el recurso sistemático del Estado a la violencia policial, especialmente contra los jóvenes, con detenciones masivas en las manifestaciones, provocaciones policiales, intentos de prohibir las concentraciones.

Si bien las huelgas casi han terminado en el momento en que os hablo –los huelguistas prefieren hablar de aplazamiento- no hay sentimiento de derrota. Para evitar una situación similar, el Gobierno alemán ha decidido responder a las reivindicaciones salariales de los funcionarios alemanes con su sindicato VERDI, concediéndoles un 15 % de aumento. Todos los Gobiernos tienen miedo de lo que sucede en Francia.

La clase obrera francesa ha sabido hasta ahora desmontar todas las divisiones e imponer la continuidad del movimiento. Esta movilización popular masiva contra el poder autoritario de Macron, contra las instituciones antidemocráticas, no ha terminado. Los militantes lucha de clases en sus sindicatos siguen convocando asambleas generales y planteando la cuestión del bloqueo del país mediante la huelga, para hacer recular a Macron, que además de las pensiones, ataca el conjunto de las conquistas de la clase obrera francesa.

Macron que ha metido a Francia en la economía de guerra dedicándole un presupuesto de 413.000 millones de euros de aquí a 2030, emprende al mismo tiempo una verdadera guerra social contra la clase obrera francesa, contra los servicios públicos. Macron ha intentado instaurar una unión sagrada para apoyar su compromiso con la guerra de la OTAN en Europa pero no lo ha conseguido. Macron nos declara la guerra, ¡no va a ganarla!

¡Parad la guerra!

Juan Uriondo, miembro de la Comisión Permanente Federal de Izquierda Socialista interviene como portavoz del equipo de coordinación de la campaña para parar la guerra. Representa a los más de novecientos firmantes del Manifiesto. A todos los que se han reunido en decenas de ciudades para extender la campaña, con participación de representantes políticos y electos, a título individual. Para el conjunto del movimiento obrero y democrático, ante todo, sin ninguna condición previa, hay que parar la guerra.

Haciéndose eco de ello, las declaraciones de los delegados abordan la lucha contra la guerra desde todos los ángulos. Partiendo de la defensa de las pensiones, de la Seguridad Social, llega a la conclusión: «aumentar el presupuesto militar es desmantelar los presupuestos sociales. Nos amenaza una ofensiva a todos los niveles. Así pues, la lucha contra la guerra es la lucha por las reivindicaciones».

La defensa de la sanidad pública

Blas Ortega dice que las movilizaciones para defenderla recorren el país. Los recortes, las reestructuraciones llevan a un desmantelamiento insoportable para los profesionales y para el pueblo. Es el resultado de una política de 25 años de todos los Gobiernos.

Nos dicen que «hemos gastado demasiado, no hay dinero para la sanidad: el capital quiere los 90 000 millones para sus negocios, desvía miles de millones para la guerra.

En Madrid, por dos veces se ha manifestado la población por cientos de miles, incluso un millón, por un presupuesto público de urgencia para la sanidad pública (no para las privadas), mejora de salarios y condiciones laborales, evitando la fuga de profesionales, apertura de centros, recuperar los hospitales privatizados. Pero el Gobierno deja esto en manos de las autonomías, sin apenas financiación y sometidas a los planes de estabilidad. Ningún Gobierno puede ignorar sus responsabilidades.

La disposición de los profesionales y trabajadores nada tiene que ver con la de los dirigentes.

Hay manifestaciones por todas partes. Las de Madrid las han organizado asociaciones de vecinos, de barrios. Los dirigentes políticos y sindicales participan en ellas pero se niegan a utilizar su fuerza para unificar la movilización, como exigimos los afiliados. Hemos realizado dos encuentros, editado dos boletines, pero esto no basta.

Os propongo ampliar este grupo vinculado al CATP, multiplicar las informaciones, las iniciativas, y las reuniones aprovechando las del CATP.

La defensa de las pensiones es la exigencia de la auditoría

Tomaron la palabra a continuación las compañeras María José García Lucas e Iris Mateos en nombre del colectivo Sindicalistas por la Auditoría. En su exposición recordaron cómo el Congreso aprobó la ley sobre la auditoría como resultado de una larga y sostenida lucha, principalmente de los colectivos de jubilados. Y cómo esa ley no se ha aplicado y no parece que se vaya a aplicar si no se continúa el combate en la calle. Es imprescindible, dicen, no solo por la necesidad obvia de recuperar lo que nos ha sido sustraído, sino para acabar con la falacia repetida mil veces de la supuesta inviabilidad de la Seguridad Social. Plantearon las compañeras la necesidad de seguir recogiendo firmas para que se aplique la ley, apelar a los parlamentarios que votaron favorablemente a que insten al Congreso a cumplir con lo que el propio Congreso votó y exigir a los sindicatos que asuman toda su responsabilidad en esta lucha.
Tras años de lucha, las plataformas de pensionistas son una componente esencial del combate obrero.

Juan Miguel Fernández, de Coespe, indica que la responsabilidad del Gobierno incluye un conjunto de medidas que desmantelan el sistema de pensiones.

Una conquista esencial, a partir de la movilizaciones, ha sido la ley que confirma que la pensión de jubilación alcanzará siempre el 89 % del salario, lo que estaba amenazado. La acción del diputado Jordi Salvador para agrupar y hacer frente a la presiones del establishment de la sanidad. Hablará más adelante.

El banco quiere ese dinero. En las instituciones, responsables del PSOE, PCE, Podemos han capitulado. Es la continuidad del pacto de la Transición para mantener las costumbres del franquismo. Frente a esta presión, los pensionistas exigimos desde hace 4 años una auditoría pública sobre el desfalco de la caja de la Seguridad Social. Se ha ganado una ley por la auditoría, pero el Gobierno no la cumple.

Seguimos reclamando cada derecho amenazado.

Por todos los derechos de los jóvenes

La clase trabajadora y los jóvenes sienten una realidad de miseria con la guerra que este Gobierno nos impone plegándose al Gobierno de los Estados Unidos y a la OTAN, en estos momentos de guerra contra los pueblos, los trabajadores, no solo en Ucrania o en Rusia sino en toda Europa. No tengo otro deseo que reunirme con nuestros militantes de lucha, sobre todo jóvenes, en la Internacional.

Me llamo Víctor Iniesta, pertenezco al Comité Nacional por la Pública, trabajamos en la universidad contra la nueva ley de universidades impuesta por este Gobierno, que se supone el más progresista de la historia y que, sin embargo, nos impone una ley que es continuidad de la de Aznar. Se sigue privatizando las universidades, hay que pagar miles de euros para acceder a ellas, siguen dejan a miles y miles de jóvenes trabajadores fuera de la enseñanza superior, siguen entregando a los bancos, a la multinacionales el dinero que pertenece a todos y todas, a los trabajadores que se matan trabajando para pagar los servicios públicos. Y nos meten en la guerra. Nosotros no solo decimos que la universidad es decadente, que están destruyéndola, sino que están destruyendo el futuro del país, de nuestro país. La clase trabajadora ante la guerra se expresa en la guerra social que se impone a todos los pueblos de Europa, y aquí en España descubrimos que, de la noche a la mañana, el presupuesto militar aumenta en miles de millones, cuando tres años después de la pandemia no han sido capaces de resolver toda la crisis y los recortes. Conozco a camaradas de un centro hospitalario que no pueden ni siquiera hacer huelga porque no hay ni siquiera personal para cubrir el 30 % de servicios mínimos.

Los jóvenes estamos en una enorme precariedad porque liquidan la industria, en la que podíamos participar, encontrar una ocupación, pero ahora solo nos queda el sector terciario, más dividido que nunca, peor pagado que nunca, porque se ha pasado de un 40 % a un 15 %.  Servir a los turistas, ese es el trabajo que nos proponen. Y con la guerra, la destrucción es aún mayor. Con las reformas de las leyes laborales, se cierran fábricas para pagar menos impuestos y menos salarios. Deslocalizan para pagar menos.

De modo que, tras 4 años de legislatura, no es que las cosas no cambien, es que empeoran.

¿Tenemos que aceptar el cuento de que vienen los fascistas y será aún peor? Pero ya es malo. Con el Gobierno de izquierdas estamos mal. ¿Qué alternativa puede tener la clase obrera para defender nuestros intereses?

No tenemos que aceptar que la reforma de las leyes laborales es buena para todo el mundo. No, si es buena para el patrón, es mala para los trabajadores.

Estamos aquí para que el CATP nos ayude a combatir por un instrumento político que defienda nuestros intereses.

Ademas los jovenes vivimos el agravante de la represión. Un joven pasa ante una manifestación y le cae una condena de 6 años de prisión, puesto que la palabra de dos agentes de policía tiene más valor que todas las pruebas que puedas presentar en sentido contrario. Es el sistema de la opresión.

Así pues, hay que tomar el mismo rumbo que Francia. El pensionista, el trabajador, el joven, todos unidos contra el régimen del capital, que hoy es el régimen monárquico.

El combate en los sindicatos

Pablo García, responsable sindical en John Deere.
En mi fabrica hemos vivido el conflicto siguiente: el año pasado un preacuerdo de una parte de los sindicatos con el patrón fue rechazado por la mayoría. Hemos conseguido que durante 6 años el salario aumentará según el aumento real del coste de la vida más un 1 % (dejando de lado otros conceptos). Al mismo tiempo, el patrón ha abandonado la pretensión de despedir a los trabajadores que han sufrido un tratamiento médico. Seguirán asalariados pero en un puesto adaptado a sus condiciones presentes.

Tuvimos la suerte de que el Presidente del Gobierno visitó ayer la fábrica con un séquito de 120 colaboradores. Tuvimos ocasión de transmitirle reivindicaciones de los trabajadores.

Por un lado, el año pasado decretaron tener aún un año de jubilacion anticipada. Las ventajas son importantes. ¿Es posible tener un nuevo decreto ley para este año ? Es una mejora de la edad real de jubilación.

También le propusimos que sostenga las propuestas de Lula sobre la guerra de Ucrania. Otro sindicalista, entre otros, exige que se preste atención a estos problemas: ¿Quién representa la Seguridad Social de reparto? En los hechos, no es fácil decirlo. Por ello hay que insistir en la necesidad de una nueva representación de los trabajadores y de los pueblos.
Por lo demás, hay que prestar atención a un aspecto de la experiencia francesa. Los compañeros de Francia están llegando a la siguiente conclusión : mientras sigan ahí las instituciones de la V República, no hay sitio para nuestras reivindicaciones más urgentes.

Y en España hay una incompatibilidad entre las reivindicaciones y derechos que están sobre la mesa, por un lado, y por otro la Monarquía instaurada por la dictadura, que garantiza que se sigan negando los derechos de los trabajadores y de los pueblos.

Propuestas del compañero Angel Tubau (Información Obrera)
Me parece imprescindible dar continuidad a este Encuentro, con las campañas que se han propuesto, particularmente la campaña contra la guerra, porque permite relacionar el conjunto de las medidas que toma el Gobierno sometido al capital financiero.
A lo largo de la reunión hay un debate que en cierta medida está abierto y debemos continuar. Como es lógico, hay diferentes salidas, diferentes apreciaciones de cómo combatir por el instrumento político que pueda unificar a la clase obrera.
El compañero Jordi Salvador (cuya aportación publicaremos la próxima semana) ha hecho una aportación muy autocrítica de porqué ha fracasado el republicanismo catalán, por su unilateralidad, por no buscar la alianza con los trabajadores de todo el Estado. Que, en última instancia, son la fuerza social que puede abrir una salida democrática a este país.

Entonces, hay que avanzar en este debate, impulsar una solución. Los trabajadores y los pueblos, se relacionan en primer lugar porque tienen un enemigo común, el régimen monárquico subsidiario del imperialismo de la OTAN, y compromete a todos los gobiernos, sean de derechas o de izquierdas: Todos los gobiernos que están en el dispositivo monárquico harán la misma política, con más o menos acompañamiento social.

El problema se concentra en esto: cómo romper con esta política.

Y François lo ha explicado muy bien. El Congreso de la CGT ha tenido que expulsar a una dirección que buscaba el acuerdo con el Gobierno. La contradicción en que están las confederaciones sindicales es que por un lado tienen la masa de los militantes y por otro tienen la presión del régimen.

El acuerdo por la negociación que se acaba de firmar en España busca impedir una explosión social y promete una paz social hasta el 2025.

¿Cuál es la diferencia ahora entre España o Francia y Alemania?. El compañero Frank explica el intento de agrupar en Alemania una gran fuerza, sobre todo contra la guerra, levantar un instrumento independiente del Gobierno y del imperialismo de Alemania en la conferencia que se realiza hoy en Hanoberg. No sé si lo van a conseguir. Sería importante para todos porque las formas son distintas pero es por ahí por donde hay que avanzar.

Debemos huir de dos cosas:

Creer que el CATP se va a proclamar como alternativa, nosotros y alguno más.

O esperar que se haga espontáneamente, como si tuviéramos un movimiento político como el de Mélenchon.

¿Vamos a combatir para ayudar que se constituya un movimiento así? Veamos, todo el mundo habla de unidad. Mélenchon plantea la cuestión de la unidad en torno a una política de ruptura con el sistema. No se puede avanzar en construir una nueva representación política si no es con la ruptura, con la ruptura con el regimen, con el sistema, en relación con la defensa de las reivindicaciones… Esa es la clave. En eso debemos comprometernos. Nos comprometemos como CATP no para proclamarnos nada, sino para buscar a los miles de militantes, de responsables, que van en el mismo sentido pero aún no han encontrado un polo de agrupamiento. Es ahí donde estamos, nosotros uno más, queremos ser la vanguardia del movimiento de ruptura con la Monarquía, por la República.

Multiplicar y reforzar los comités por la alianza de trabajadores y pueblos

Es la tarea central, dirigida a todos los militantes, trabajadores, jóvenes que buscan una salida independiente de la Monarquía, de la OTAN, de la UE y de la sumisión del Gobierno a esas instituciones.

Inseparablemente de esto, se trata de multiplicar, extender, los CATP. La Coordinadora de esos comités es la continuidad de este Encuentro, que día a día elabora las medidas precisas a adoptar.

El choque entre clases en Francia

Carta Semanal 937 en catalán

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Alto a la guerra, fuera la economía de guerra

En ocasión del 1 de mayo nos ha parecido oportuno dedicar esta Carta a la economía de guerra aplicada por el Presidente francés Macron y a la movilización de los trabajadores, una y otra vez por millones para echar abajo esos planes. Para ello hemos recurrido a artículos del semanario Informations Ouvrières n.º 754, del 27 de abril.

Su análisis señala el alcance internacional de esa política de guerra, en particular europeo con referencias a Alemania y la Gran Bretaña. Y por otro lado a la intervención de los imperialistas en Ucrania. Todo lo cual realza el lugar central de la campaña internacional por detener la guerra y echar atrás la economía destructiva de guerra. Sigue leyendo

La nueva Ley de Vivienda, ¿un gran avance?

Carta Semanal 936 en catalán

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La semana pasada se ha anunciado un acuerdo del PSOE, UP, ERC y Bildu para desbloquear la Ley de la Vivienda, una de las promesas pendientes de cumplir del gobierno de coalición. El PNV rechaza la ley alegando que invade competencias autonómicas, y, tal como está redactada la ley, es posible que haya gobiernos autonómicos que la apliquen y otros que no. Todo esto da una verdadera ceremonia de la confusión.
Los partidos del gobierno presentan el acuerdo en lo que algún medio de prensa ha definido como “un ambiente de euforia”. Los firmantes también sacan pecho por el acuerdo alcanzado, aunque de manera más matizada. Oscar Matute (Bildu) y Pilar Vallugera (ERC) presentaron el acuerdo en rueda de prensa como de “gran trascendencia” y clave para asegurar que la “vivienda sea un derecho”. Pero no dejaron de reconocer los límites del texto final: “Creemos que la ley sigue adoleciendo de medidas más valientes y de mayor alcance, pero no ha sido posible porque nos hemos encontrado con la cerrazón del Gobierno”, señaló Matute.  Sigue leyendo

Lo reconocen las instituciones del capital: bajo el capitalismo vienen tiempos muy duros

Carta Semanal 935 en catalán

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La solución de los problemas exige en primer lugar conocer su causa. Los graves problemas sociales, que padece la mayoría de la población que es la clase trabajadora, ¿son el resultado de la forma de gestionar el capitalismo o, por el contrario, derivan de su naturaleza intrínseca? Si identificamos al capitalismo como una máquina, ¿los problemas vienen de la forma de manejarla o es la máquina misma la que inevitablemente los provoca y cada vez más?

Las instituciones del capital hacen una intensa labor propagandística, para meter en la cabeza de la gente la idea de que el capitalismo es el mejor modo de producción posible y que los problemas sólo se deben a desajustes de gestión, fácilmente resolubles con algunas correcciones (cuyo contenido es, en esencia, atacar las conquistas obreras y democráticas). Dos de las instituciones imperialistas más importantes, el FMI y el Banco Mundial (BM), que expresan la dominación del capital financiero estadounidense, sin duda estarían encantadas de publicar informes acerca del halagüeño futuro que le espera a la humanidad bajo el capitalismo. Sin embargo, decir eso implicaría ahondar más en su desprestigio, en tanto la realidad les contradiría inmediatamente, les contradice ya. De modo que se ven obligadas a reconocer que vienen tiempos duros. Sigue leyendo

Notas sobre el proyecto “Sumar” de Yolanda Díaz

Carta Semanal 934 en catalán

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El 2 de abril, miles de personas asistían, en un polideportivo de Madrid, a la presentación de SUMAR, el proyecto político de  Yolanda Díaz. Ello demuestra las expectativas de muchas personas con interés en la política por una salida favorable a la mayoría trabajadora del país.

En efecto, muchas son las reivindicaciones pendientes, y que no han sido satisfechas por el gobierno de coalición: la derogación completa de las reformas laborales, de la ley mordaza y las leyes que destruyen la educación pública, la garantía del sistema público de pensiones basado en el reparto, la recuperación de la sanidad y los servicios públicos, el fin de los despidos y la destrucción de la industria, la protección de los salarios frente a la inflación desbocada, el reconocimiento de los derechos de los pueblos del Estado Español, la separación de Iglesia y Estado y el fin de los privilegios del Iglesia Católica, acabar con el poder judicial, y toda la herencia franquista y en primer lugar con la Monarquía impuesta por Franco (la Transición nos negó el derecho de pronunciarnos al respecto), el fin de la participación en la guerra… Sigue leyendo

¿Es el plan de Paz del Gobierno Chino un posible avance?

Carta Semanal 933 en catalán

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¡Alto el fuego inmediato, eliminación de las sanciones, gastos militares para presupuestos sociales!

El día 24 de febrero de este año, o sea un año justo después de que el ejército de Putin invadiera Ucrania, el gobierno Chino presentó un plan de paz, bajo la forma de un “Documento político de 12 puntos”.

Quisiéramos llamar la atención sobre los puntos 3, 4 y 10 (por otro lado, el conjunto de los 12 puntos son de acceso público).

El punto 3 se titula “Cese de las hostilidades”, con el objetivo de un “alto el fuego completo”, lo cual implica, como dice este punto,  “reanudar el diálogo entre Ucrania y Rusia”.

El punto 4 se desarrolla sobre la necesidad de entablar de inmediato “negociaciones de paz”

El punto 10 se centra en la condena a las “sanciones unilaterales” o sea, en particular, a las sanciones contra Rusia.

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Presentación del número 112 de La Verdad

Carta Semanal 932 en catalán

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En el momento en que redactamos esta carta, la edición en español del n.º 112 de La Verdad está en imprenta. Presentamos dos de sus artículos con la intención de animar a su lectura.

El primero de ellos, titulado «X Congreso de la IV Internacional. Se abre la discusión», se refiere al contenido y la forma del próximo congreso de la IV Internacional, que se celebrará en «una situación nueva, en ruptura radical con los pasados decenios. Es el cuestionamiento de lo que quedó establecido en 1945».

En cuanto al contenido, afirma: «la IV Internacional se fundó con el Programa de Transición, escrito en 1938. […] sometemos a la discusión de todos el Programa de Transición». Se trata por tanto de un congreso abierto: «abierto a los militantes que no son miembros de ella, abierto a la discusión, abierto a la elaboración. Militantes de la IV Internacional y los que tienen otro origen político y luchan codo con codo, juntos debemos buscar en común las respuestas a esta nueva situación». Sigue leyendo

No es sólo una nueva crisis bancaria, es la “crisis crónica” del capitalismo

Carta Semanal 931 en catalán

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El pasado viernes 10 de marzo cierra el Silicon Valley Bank (SVB). Dos días después, domingo 12, el Departamento de Servicios Financieros de Nueva York (NYDFS) estadounidense cierra el Signature Bank, sobre el que hay sospechas de ocultación de información. Otros bancos parecen acercarse peligrosamente a la misma situación, como First Republic Bank, Western Alliance, Metropolitan Bank o Customer Bancorp, cuyas cotizaciones bursátiles cayeron el lunes 13 más del 60%. De nuevo una vorágine de crisis bancaria, fuertes caídas en las cotizaciones bursátiles… y pánico general.

El SVB estaba especializado en financiar nuevas empresas tecnológicas (en su jerga, startups), que han tenido grandes ingresos, entre otras causas por la ingente inversión en ellas de capitales riesgo. La enorme liquidez del banco (se habla de 175 000 millones de dólares) se dedicó en buena parte a comprar bonos públicos, cuyo precio se ha hundido por la brutal subida de los tipos de interés impuesta por la Reserva Federal. Cuando los principales clientes del banco retiran masivamente sus fondos, el banco tiene que vender los bonos manifestándose así pérdidas que inicialmente se calculan en 1 800 millones de dólares. Pero la espiral ya está en marcha y se disparan las retiradas masivas de depósitos de banco, hasta 42 000 millones de dólares en diez horas (en 2008, se habían retirado casi 17 000 de Washington Mutual en diez… días).

Ante esta situación, otras fracciones del capital buscan hacer negocio, como el banco británico HSBC, que compra por una libra esterlina la filial de SVB en Reino Unido. Como en otras ocasiones, la crisis propulsará la centralización del capital. La administración estadounidense intenta reaccionar: “estamos tomando medidas decisivas para proteger la economía de Estados Unidos mediante el fortalecimiento de la confianza pública en nuestro sistema bancario” afirman, en una declaración conjunta Jerome Powell, Janet Yellen y Martin Gruenberg, respectivamente presidente de la Reserva Federal, secretaria del Tesoro y presidente de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC). Estas medidas son presentadas con la finalidad de evitar “rescates y costes para los contribuyentes” y cubrir los depósitos bancarios superiores al tope de 250 000 dólares respaldado. Pero se dotan 25.000 millones de dólares para ello con el Bank Term Funding Program.

¿Acaso puede ser suficiente esta respuesta? ¿Qué consecuencias tendrá? ¿Se trata de una crisis puntual de un banco menor, sin mayores efectos, o podría desencadenar un cataclismo como el de la quiebra de Lehman Brothers en 2008? ¿Quién pagará la factura? Si este nuevo episodio fuera lo que la propaganda afirma, podría debatirse. Pero se trata justamente de eso, de un nuevo episodio de una crisis mucho más profunda, que viene tan de lejos que sus orígenes se remontan a antes de la crisis que estalla en 2007-2008. Es una suerte de crisis crónica del capitalismo, en el sentido de la sucesión de crisis sin periodos expansivos intercalados entre ellas, ya desde la que estalla virulentamente en los primeros años setenta. Una “crisis crónica” ligada directamente a la inevitable tendencia a la caída de la fuerza impulsora de la acumulación capitalista que es la rentabilidad, tal y como Marx explica en el libro tercero de El capital (cuya sección tercera en particular recomendamos enfáticamente leer), formulándolo como “Ley del descenso tendencial de la tasa de ganancia” (LDTTG).

Por eso, claro que este episodio podrá eventualmente contenerse con la actuación estatal, pero sin modificarse las causas últimas que lo explican y que llevan la discusión a otro terreno.

¿Por qué esta quiebra y qué significa?

Ocurre ahora como en 2007, cuando el impago de las hipotecas subprime fue el detonante de la crisis, pero no su causa de fondo: la quiebra de SVB y sus consecuencias no se deben simplemente a problemas de liquidez por la caída del valor de ciertos bonos, sino que son mucho más profundas y, desde luego, no se van a solucionar con una intervención puntual por parte del gobierno.

En primer lugar, hay que considerar que este modelo de negocio bancario está ligado a un sector empresarial tan volátil e inestable como el de las startups y los fondos de capital riesgo (desde finales de 2002 se acumulan ya más de 250 000 despidos). Ante las dificultades de valorización del capital en las actividades productivas de plusvalor, masas enormes de capitales se vuelcan en las actividades especulativas. La razón de fondo estriba en los problemas de rentabilidad que Marx detectaba (la LDDTG). Por eso mismo él los expone previamente a las cuestiones financieras, que no son la causa de los problemas, sino una respuesta a ellos (la mencionada ley de la rentabilidad), ciertamente desesperada. Razón por la que es tan endeble la idea de que los problemas proceden de una “financiarización” que, si se contuviera, haría posible la solución de los problemas. Tan endeble porque una vez más se apela a la ilusoria idea de un capitalismo bueno, que sería factible limitando al capital malo (especulativo) y promoviendo al capital bueno (productivo). Como si no hubiera una lógica general que rige la acumulación del capital, presidida por la conformación del capital financiero que integra todas las actividades posibles de negocio, desde las productivas hasta las especulativas y pasando por las comerciales, etc.

En segundo lugar, la connivencia de los Estados con esta prácticas, proveyéndolas de cobertura legal. Tras la crisis de 1929, Roosevelt promulgó la ley Glass-Steagall para contener, algo, la especulación financiera. Pero en 1999 Clinton la liquida con la ley Gramm-Leach-Bliley y la nueva ley que Obama promueve en 2010, la Dodd-Frank, es tan modesta que no revierte la situación. Además, Trump modifica algunos aspectos en la línea de una mayor desregulación. Por eso, el SVB tenía las manos libres para ciertas prácticas, al no considerarse “banco sistémico” porque se había aumentado el tamaño para serlo de 50 000 millones a 250 000 y él tenía un balance de 220.000 millones.

¿Qué consecuencias tendrá esto? Por una parte, aún no se puede saber si hay otros bancos que pueden incurrir en situaciones similares, en particular por los lazos que mantuvieran con el SVB. Pero por otra parte, si se sabe ya que hay una factura que pegar. Y aunque Biden haya declarado que no lo va a pagar fundamentalmente la clase trabajadora (él dice contribuyentes), hay distintas vías por las que, con toda seguridad, sí que repercutirá a la mayoría, entre ellas que de un modo u otro se trata de gasto público que hay que financiar, ya sea mediante emisión monetaria (que nunca se lleva a cabo para fin social alguno), ya sea a través de otras políticas del ajuste permanente que exige el mismo capital financiero cuyas prácticas provocan situaciones como ésta que abordamos. No debe olvidarse que el SVB era el 16º del país y que las conexiones con otras entidades tienen grandes ramificaciones que se extienden por todo el mundo.

Y en Europa, ¿qué?

Estas ramificaciones provocan una onda expansiva que se expresa en que la rentabilidad de infinidad de capitales se deteriore por doquier. Por ejemplo, los seis primeros bancos españoles perdieron el lunes casi 12 000 millones de euros en la bolsa.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, declara el miércoles 14 que el sector bancario en España tiene unos niveles de liquidez y solvencia “por encima de la media”. Pero la situación en Europa no está blindada en absoluto y justo entonces se produce el hundimiento en bolsa del banco Credit Suisse, que en pocas horas pierde el 30% de su capitalización bursátil. El día siguiente, jueves 15, el banco anuncia que ha pedido prestados unos 50.000 millones de euros al banco central suizo para “fortalecer de forma preventiva su liquidez”. Todo esto tiene su correspondiente onda expansiva que, entre otros efectos, provoca una caída del 4% en el IBEX 35, acumulando pérdidas los principales bancos españoles de 24 000 millones de euros (el Banco de Sabadell ha perdido 1 800 millones, el 24,5%).

Por supuesto, las autoridades monetarias europeas declaran de forma inmediata que esto no guarda relación con la crisis estadounidense. Pero ya el FMI viene anunciando el riesgo de una explosión financiera del tipo de la de 2007-2008. Actualmente existen en el mundo masas enormes de capitales que buscan oportunidades de inversión y el ámbito financiero especulativo es uno de sus principales destinos, aunque también lo es los sectores que se privatizan o desatienden (véase el artículo de Información Obrera en el que se explica la entrada masiva de fondos de inversión en la enseñanza, particularmente en universidades y formación profesional).

Toda esta situación, propia de las contradicciones crecientes del capitalismo, se agrava por las consecuencias de la pandemia, la guerra de Ucrania y todas las criminales políticas que la acompañan, incluidas las sanciones. Es la expresión misma de la descomposición del modo de producción capitalista.

¡Claro que hay salida, pero no bajo el capitalismo!

Desde finales de 2020 el FMI ha alertado recurrentemente del riesgo de explosión social. No se equivoca. La devastación social que provoca la supervivencia del capitalismo es caldo de cultivo de un malestar cada vez mayor que no deja de expresarse de un modo u otro. Porque la clase trabajadora puede identificarse con un ser vivo que, como tal, tiene instinto de supervivencia y se moviliza por ella. Se extienden así las expresiones de resistencia por todo el mundo. Los planes del capital no pueden aplicarse por estas resistencias.

Es el caso del programado desmantelamiento del sistema público de pensiones en el Estado español, que no ha podido aplicarse, salvo marginalmente, precisamente por la resistencia. De hecho, la última medida es un paso atrás, sólo explicable por la movilización constante de la clase trabajadora promovida por las plataformas en defensa del sistema público de pensiones. Es el caso de la población griega que se levanta ante un trágico accidente de tren, que causa 57 muertos por el total abandono de la red, resultado de los recortes. Es el caso de la movilización en Alemania contra la guerra, como también en otros países. Y es el caso, entre tantos otros, de las gigantescas movilizaciones en Francia contra el ataque a las pensiones del gobierno de Macron, cuyas políticas son desaprobadas por el 80 % de la población.

El capital tiene pánico a toda movilización, consciente de que nada le garantiza poder aplicar una nueva vuelta de tuerca de ajuste, contra las condiciones de vida de la clase trabajadora, al modo como lo hizo tras el estallido de la crisis de 2007-2008. Porque el problema hoy no es un caso particular de crisis bancaria, ni tal o cual medida. El problema es la supervivencia del capitalismo y la barbarie cada vez mayor que supone.

Nosotros tenemos la posición literalmente opuesta: toda la confianza en que la movilización de la clase trabajadora hará posible una salida a los problemas y, como IV Internacional, mantenemos nuestro compromiso incondicional con ella.