Reproducimos a continuación la presentación del folleto que los camaradas del POUS han publicado con este motivo, y que recoge testimonios de cuatro diputados en la Asamblea Constituyente de 1975.
Aprender de nuestra historia
La revolución proletaria, que comenzó el 25 de abril de 1974 en Portugal, fue de una profundidad inmensa. La clase trabajadora y el pueblo, junto con los soldados, se organizaron en todo el país con sus comisiones de trabajadores, de vecinos, de soldados, desmantelando casi por completo el aparato de Estado burgués, que se confundía con el aparato de Estado salazarista.
¿Qué es lo que faltó para que resultara victoriosa?
¿Por qué estas comisiones de base –que empezaron incluso a coordinarse- no pudieron centralizarse y formar un poder central?
¿Quién lo impedía?
¿Qué esperaban los millones de portugueses que abarrotaron el estadio Primero de Mayo en Lisboa –en el primer 1 de Mayo en libertad después de 48 años de dictadura– cuando aplaudían a Mário Soares y Álvaro Cunhal, escoltados por soldados que los abrazaban?
¿Sería su entrega del poder y su subordinación a la “Junta de Salvación Nacional”, cuyos principales generales eran Spínola y Costa Gomes? El primero de los cuales encabezó más tarde dos intentos de golpe de Estado (28 de septiembre de 1974 y 11 de marzo de 1975) y el segundo fue una pieza clave del 25 de noviembre de 1975.
¿Por qué se oponía la dirección del PCP –por entonces el único partido con implantación en todo el movimiento obrero, con un enorme prestigio debido a la lucha de sus militantes perseguidos, torturados y muertos por la policía política (la PIDE)– a la formación de comisiones de trabajadores democráticamente elegidas, a partir de cada sector o servicio de una empresa, pública o privada?
¿Por qué decía que las huelgas de los trabajadores –para imponer aumentos de sus miserables salarios y sanear las administraciones (como en Correos)– eran organizadas por agentes de la CIA?
¿Por qué optó la dirección del PS por la subordinación al imperialismo, a través del FMI, de la CEE, y después de la Unión Europea (acordada en el Tratado de Maastricht, incompatible con las conquistas de Abril)?
¿Por qué permitieron esa actuación de la dirección del PS las demás fuerzas políticas que se reclamaban del 25 de Abril, criticándola, pero acompañando todas las medidas que se fueron aplicando, cuando la resistencia de los trabajadores y del pueblo las podía y las puede derrotar?
De los principales acontecimientos que marcaron el inicio de esta revolución proletaria y de lo que ha acontecido desde entonces hasta el momento actual, la conclusión que podemos sacar no hace sino confirmar la premisa central del programa de la IV Internacional:
“La crisis de la humanidad se reduce a la crisis de la dirección revolucionaria”.
Éste es el problema central que condiciona la vida de la aplastante mayoría del pueblos portugués, y que permite el mantenimiento del gobierno PSD/CDS y de la política de la Troika, igual que condiciona el movimiento de la clase trabajadora en todos los países del mundo.
Actuar para ayudar a resolver este problema es la tarea de central de todos los que queremos acabar con la explotación y la opresión.