(Publicado en la Carta Semanal 695 – ver en catalán)
Declaración del Comité Ejecutivo del POSI del 10 de septiembre de 2018
Es necesaria la unidad de los Trabajadores y los Pueblos para conquistar todos los derechos sociales y democráticos
De inmediato, unidad por la libertad de los presos
A pesar del cambio de gobierno, el aparato franquista sigue amenazando y presionando. Lo hace con relación al gobierno de Pedro Sánchez, para que se aparte lo menos posible de la ruta seguida por su predecesor, y para que la invocación al diálogo y al acuerdo quede en pura palabrería. Presiona –y consigue– que el Estado se haga cargo de la defensa de las chapuzas del juez Llarena. No soportan cualquier referencia a la necesidad de encontrar una salida política, e incluso la invitación de la presidenta del Congreso de Diputados al presidente de la Generalitat para que acuda a explicar su punto de vista, es rápidamente desautorizada por su propio partido, que constituye la representación política por excelencia del franquismo.
Al mismo tiempo, la situación de los presos, después de meses de cárcel, y de los que han tenido que salir fuera del país para no correr la misma suerte, no parece que vaya a resolverse positivamente, mientras que por otro lado, crece la actividad de quienes quieren atizar el fuego del enfrentamiento civil. En estas circunstancias, muchos trabajadores, muchos militantes, se preguntan sobre qué hacer.
Con la mayoría social que quiere poder decidir
Como cada año, miles de ciudadanos están convocados este 11 de septiembre. Sin duda muchos acudirán a la manifestación, pero sin duda también, otros no lo harán porque no se sienten concernidos por el lema de convocatoria. Lo que debería convertirse en un clamor por la libertad de los presos, por el derecho a decidir, por los derechos democráticos y sociales, los convocantes han decidido que debe centrarse en el “respeto al mandato del 1-O”, que la mitad o más de la población no reconoce, y que desde luego no va a servir para materializar la unidad que la gran mayoría de la población catalana reclama para poder exigir el derecho a decidir. Dar la espalda a esta mayoría o ignorarla contribuye a bloquear la situación, y desde luego no ayuda nada a la movilización unida por la libertad de los presos.
Alianza de los Trabajadores y los Pueblos para traer la República
Aunque hay quien todavía se empeña –los dirigentes de JxC fundamentalmente– en persistir en el error de creer que se pueden imponer soluciones unilaterales cuando no se tiene el apoyo suficiente y ampliamente mayoritario de la población, e insisten en la misma vía que ha llevado en los últimos meses al bloqueo existente, lo cierto es que sin la unidad de los trabajadores y pueblos del Estado español difícilmente se podrá derrotar el régimen heredado del franquismo, y por lo tanto, difícilmente se podrá satisfacer las aspiraciones del pueblo catalán.
Cada día que pasa se hace más apreciable el sentimiento antimonárquico que recorre todos los pueblos de España. Un sentimiento que enlaza con las tradiciones republicanas más profundas y con la experiencia de la lucha antifranquista. Buscar la alianza de todos ellos para crear un potente movimiento que acabe con el régimen monárquico, es en estos momentos una necesidad imperativa. Las organizaciones que hablan en nombre de los trabajadores y los pueblos tienen una enorme responsabilidad en ese sentido.
Acabar con el orden monárquico, abrir una salida republicana para todos los pueblos de España, que garantice el derecho de autodeterminación y la libre unión de Repúblicas libres, es la única vía posible para resolver el problema nacional. Trabajar por aunar fuerzas en esa perspectiva debe ser el compromiso de todos los militantes y organizaciones que se reclaman de la libertad de los pueblos.
Una vez más: sin derechos sociales no hay derechos nacionales
La lucha por las libertades nacionales, por la República, es para nosotros, inseparable de la lucha por las reivindicaciones. No hay República que merezca tal nombre, ni lucha que se reclame de ella, si no se apoya en los trabajadores, y no satisface las aspiraciones de éstos. Si no acaba con la política de recortes, de privatizaciones, de destrucción de lo público. Si se siguen aprobando, un año tras otro, presupuestos que mantienen los recortes, aunque en paralelo se realicen muchos aspavientos para escenificar el “enfrentamiento”, la reivindicación “republicana” es un camelo. La lucha por la soberanía del pueblo de Cataluña, como la del resto de pueblos, es inseparable de la lucha por los derechos sociales.