COMUNICADO del Comité Ejecutivo del POSI – 4 de octubre de 2017
Las organizaciones del movimiento obrero tienen que dar un paso al frente
Millones se manifiestan desde hace días en toda Cataluña por la democracia y contra la represión del régimen monárquico. Ayer los cortejos de CCOO y UGT tenían un peso importante en la manifestación de Barcelona. Desde Madrid, Sevilla, Bilbao, Valencia… trabajadores y pueblos han empezado a hacer causa común con el pueblo catalán.
Todo esto es insoportable para la Monarquía. Felipe VI ha pronunciado un discurso que le consagra como digno heredero de Francisco Franco (como lo es, a través de su padre) y del franquismo. Decepcionando a quienes esperaban que asumiera el papel de árbitro que le confiere la Constitución de 1978 para llamar a algún tipo de diálogo, el Borbón ha llamado a la intervención definitiva del Estado contra Cataluña.
Ha arremetido una y otra vez contra el gobierno y las instituciones de Cataluña, mientras cerraba los ojos a las escenas de represión indiscriminada que todos hemos podido ver el 1 de octubre y que han despertado la indignación de tantos demócratas, en Cataluña, en el resto del Estado y fuera de nuestras fronteras. Su mensaje sólo puede entenderse como la orden de efectuar una escalada en la represión, cuando dice que “es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones, la vigencia del Estado de Derecho y el autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y en su Estatuto de Autonomía”. El editorial de ABC, periódico considerado como portavoz oficioso de la Casa Real explica que Cataluña va hacia una insurrección generalizada y que, en estas circunstancias, puede no bastar con aplicar el artículo 155 de la Constitución, que suspendería la autonomía de Cataluña, sino que sea preciso declarar el Estado de Sitio.
El rey, en tono amenazante, terminó con su “compromiso como Rey con la unidad y la permanencia de España”. Es decir, la libertad de los ciudadanos y de los pueblos requiere la República, para liquidar las instituciones antidemocráticas que vienen de la dictadura.
Tras este discurso, sólo cabe esperar lo peor: intervención de la autonomía de Cataluña, detención de los responsables de la Generalitat, ocupación por las “fuerzas del orden” de las instituciones autonómicas y municipales de Cataluña y de la calle.
Hay serio peligro de que se abra una situación nada favorable a la clase trabajadora, que con su lucha unida, desde Bilbao a Cádiz y desde la Coruña a Barcelona, ha conquistado y defendido los derechos democráticos y sociales. Quieren imponernos un enfrentamiento con el pueblo de Cataluña que nos rompa.
En vano hasta ahora muchos miran si las principales organizaciones que hablan en nombre de la clase trabajadora y la organizan llaman a unir las fuerzas obreras y democráticas en todo el Estado para detener el brazo que golpea al pueblo catalán y con él a las libertades de todos. Los dirigentes ¿se sienten atados al régimen? ¿Qué tienen que ver el socialismo o el movimiento obrero con la saña franquista contra las urnas y la democracia? A nuestro entender es hora de que Pedro Sánchez, Unai Sordo, Pepe Álvarez, Pabloo Iglesias y Alberto Garzón den un paso al frente y hay que exigírselo desde todas partes: que llamen a las demás organizaciones y a la clase obrera a intervenir con sus propias propuestas, contra la represión, en defensa de las libertades amenazadas.
Sólo la clase trabajadora puede imponer un salida política, basada en la defensa de los derechos de los trabajadores y la fraternidad ente los pueblos.