Carta Semanal 891 en catalán
Carta Semanal 891 para descargar en PDF
El gobierno norteamericano de Joe Biden ha decidido invitar a la cumbre de las Américas, que se celebra en Los Ángeles del 6 al 10 de junio, a una representación del gobierno español, lo que ha hecho que el diario Granma, órgano del PC cubano se pregunte “¿será que España está en América?” Recordemos que Biden ha organizado una cumbre a su medida, excluyendo la participación de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Y que con esa invitación busca apoyos para sus decisiones en la organización del evento.
Recepción de inmigrantes de Centroamérica
Granma explica, a propósito de la invitación a España, que “La invitación allende los mares tiene el centro de atención en el tema de los migrantes (…) La administración estadounidense espera que España acepte duplicar o triplicar el número de trabajadores temporales procedentes de Centroamérica”.
En esta apreciación, Granma coincide con el diario ABC, cuyo editorial del 8 de junio explicaba que “el hecho de que una fuente de la Administración Biden haya admitido que España forma parte del acuerdo migratorio que se abordará en la Cumbre de las Américas para ser un país receptor de inmigrantes que tratan de entrar ilegalmente en Estados Unidos (…) responde a un intento desesperado de la Casa Blanca por aplacar la llegada masiva de inmigrantes y hacer frente a una crisis larvada que, en solo año y medio, ha afectado a más de tres millones de personas, y ante la que no parece hallar soluciones”.
Los EEUU, cuya política ha destruido buena parte de las bases económicas de subsistencia y de las propias bases de convivencia en los países de Centroamérica, se ven enfrentados ahora a una ola de inmigración masiva de ciudadanos de esos países, que huyen de la violencia y del hambre, y que organizan caravanas masivas para reclamar que se les abran las fronteras de los EEUU.
Y habla ABC de “la disposición del Gobierno español, otra vez opaca, a aceptar cualquier condición que imponga Estados Unidos con tal de que mejoren las relaciones bilaterales”. Y tiene razón. El gobierno se somete a lo que dicten los EEUU, como ha sucedido con el cambio de posición respecto del Sahara Occidental. El miércoles 8, de nuevo, ante el Congreso de los Diputados, Pedro Sánchez justificaba el apoyo al dictado norteamericano sobre el Sahara occidental, cuyo único objetivo es hacer prevalecer los intereses de la administración americana, en relación en particular a implicar a la monarquía de Marruecos en la defensa del Estado sionista de Israel.
Lo mismo sucede con la organización en Madrid de la Cumbre de la OTAN para mayor gloria de Biden. Y con otras muchas cuestiones, algunas de ellas directamente contrarias a los intereses de este país, de su economía y de su población. Hace poco hemos conocido que Argelia ya no es el mayor suministrador de gas natural para España, sino los EEUU. Pero, a diferencia del gas argelino, que llega por gaseoductos, los EEUU nos venden un gas natural licuado, transportado por barco, un 50% más caro y profundamente antiecológico (se extrae por fracking y el transporte en barco supone una elevada producción de CO2, mientras aquí se cierran las minas de carbón para “combatir el calentamiento global”).
Hasta ahora, esos acuerdos para “recolocar” inmigrantes se hacían con países coloniales y semicoloniales (el Reino Unido con países africanos como Ruanda, la Unión Europea con Turquía, Australia con Papúa Nueva Guinea y el pequeño Estado de Nauru, en la Micronesia, España, con Marruecos y Senegal): La idea de Biden de utilizar a España para resolver su problema de inmigrantes centroamericanos demuestra cómo consideran los EEUU a España y cómo se considera el gobierno de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en su relación con los EEUU.
Una cumbre con excluidos
Mientras Biden invita al gobierno español a participar en la Cumbre, su gobierno ha decidido excluir de la misma a tres países americanos: Cuba, Nicaragua y Venezuela, alegando que “no son regímenes democráticos”. Como si a lo largo de la historia los EEUU no hubieran apoyado a todas Las dictaduras de Latinoamérica o incluso promovido golpes militares para derrocar a gobiernos democráticos y sustituirlos por dictaduras más afines a los intereses de los EEUU y sus multinacionales.
La exclusión de esos tres países ha motivado reacciones por parte de otros, como México, Argentina, Chile, Bolivia y Honduras. El Gobierno de México amenazó con no participar y, finalmente ha optado por que no acuda el presidente Andrés Manuel López Obrador. Tampoco ha asistido la presidenta de Honduras Xiomara Castro. Esta decisión muestra sin duda una resistencia a plegarse a los dictados de la Administración Biden.
En todo caso, la participación del gobierno español en una cumbre donde se ha decidido excluir a quienes molestan al gobierno de los EEUU es una forma de apoyo a esas exclusiones.