Agudización de la lucha de clases y crisis política (Esta carta de la IV Internacional se ha preparado en colaboración con la dirección de la sección de Azania)
Presenciamos hoy día en Sudáfrica-Azania lo que ya caracterizaban las notas editoriales de la Verdad (número 81, marzo de 2014) como «la desestabilización de todo el sistema político levantado en Sudáfrica desde hace 20 años, tras el derrumbe del apartheid, para preservar la dominación de facto de la minoría capitalista blanca, única forma bajo la cual puede preservarse en Sudáfrica el mismo sistema capitalista. Hoy, más de un año después de la huelga de Marikana, los mineros explotados por las grandes multinacionales que detentan las grandes riquezas en Sudáfrica han ido de nuevo a la huelga, y la gran central sindical, la COSATU, cuya dirección se había negado a solidarizarse con los mineros frente a la sangrienta represión patronal, sufre hoy una crisis sin precedentes.
Su principal federación, la de los metalúrgicos, la NUMSA, con apoyo de otras nueve federaciones, llama a un congreso extraordinario para romper con el gobierno Zuma. A la vez, unos pocos meses antes de las elecciones generales, Julius Malema, ex dirigente juvenil de la ANC, ha constituido una organización política cuya formación descansa en esta constatación: 20 años tras la caída del apartheid, la condición general de la mayoría negra de la clase obrera negra no se ha visto modificada, la tierra sigue siendo propiedad exclusiva de un puñado de terratenientes blancos, las riquezas industriales siguen bajo el imperio de los capitalistas blancos y de las multinacionales. Malema, en una plataforma electoral que ha presentado ante 50.000 trabajadores, llama a nacionalizar las minas, expropiar a los terratenientes blancos y a devolver la tierra a quienes la trabajan.»
La huelga en las minas de platino
Desde que se escribieron estas líneas, la situación se ha agudizado de todo punto. A pesar de la represión, a pesar de la voluntad del ANC y de la dirección del COSATU de aislar al movimiento, a pesar de los intentos de división de que fueron objeto, la mayoría de los mineros de platino siguen con la huelga que acaba de entrar en su tercer mes. Multiplicando las provocaciones, la patronal se apoya en la dirección del COSATU que se ha atrevido a quejarse en unos comunicados públicos por la indulgencia de las autoridades judiciales y policiales hacia los huelguistas quienes, según la dirección del COSATU, quieren obligar a los trabajadores a ir a la huelga por intimidación.
«La huelga que ya les ha costado 1000 millones de dólares a las compañías sudafricanas: éste es el título alarmista del Financial Times del 26 de marzo de 2014. Recordemos que Sudáfrica es el primer productor mundial de platino, que proporciona el 80% de la producción mundial, y que los ingresos generados por las tres compañías mineras afectadas por la huelga (Anglo-american, Impala Platinum y Lonmin) alcanzaban unos 9000 millones el año pasado).»
Desde entonces, el costo de la huelga ha alcanzado 1500 millones de dólares, una pérdida ingente para los patronos que han declarado que la industria del platino ya no sería nunca la misma. En cuanto a los trabajadores, éstos han comprobado que la intransigencia de los patronos amenazaba con hacer peligrar su vida, reduciendo su única fuente de ingresos, es decir su salario. Se les ha presentado una nueva oferta, que aplazaba a junio de 2017 el aumento de salario a 12.500 rands que pedían los obreros, pidiéndoles a los trabajadores que aceptaran de momento unos aumentos entre el 7 y el 9%. Esta oferta está siendo ahora debatida por los trabajadores.
Con ser de suma importancia esta huelga, no es la única. En los últimos tiempos, han tenido lugar amplios movimientos contra una nueva ley sobre empleo precario para jóvenes. Una ley que Sayro, la organización juvenil del SOPA denuncia por poner en marcha un «marco legal de servidumbre destinado a mantener a la juventud negra de Azanaia en la servidumbre y la explotación sin freno». Se han producido paros espontáneos de conductores de autobús. Y hasta los empleados de la Comisión electoral han amenazado con ir a la huelga el día de las elecciones, el 27 de mayo. Por lo tanto, según explica el camarada Lybon Mabasa presidente del SOPA: «aunque esté el país en plena campaña electoral, la situación en la lucha de clases y en el seno del movimiento obrero está en el centro de los acontecimientos.»
En esta situación, la patronal minera quería asestar un gran golpe. Al principio, ha rechazado cualquier negociación con la AMCU, el sindicato que los mineros, especialmente aquellos que masivamente han abandonado la NUM para protestar contra el apoyo aportado por la dirección a los asesinos de Marikana, habían formado para defender sus intereses. La dirección se ha negado de plano a cualquier discusión. Quiere reventar la huelga. Pero ¿tiene los medios para ello? La nueva oferta demuestra que considera la situación como crítica.
A la vez este endurecimiento, señal del punto alcanzado por las tensiones en Sudáfrica, ha provocado una profundización de la crisis dentro de COSATU. Posicionamientos de apoyo a los mineros dentro del movimiento obrero proceden, ya sea desde la NACTU, (Federación de sindicatos otrora vinculada al panafricanismo y en la que actuaban numerosos militantes de la Conciencia Negra), ya sea desde la NUMSA, el poderoso sindicato de metalúrgicos con 350.000 miembros, la más importante Federación de COSATU, y que ha llamado a sus afiliados que trabajan en las minas en huelga a dejar también de trabajar.
Intensificación de la crisis en el seno de COSATU
Por otra parte, los sindicatos reunidos en torno a la NUMSA, que han aportado su apoyo a los mineros, desarrollar una intensa campaña para la celebración de un congreso extraordinario de COSATU. El comité ejecutivo central (CEC) de COSATU se ha reunido el 8 de abril. En su orden del día estaba la confirmación de las sanciones contra su ex presidente, Vavi, cesado con unas excusas que un tribunal acababa de juzgar nulas y no admisibles. El orden del día incluía también medidas que conducían a la expulsión de la NUMSA. Cientos de militantes, delegados y responsables de la NUMSA se han manifestado ante la sede de COSATU respondiendo así a un llamamiento que decía:
«Para nosotros, la unidad de la clase obrera es algo sagrado. Expulsar o suspender a la NUMSA llevaría consigo escindir la COSATU, de lo que sólo se beneficiarían los patronos. Para nosotros, COSATU no es un fin en sí; es una herramienta de lucha. Por ese motivo para nosotros, COSATU significaba un paso hacia adelante en «un país, una organización sindical unidos». Nuestro llamamiento por un movimiento sindical revolucionario, militante e independiente, contra la puesta en marcha de una «federación amarilla», pretende salvaguardar la capacidad de la clase obrera en su conjunto para actuar por sus propios intereses.
Nosotros construimos COSATU ¡Sirva COSATU para la unidad de los trabajadores! ¡Defendamos la NUMSA! ¡Abajo el fraccionalismo!»
La profundidad de la crisis se manifiesta en que Cyril Ramaphosa, ex presidente del sindicato de mineros de COSATU, actual vicepresidente adjunto del ANC, se ha dirigido en calidad de tal al presidente de COSATU, emplazándolo a suspender cualquier decisión. Según apunta la prensa sudafricana, la dirección del ANC opina que cualquier decisión disciplinaria de la que se derivaría una escisión debería aplazarse hasta poco después de las elecciones para no debilitar al mismo ANC. Ramaphosa ha subrayado que el ANC había constituido un equipo para ayudar a «COSATU a solucionar sus problemas internos» y sin sonrojarse ¡han comparado la tarea de ese comité con la de los negociadores del ANC que buscan encontrar una solución al conflicto que desgarra el nuevo estado de Sudán del Sur!
Ese es el contexto de la preparación de las elecciones que tendrá lugar el 17 de mayo de las que todos los comentaristas constatan que serán las elecciones más difíciles para el ANC desde el final del apartheid.
Los acontecimientos que estremecen hoy a toda Sudáfrica por cierto son el resultado de un largo proceso de lucha del pueblo negro con su vanguardia la clase obrera, que choca en cada momento con la barrera constituida por los acuerdos de Kempton Park de 1994 y por la defensa de estos acuerdos con sus consecuencias por el ANC y el PC africano, al someterse a la dirección del COSATU.
El Socialist Party of Azania, que tiene sus orígenes en el Movimiento de la Conciencia negra fundado por Steve Biko y en la AZAPO (Azanian’s People Organisation) constituido en 1978, fue fundado sobre la base precisamente del rechazo a los acuerdos de Kempton Park, la lucha intransigente por los intereses de la clase obrera negra, única fuerza social capaz de llevar a cabo la tarea democrática de la constitución de la nación sudafricana soberana e independiente, dentro del respeto a la mayoría negra, por la formación de una República negra. En 2007 por ejemplo, en una entrevista, Lybon Mabasa, presidente del SOPA, escribía: «los rasgos principales de la situación en Azania hoy no pueden analizarse sin volver a los acuerdos de Kempton Park, acuerdos que incluían algunos puntos esenciales y entre los más impartantes, aquel referido a la propiedad que, de hecho, daba a la mayoría blanca, a los antiguos conquistadores coloniales, un absoluto derecho a mantener entre sus manos la propiedad de lo que detentaban, y que en la mayoría de los casos, había sido arrancado al pueblo negro por los medios más violentos.»
La huelga de los mineros de Marikana en agosto de 2012, a la que siguió la matanza premeditada y a sangre fría de los huelguistas por la policía sudafricana del gobierno Zuma, ha sido una expresión concentrada del combate de la clase obrera en Sudáfrica. Ha marcado un giro histórico, al amenazar en sus mismos cimientos el conjunto de la construcción que había seguido al régimen directo del apartheid. Según apuntó un sociólogo sudafricano: «Es el contrato social de 1974 el que acaba de morir, la situación está a punto de dar un vuelco.»
Ya desde agosto de 2012, el SOPA se había lanzado plenamente en la lucha por el apoyo a los mineros contra la política represiva del gobierno Zuma. Las fuerzas políticas que dentro de la COSATU –y las fuerzas políticas procedentes del ANC, pero que denuncian la política del gobierno Zuma, como Malema y su partido Economic Freedom Fighters– se refieren explícitamente a Marikana, comparando con motivo de la sangrienta operación de policía llevada a cabo entonces con las más atroces de la era del apartheid como la de Sharpville en 1960.
Por lo demás, Malema ha puesto en el centro de su plataforma electoral la exigencia de la nacionalización de las minas y la devolución de la tierra a sus dueños legítimos, los trabajadores agrícolas negros.
Esta plataforma estipula: «Se supone que Sudáfrica va a celebrar los 20 años de democracia y verdadera libertad. La realidad es que 20 años más tarde, ¡ el pueblo negro sigue sin ser libre! La mayoría negra sigue sin ser dueña de la tierra, sin vivienda y cobra salarios de esclavos (…) ¡ 20 años más tarde, jóvenes o viejos, los trabajadores negros siguen cobrando salarios de miseria, trabajando en condiciones peligrosas en las minas, las fincas, las fábricas, los comercios y otras partes! ¡Siguen sin disponer de los derechos laborales más elementales! 20 años más tarde, la policía sigue matando. Ha matado en Marikana, Mothutlung, Ficksburg, Relela y en toda Sudáfrica! (…) ¡Nacionalización de las minas, de la banca y otros sectores estratégicos de la economía sin compensación!».
EFF se pronuncia también por la devolución de la tierra a quienes la trabajan, a los campesinos negros.
Esta plataforma electoral fue presentada en una gran concentración, que reunió a más de 50.000 personas en la que Lybon Mabasa, presidente del SOPA declaró: «No nos da miedo asociarnos con aquellos que dicen que la tierra debe ser de sus dueños legítimos y que las minas deben ser nacionalizadas, EFF puede contar con nuestro apoyo.»
Este mitin se celebraba el 22 de febrero. En enero de 2014, el SOPA, en una carta dirigida a la dirección de EFF, proponía a este partido la unidad de acción en los términos siguientes:
«Estimados camaradas, Desde el Socialist Party of Azania aportamos nuestro pleno apoyo a las reivindicaciones de Economic Freedom Fighters a propósito de la nacionalización de las minas, la expropiación de la tierra sin compensación y las demás consignas propugnadas por vuestra organización. Estos llamamientos encuentran un eco fuerte dentro del SOPA, en el movimiento obrero en general y en las luchas de las masas pobres, de las ciudades y del campo de Azania. Somos conscientes de que EFF y el SOPA difieren en algunos puntos. Sabemos que esas diferencias hunden sus raíces en nuestra respectiva historia. Pero consideramos que este país está enfrentado a una situación dramática y particular que necesita que seamos capaces de llevar a bien la unidad sobre cuestiones específicas que son esenciales para el futuro del país. Nosotros, desde el SOPA, seguimos siendo partidarios de la vieja consigna Poder para la mayoría negra.
Pensamos que hoy, veinte años después de los acuerdos de Kempton Park, la mayoría negra sigue excluida de cualquier acceso a la riqueza y a la posesión de la tierra.
Por consiguiente proponemos echar las bases de un frente común con las consignas siguientes:
Expropiación de la tierra sin compensación.
Nacionalización de las minas, de la banca y demás sectores estratégicos de la economía sin compensación.
Las otras consignas propugnadas por EFF son también las del SOPA.
Estamos abiertos a cualquier propuesta práctica que permita dar pasos adelante concretos en ese sentido.
Proponemos actuaciones en común y sugerimos una agenda de actos sobre la base de estas consignas propugnadas por vuestra organización. Pensamos que este programa político podría cobrar la forma de actuaciones en común en aquellos ámbitos en los que coincidimos, ya se trate de mítines públicos en común, manifestaciones políticas, repartos de hojas y grupos de trabajo, organizados en común.
Ello supone naturalmente una movilización específica de las organizaciones obreras. Deberíamos dirigirnos juntos a las organizaciones de lucha de clase, sindicatos y organizaciones obreras para que participen en tal frente.
Para este fin os proponemos un encuentro de nuestras direcciones cuanto antes.
Solidaridad negra por una República obrera y socialista de Azania.
Un solo pueblo, una sola nación, Azania.
Ashraf Jooma, secretario general, SOPA, 0723932973
Lybon Tiyani Mabasa, presidente del SOPA, 0827898463.
Defender las conquistas, defender a los trabajadores, construir el socialismo.»
No se trata de un acuerdo estrictamente electoral, aunque se manifieste también en este terreno. La postura del SOPA, es que hay que realizar el Frente único sobre la base de las reivindicaciones centrales propugnadas por EFF.
Por ello, el SOPA, al constatar que Malema y EFF llaman a nacionalizar las minas y a expropiar los terratenientes blancos que detentan todavía hoy lo esencial de la tierra cultivable, declara que EFF debe ser apoyado.
Por ello, a pesar de las diferencias políticas legítimas que existen y deberán discutirse, el SOPA quien, por su parte, ha luchado sin descanso por estas reivindicaciones desde 1994, considera que hoy, expresar en el terreno electoral la lucha contra el gobierno Zuma por las reivindicaciones obreras significa un voto por EFF.
Repitámoslo, en los momentos en que se escriben estas líneas, sigue la huelga en las minas de platino. Las elecciones deben de tener lugar dentro de tres semanas. Muchas cosas pueden ocurrir antes. Pero algo se ha ganado ya, y es que la política de unidad en torno a las reivindicaciones centrales de la clase obrera negra llevada por el SOPA y la expresión de esta política a nivel electoral mediante el acuerdo propugnado con EFF se corresponden a las necesidades de la lucha y a las tareas de construcción del Partido Revolucionario que la clase obrera de Sudáfrica necesita para vencer.