Están en peligro las conquistas de la revolución cubana 

Carta Semanal 844 en catalán

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Las movilizaciones semi-espontáneas que se han desarrollado en Cuba, no pueden ser consideradas más que como una expresión del descontento social que existe entre la población cubana. Lo que no quita que hayan sido manipuladas y altamente mediatizadas por los medios de comunicación imperialistas a escala mundial. 

Es evidente que, en las circunstancias actuales, de crisis de descomposición del mercado mundial, de hundimiento del turismo con la agravación de la pandemia y con la decisión de Biden de mantener e incluso agravar las 243 nuevas medidas de bloqueo de Cuba decididas por Trump y que buscan llevar al país a una situación sin salida. Hay que hacer constar que la isla depende, en gran medida, para su suministro de alimentos, de recibir divisas, cuyos principales orígenes son el turismo y las remesas de inmigrantes, prohibidas por las medidas adoptadas por Trump y mantenidas por Biden, (De los 6 600 millones en remesas recibidos en 2018 el 90 por ciento provino de Estados Unidos) 

Es claro, el imperialismo norteamericano busca destruir a la nación cubana, acabar con las conquistas de la revolución, particularmente la sanidad y la educación públicas y gratuitas, la expropiación de los grandes capitalistas, la reforma agraria, etc. Quiere recuperar el control que tenía sobre la isla transformándola en una zona de libre explotación en la cual se vivirían condiciones como las que vivía Cuba antes de 1959 y que conocen hoy Haití u otros países del mismo tipo. 

No podemos explicar la situación actual de Cuba sin partir de estos hechos y también de la política llevada a cabo por el gobierno cubano, en particular después de la desintegración de la Unión Soviética. Las medidas económicas tomadas por el gobierno cubano desde el 1 de enero, suprimiendo en buena medida la subvención a los alimentos de primera necesidad, han agravado enormemente las condiciones de existencia de una buena parte de la población cubana, que no encuentra artículos de primera necesidad sino en las tiendas en divisas a las que muchos no tienen acceso. 

Lejos de toda manipulación, que solo serviría a los intereses de la reacción, los militantes de la IV Internacional participamos en las movilizaciones contra el embargo y en el caso de nuestro país señalamos la posición servil de los gobiernos españoles ante el imperialismo norteamericano, que les hace corresponsables de esa situación. 

Queremos con esta Carta iniciar un debate necesario entre los militantes de vanguardia sobre las contradicciones de la revolución cubana, sus causas y sus efectos. 

Por ello invitamos a leer y debatir el dosier publicado en el número 92-93 de La Verdad, de marzo de 2017 y publicamos aquí algunos cortos extractos de elementos que consideramos clave que señalan también la necesidad de actualizar los análisis sobre la situación de Cuba y las perspectivas para la defensa incondicional de la Revolución Cubana. 

Extractos de un dosier de La Verdad 

La caída del Muro y Cuba 

Por Julio Turra 

A raíz del vuelco histórico que representó la caída del Muro de Berlín en 1989, hubo un trastorno completo de las condiciones internacionales que durante muchos años habían permitido que existiera, a menos de 100 km. de Miami, un Estado basado en la expropiación de la burguesía y por lo tanto, independiente del imperialismo a pesar de todas las deformaciones existentes. 

Ya antes del hundimiento de la URSS, Gorbachov, en respuesta a las exigencias de Bush, se negó a suministrar la cantidad de petróleo necesaria para el funcionamiento de la economía cubana, lo que contribuyó a desorganizar las bases materiales del Estado cubano y a la vez fue un formidable instrumento de presión para imponer la “apertura al mercado”. 

De nuevo la dirección castrista se encontraba ante una decisión crucial […], y una vez más se negó a plantear una perspectiva de combate común contra el imperialismo que hubiera permitido que los trabajadores de Cuba recibiesen el apoyo irrestricto de los trabajadores y de los pueblos de América Latina y del mundo entero. Al contrario, optó por la apertura al capital extranjero, primero en el turismo, mientras seguía negando al pueblo cubano los derechos más elementales de expresión y de organización. 

Fue en el segundo semestre de 1993 cuando comenzaron en Cuba las grandes “reformas económicas”. Después de perder a sus socios económicos tradicionales del este de Europa y de la antigua URSS, la dirección castrista buscó, a través de las sucesivas reuniones de la “cumbre iberoamericana”, asociarse con los diferentes gobiernos latinoamericanos y con el gobierno español presidido por Felipe González, invitándolos a invertir en Cuba, especialmente a éste último. 

Así se establecieron discusiones con el gobierno del PSOE como legítimo representante de la Internacional Socialista que abonaron el terreno para la implantación de las reformas económicas en Cuba. 

Al mismo tiempo, Castro utiliza lo que le queda del prestigio que le había conferido la revolución cubana entre la llamada izquierda latinoamericana para presentarse como factor de ‘orden’ en la región –por ejemplo con su papel activo en la política de ‘concertación’ de los movimientos guerrilleros de América Central con los gobiernos proimperialistas (El Salvador y Guatemala) y entre los sandinistas y el gobierno de Violeta Chamorro–, y para justificar su ‘inevitable’ política de apertura al mercado. El cuadro que le permite esas políticas es el Foro de São Paulo. 

Las masas tienen la última palabra 

Sin embargo, a principios de 1994 el parlamento cubano pospone repentinamente la aprobación de las reformas […]. La decisión revela el temor de los dirigentes cubanos a la resistencia contra esas medidas, aunque ésta es todavía pasiva en gran parte […]. Hoy como ayer, aunque ahora en condiciones más difíciles debido a que la dirección castrista tiende a convertirse en agente directo de los planes del FMI, la suerte de las conquistas logradas con la heroica lucha de las masas cubanas depende directamente de la extensión de la revolución en particular en América Latina […]. 

Por su parte, la IV Internacional actúa en el marco de la defensa incondicional de las conquistas de la revolución cubana. Esto significa que, apoyándonos en el criterio fundamental del internacionalismo, que es la actitud ante la propiedad privada de los grandes medios de producción, actuamos con independencia respecto de las maniobras de la burocracia castrista y de su política actual que abona el terreno para la destrucción de las bases mismas de la existencia de Cuba como país independiente. 

Cuba: el vuelco 

Por Andreu Camps 

El martes 4 de enero de 2011, el gobierno de Raúl Castro ha comenzado a aplicar las 

medidas anunciadas desde hace meses de elimi1nación de puestos de trabajo en la Función Pública y en las empresas estatales. 

En los próximos seis meses deben desaparecer 500.000 empleos y en un plazo de tres años, 1.130.000, es decir, el 25% de los asalariados del sector público. 

Recordemos que el sector público da empleo al 95% de los asalariados del país. […] 

La prensa gubernamental da a entender que están surgiendo conflictos y tensiones muy fuertes entre los trabajadores amenazados de despido. 

El 2 de enero, el Gobierno ha decidido también reducir el número de productos de primera necesidad que pueden obtenerse con la cartilla de racionamiento. Así, ya el año pasado, las patatas, los guisantes, los cigarrillos y la sal habían desaparecido de las cartillas de racionamiento. A lo que hoy se añaden el jabón, la pasta dentífrica y el detergente. En el mercado, el precio de esos productos se ha multiplicado por 25. Hay que entender que la cartilla de racionamiento permitía a toda la población cubana obtener productos de primera necesidad a precios muy bajos, adaptados a sus salarios. 

Más que nunca, 

¡Basta de bloqueo de Estados Unidos a Cuba!

Solo el Pueblo cubano puede decidir sobre su destino 

¡Fuera las zarpas imperialistas de Cuba! 

14 de julio de 2021 
Comité Ejecutivo del Partido Obrero Socialista Internacionalista 
IV Internacional 

El domingo, 11 de julio, miles de manifestantes salieron a las calles en varias ciudades de Cuba pidiendo alimentos, vacunación y gritando “libertad”. Un movimiento inédito en las últimas décadas. 

Que la situación económica y social de la isla fuese dramática, no era secreto para nadie. El propio presidente de Cuba, Díaz Canel, admitió los problemas existentes al dirigirse al pueblo cubano por televisión en respuesta a las movilizaciones ocurridas. Las atribuyó al criminal bloqueo económico decretado por el imperialismo de EEUU desde hace 60 años. Bloqueo mantenido por los sucesivos gobiernos instalados en Washington, demócratas o republicanos, inclusive durante la actual pandemia de la Covid-19. 

Cuba vive dificultades económicas enormes –el PIB tuvo una bajada del 8% en 2020– acentuadas por la pandemia (caída del turismo, reducción de la financiación de China, , además del embargo agravado por el gobierno Trump). El gobierno cubano, desde enero de este año, inició reformas económicas que prevén el fin de las subvenciones y ayudas al consumo popular y a las empresas públicas; introducción de nuevas escalas salariales y medidas de apertura a las inversiones externas. Al anunciarlas, Diaz Canel dijo que “esta tarea no está exenta de riesgos”, como previendo descontento popular y tensiones sociales que las mismas podrían provocar. 

Evidentemente el representante actual del imperialismo estadounidense que es Joe Biden, que en nada suavizó el bloqueo a Cuba, quiere manipular cualquier manifestación de descontento con la situación que azota el pueblo cubano para sus propios fines, al mismo tempo que apoya la política racista y represiva del Estado de Israel o a la monarquía de Arabia Saudí, por citar dos ejemplos. Si quisiese ayudar al pueblo cubano, suprimiría el embargo ya. 

Alto a la injerencia¡ imperialista del gobierno español y de los gobiernos europeos! 

¡Respeto a la soberanía! 

Cínicamente, los gobiernos europeos, las instituciones europeas y el gobierno español, mientras no dudan en aumentar la legislación represiva en cada país, desde la ley de seguridad global de Francia a ley mordaza en España, pretenden dar lecciones de democracia al pueblo cubano. 

El colmo del cinismo lo representa el comisario de Asuntos Exteriores de la UE, el español Josep Borrell, que ataca a Cuba, cuando en nuestro país más de 4.000 ciudadanos de Cataluña y del resto del Estado sufren persecución judicial por ejercer las libertades. Y todos los gobiernos europeos se han sometido a las exigencias y dictados del imperialismo norteamericano en su bloqueo contra Cuba. 

Los gobiernos latinoamericanos que sirven a Washington, como los de Brasil, Chile, Colombia, confrontados con las movilizaciones en su contra de sus propios pueblos, hacen coro con su amo, clamando “por la libertad contra el comunismo”. De igual forma, la derecha del Perú, derrotada por el pueblo que eligió a Pedro Castillo presidente, destila su odio a Cuba. 

La IV Internacional y sus secciones se posicionan sin condiciones contra el bloqueo econó-mico a Cuba y defienden las conquistas de la revolución cubana. Defienden a la vez que solo al pueblo cubano compete decidir su destino, con los derechos de manifestación, expresión y organización que defendemos para todos los pueblos del mundo, sin ninguna injerencia del imperialismo. 

Sobre esas bases, las secciones de la IV Internacional, incluida la del Estado español, participan en las acciones comunes por el fin inmediato del bloqueo económico de los Estados Unidos a Cuba –todavía más criminal en los tiempos de pandemia que vivimos– y en defensa de la soberanía del pueblo cubano contra cualquier agresión o injerencia imperialista.


NOTA:
En nuestra web puedes encontrar un Dossier elaborado con ocasión de la muerte de Fidel Castro que puede dar una perspectiva histórica a los acontecimientos recientes. Esperamos que os sea útil. 

http://posicuarta.org/cartasblog/a-proposito-de-la-revolucion-cubana-i/ 

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