(Publicado en la Carta Semanal 659)
El pasado 26 de diciembre, el gobierno, la patronal y los dirigentes sindicales firmaron un acuerdo sobre subida del Salario Mínimo. Decidieron también, con toda una serie de condicionantes, subidas más grandes previstas para 2019 y 2020 a condición de que el PIB sea mayor de un 2,5% anual y aumento de la afiliación medida a la Seguridad Social de más de 450.000 personas cada año, condiciones que, como señalaba el diario El País, según las previsiones oficiales no se van a cumplir. Y eso que para el gobierno era fundamental recomponer un “diálogo social” que necesita para poder aplicar las “reformas” que tiene en cartera. Entre ellas, en especial, la de las pensiones.
Al mismo tiempo, la ministra de Defensa, Dolores de Cospedal hacía públicas las intenciones de ese mismo gobierno de aumentar notablemente los gastos militares y los contingentes militares españoles en el extranjero, sin condicionante alguno.
De la misma manera, el ministro Zoido anunciaba que a partir de 2018 se iba a iniciar la equiparación salarial de la Policía Nacional y la Guardia Civil con los Mossos d’Esquadra, una mediad que según los cálculos del gobierno va a suponer un gasto extra de 1.500 millones de euros. Según Zoido “Estamos hablando de que tengan un reconocimiento económico mejor y de que no tengan un desfase con respecto a los Mossos”. Los médicos, enfermeros y demás trabajadores de los 17 servicios de Salud autonómicos, no tienen, al parecer, el mismo derecho a la equiparación salarial y seguirán cobrando 17 salarios distintos (las diferencias, por ejemplo, del salario de los enfermeros suponen hasta 10.000 € al año). Sin duda, salvar vidas es un trabajo menos meritorio que apalear manifestantes o desahuciar inquilinos.
Los pensionistas, anunciaba el gobierno el día 29, verán subir, una vez más, sus pensiones, un 0,25%. Las bases máximas de cotización no subirán este año, una medida que beneficia a los empresarios y que perjudicará a los futuros pensionistas que hoy tiene salarios más altos. Y para los empleados públicos se prevé una subida del 1,5% cuando se aprueben los presupuestos de 2018.
Qué duda cabe de que el gobierno tiene claras sus prioridades. Ojalá que los dirigentes de las principales organizaciones que hablan en nombre de los trabajadores tuvieran igual claridad de ideas y, en 2018, se decidieran a negar el pan y la sal a este gobierno y a organizar la movilización contra sus planes de destrucción.
Quieren aumentar un 80% el gasto militar
El País daba a conocer el 27 de diciembre que el Gobierno Rajoy se ha comprometido con la OTAN a incrementar en más de un 80% su actual gasto militar en los próximos siete años, hasta rondar los 18.000 millones de euros. Según el diario madrileño, lo ha hecho a través de una carta que ha remitido al secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg.
En esa carta, el gobierno del PP marca su “hoja de ruta” para cumplir el mandato de la cumbre de Newport (Gales) de la OTAN, celebrada en 2014, y que consagró el objetivo del 2% del PIB de cada país miembro para gasto militar en 2024. Un objetivo que ha sido machaconamente recordado por el presidente de los EE.UU., Donald Trump. Éste, en su primera reunión con los líderes de OTAN, que se celebró en mayo pasado en Bruselas, les acusó de deber “enormes cantidades de dinero” y dijo que 23 de los 28 países miembros “no gastan lo que deben y esto es injusto para el contribuyente estadounidense”. No estamos ante una ocurrencia de Trump, sino ante una necesidad del imperialismo USA. Trump sólo sigue la política de Obama de exigir mas gasto militar.
Sin embargo, a pesar del enorme incremento prometido por el Gobierno, no se llegaría al 2%; se quedaría en torno al 1,5 o 1,6%. Aunque, como veremos, el aumento es el mismo, pero el resultado final será un porcentaje del PIB bastante más alto.
Mientras cuando se habla de sanidad, educación o servicios sociales, el gobierno se aferra como un dogma al compromiso de alcanzar el 3% máximo de déficit público, el mismo argumento que utilizó para amenazar con intervenir las cuentas del Ayuntamiento de Madrid, para esto no cuenta ese límite. Claro que las autoridades de Bruselas, siempre al servicio de los intereses del capital financiero y del imperialismo USA, consideran que con los gastos militares pueden hacerse excepciones a la regla del 3%. Así lo declaró hace un año la comisaria europea de Mercado Interior, Elzbieta Bienkowska, cuando anunció que la Comisión Europea tenía la intención de poner en marcha un amplio programa de gasto militar.
Resulta patético, incluso, el debate que, según El País, se ha producido entre el ministro de Hacienda, y la ministra de Defensa. Montoro habría planteado que, para engordar el gasto militar y acercarse al objetivo de la OTAN, se contabilizara el presupuesto de la Guardia Civil, un cuerpo de naturaleza militar, con lo que se sumarían 2.700 millones (dos décimas de PIB), pero Defensa se ha negado a ese “maquillaje” contable y exige un crecimiento real del presupuesto. Cospedal parece decir que “con las cosas serias no se juega” y que nada de intentar engañar al “patrón” Trump.
Recordemos que el gobierno acaba de decidir aumentar la presencia militar en Mali, Irak Afganistán y, sobre todo, en el Líbano con la misión de la ONU, la UNIFIL, que se ocupa de cercar a los milicianos de Hezbollá, o sea, de ayudar a Israel cuyo ejercito impunemente asesinó al cabo español Francisco Javier Soria en enero de 2015.
Un gasto camuflado en distintas partidas de los Presupuestos
La propuesta de Montoro sobre el presupuesto de la Guardia Civil pone de manifiesto un fenómeno bien conocido: el camuflaje de gastos militares en diferentes partidas de los Presupuestos, que ya señalamos en una Carta Semanal hace aproximadamente un año: mientras que el presupuesto “oficial” de defensa era de 5.787,89 millones de euros, en cifras de 2016, el presupuesto real, incluyendo compras de material, investigación militar, misiones en el extranjero, Centro Nacional de Inteligencia, etc., llegarían a 17.500 millones de euros (un 1,5% del PIB). Por tanto, con el aumento prometido por Cospedal se superaría ampliamente el 2% del PIB en gastos militares. Y todo cuando la sanidad y la enseñanza públicas siguen estranguladas por los recortes, y cuando más de 60.000 personas mayores mueren al año esperando ser atendidas por la Ayuda a la Dependencia.
Hacen oídos sordos a la “regla de oro” del déficit cuando se trata de gastos militares y de los salarios de las fuerzas y cuerpos represivos, puesto que Rajoy y su gobierno, en nombre de la Monarquía, intentan reforzar lo que representa para el Régimen los pilares seguros, y más en una situación de crisis política: el ejército, los cuerpos policiales…
Ahora bien, desde el punto de vista de la clase obrera, una sola cosa cuenta: Cómo mantener, recuperar, conquistar derechos, cómo defender salarios y pensiones. La experiencia demuestra que no es por el dialogo social, sino mediante la movilización unida, como va conseguirse esto.
Especialmente en este año 2018, en que el capital financiero exige nuevas contrarreformas, en particular sobre las pensiones, la exigencia de los trabajadores es que se lleve a cabo la Unidad de las organizaciones, en Primer lugar los sindicatos, pero también los partidos que hablan en nombre de los trabajadores, por la anulación de la reforma laboral, la defensa del régimen público de pensiones… Objetivos en los que no debe permitirse que ningún gobierno se esconda detrás de cifras macroeconómicas y previsiones tramposas a la hora de subir salarios, pensiones y presupuestos para los servicios públicos.