(Publicado en la Carta Semanal 721 – ver en catalán)
La situación económica mundial está presidida por la noción de crisis; más precisamente crisis crónica del capitalismo, en el sentido de la ausencia de toda perspectiva realmente expansiva. Sin duda el FMI, máximo representante institucional del capital financiero dominante que es el estadounidense, desearía anunciar un horizonte halagüeño, base para toda la propaganda del “capitalismo bueno” que supuestamente permitiría resolver los problemas. Pero la realidad lo impide, obligando a sus máximas autoridades a reconocer las dificultades: tanto su directora-gerente Christine Lagarde, el 18 de abril pasado, como su economista-jefe Maurice Obstfeld, el 9 de octubre, hablaban de “nubes en el horizonte”, ligadas a la guerra comercial y el sobrendeudamiento. Se hunde el discurso de la salida de la crisis. Pero, ¿son sólo nubes, tal vez pasajeras.