Venezuela: la exigencia de ruptura con el imperialismo, en el centro de la situación

(publicado en la Carta IV nº 27 del 8 de marzo de 2014

BanderaIVNo es casual que el empeoramiento de la situación en Venezuela ocurra al mismo tiempo que está avanzando el proceso de disgregación de Ucrania (Véase Carta de la IV número 24). En ambos casos se trata de una ofensiva del imperialismo con vistas a recuperar el control total de las riquezas de los pueblos. No estando reunidas hoy las condiciones para una intervención directa, el imperialismo utiliza el mismo escenario de la desestabilización mediante “intermediarios” internos, un amplio apoyo de los medios de comunicación y la actividad de los “diplomáticos”. En la reciente cumbre de los países de América del Norte (1) en Toluca (México), junto al presidente de ese país, Peña Nieto y Stephen Harper (Canadá), Obama –quien, hasta la fecha no ha querido reconocer la elección del presidente Nicolás Maduro– ha dicho con cinismo que “en lugar de tratar de desviar la atención de los propios fracasos, lanzando falsas acusaciones contra los diplomáticos de Estados Unidos, el gobierno debería concentrar su atención en las quejas legítimas del pueblo venezolano“.

Mirando para atrás, está claro que los disturbios que ahora azotan a Venezuela son una respuesta del imperialismo a la victoria conseguida por el gobierno Nicolás Maduro en las elecciones municipales del 8 de diciembre (cuando ganó el 72% de los municipios contra el 22% a la oposición de derechas, con una ventaja global del 9% de los votos). Aunque la abstención esta vez ha sido alta (41%) este resultado ha barrido la “debilidad  de  origen”,  denunciada  por  la  oposición  debido  a  la  diferencia  de  apenas  el  1,5%  en  las presidenciales del 14 de abril, llevadas a cabo poco después de la muerte de Chávez. (2) Por primera vez Maduro ha sido reconocido como presidente por un amplio abanico de las fuerzas políticas – incluidos los opositores de derecha como Enrique Capriles.

No menos importantes son las condiciones de esta victoria. Conforme explican los compañeros del Colectivo Trabajo y Juventud, de Venezuela (3), en consideración con las graves consecuencias de la crisis “un mes antes, el descenso electoral se sentía en la calle“. Pero “las medidas de emergencia contra la especulación y el acaparamiento, que contaron con el apoyo del 70% de la población, cambiaran la correlación de fuerzas y esto  le permitió al gobierno pasar a la ofensiva política“.

Además de las “leyes de habilitación” (que habían autorizado acciones de emergencia contra el desabastecimiento), otras medidas que habían permitido “pasar a la ofensiva” se derivan de que “el gobierno considera propuestas que se inspiran en la idea de estatalizar el comercio exterior. La creación de la Central nacional de Comercio Exterior y la Corporación Nacional de Comercio exterior son un primer paso a un reordenamiento de nuestra estructura de importaciones (…) La idea es ir a una economía en la que al menos parcialmente las importaciones estratégicas estén nacionalizadas y a través de esta modalidad contener la burguesía parasitaria”.

Pero estos mismos compañeros alertaban de que, en conjunto, estas medidas que habrían permitido dar una respuesta en un período electoral, “son proyectos que requieren mayor tiempo para un aterrizaje. La coyuntura exige medidas menos nebulosas, con los pies en el suelo y que puedan aplicarse a corto plazo“.

En esas condiciones, sin dar tiempo a que se hiciesen sentir los efectos de la victoria de Maduro en las elecciones municipales, el partido Voluntad popular de Leopoldo López escogió la movilización callejera con la “operación salida” cuyo objetivo era -y sigue siendo- derrocar al gobierno. En los enfrentamientos provocados por las actuaciones agresivas y violentas de la derecha, muy pronto surgieron los primeros muertos, que hoy día llegan a 17, falleciendo tanto partidarios de la derecha como militantes chavistas y agentes del gobierno.

El gobierno Maduro da  prioridad al pago de la deuda

Venezuela viene debatiéndose en una situación de caos económico con desabastecimiento, escasez de alimentos y alta inflación (56% en 2013), eso es lo que explica que la derecha golpista tenga cierta resonancia popular. El trabajo precario afecta a casi el 40% de la población económicamente activa, siendo la juventud el sector más afectado.

Con una economía basada en un 80% en la producción de petróleo, la situación combina el continuo declive en la producción de petróleo -causando una disminución del ingreso de dólares- con la decisión del Banco Central de Estados Unidos (FED) de contener la emisión de su moneda. Una mezcla que ha acrecentado la presión en la economía y llevó a Maduro a depreciar el bolívar (la moneda del país) como otros países de la región.

Hoy Venezuela conoce un déficit estatal del 15% según los cálculos más bajos, un fuerte endeudamiento público (para 2012 la deuda total era de más de 102 mil millones de dólares, un cifra similar a casi un 40% del PIB nacional de entonces; en 2014, el pago de la deuda pública – que en su mayoría es externa – crecerá un 55% con relación a 2013, llevándose un 22% del presupuesto nacional).

Con escasez de dólares, y con unas divisas disponibles sin poder seguir soportando el nivel de importaciones de los últimos años, el gobierno chavista ha preferido priorizar el pago a los banqueros (Wall Street) en lugar de pagar los gastos internos, agravando así la escasez y causando la rebelión de la clase media. En un artículo del periódico “The Wall Street Journal”, podemos leer: “Cuando se trata de escoger entre el propio pueblo y Wall Street, el gobierno socialista de Venezuela optó por el último, al menos en lo que respecta el pago de la deuda. El país suramericano paga religiosamente a los inversionistas. Mientras tanto, el gobierno debe cerca de 50.000 millones de dólares a empresas privadas que prestan servicios en la economía del país“.

El artículo explica aun que “los fondos de renta fija invertidos en el país consiguen los mejores rendimientos disponibles en el Índice global de títulos de Mercados emergentes (…) aún más altos que los ofertados por Argentina y Ecuador, que decidieron una moratoria en cierto momento de su historia, cosa que Venezuela nunca hizo. Los títulos venezolanos conocen un rendimiento medio de más del 16%, en  comparación con los 11% en el caso de Ucrania“.

Esto facilita el trabajo de la burguesía proimperialista

De tal modo que aparte del boicoteo y del sabotaje de la burguesía, la cuestión central que está en la raíz de los problemas económicos de Venezuela es la negativa del gobierno (antes Chávez, ahora Maduro) a romper con el imperialismo, a pesar de unas medidas de resistencia parciales aprobadas en el pasado, pero totalmente insuficientes en la nueva situación. Sin romper con el imperialismo (con el pago de la deuda), el gobierno Maduro no tiene cómo enfrentarse al caos en la economía, el desabastecimiento, atender las reivindicaciones de los trabajadores. Es esta situación la que permite que la burguesía y el imperialismo tergiversen las reivindicaciones y las angustias de las clases medias y de la pequeña burguesía y lo utilizan para dar pábulo a sus provocaciones golpistas.

El gobierno norteamericano mete sus narices cada vez más y, de momento, se contenta con presionar al go- bierno, colocándose por supuesto del lado de la derecha y avalando sus acciones, abogando por los líderes de la extrema derecha, con el trillado discurso demagógico de la “democracia” y “los derechos humanos” como co- bertura de su injerencia. Aunque al tiempo no rechaza totalmente la mano tendida por el gobierno Maduro, y al nombramiento de un nuevo embajador por parte de Maduro responde hoy Kerry que EEUU estaría “preparado para un cambio en las relaciones con Venezuela” puesto que las tensiones bilaterales “han durado demasiado”.

El gobierno Maduro ha convocado una conferencia Nacional de Paz  (28 de febrero) intentando por esta vía desmontar la estrategia golpista, teniendo en cuenta la experiencia vivida en 2002 y 2003 cuando EEUU y sus aliados nacionales provocaron el golpe de abril.

La conferencia fue boicoteada por la oposición de derechas [incluida la CTV (4) ]. Pero estaban presentes los grandes empresarios que aprovecharon la situación para sacarle al gobierno, sin demasiadas dificultades, más bien al revés, más concesiones tendentes a seguir haciendo que cargaran con el peso de la crisis los sectores populares. A la vez la economía sigue sometida al pago de la deuda (intereses y capital) que exigen los especuladores financieros internacionales.

También estaba presente en esta conferencia Will Rangel, presidente de la Central Bolivariana de los Trabajadores (chavista), quien ha señalado: “La disputa actual es sobre el control del ingreso petrolero. Sepan que aquí hay lucha de clases, y nosotros, los trabajadores, tenemos nuestras propias reivindicaciones que han sido consideradas y adquiridas en este proceso revolucionario, como la LOT, que defenderá el movimiento obrero“.

Para defender los intereses de la nación y las conquistas de la clase obrera, nada mejor que dirigir al gobierno Maduro la permanente exigencia de que rompa con el imperialismo, que deje de pagar la deuda  para disponer del dinero para enfrentarse con las cuestiones del abastecimiento y de la inversión en la Industria nacional, por no hablar de garantizar que tome en cuenta las reivindicaciones de la juventud y la clase obrera.

En un contexto el que no hay indicios de que se desarrolle un proceso de auto-organización de las masas y tampoco existe una expresión independiente de la clase obrera, ni a nivel sindical ni a nivel de partidos, las consignas tales como “avanzar en la vía del socialismo”,” control obrero”, “socialización de los principales sectores de la economía”, “expropiación de los capitalistas”, desarrolladas en una serie de sectores, aunque correctas en general, no se corresponden con la situación concreta. Y en lugar de ayudar a las masas a adelantarse en el camino de la ruptura con el imperialismo, abriendo entonces sí, la vía hacia la auto-organización y las medidas contra el capital, estas consignas terminan paralizando la acción de la clase obrera cuyo movimiento -arrastrando a las capas de la burguesía media y pequeña- es la única fuerza capaz de enfrentarse a las intentonas golpistas.

En el centro de la situación política y económica está la supeditación de la economía del país -por decisión del gobierno de Chávez- a las imposiciones del imperialismo, supeditación materializada sobre todo en el pago de la deuda. Una política de frente único antiimperialista debe traducirse en una ruptura con esta supeditación con unas propuestas y consignas concretas y prácticas.

La garantía de la defensa de la independencia del movimiento sindical y popular se manifiesta en la exigencia de  que  el  gobierno  Maduro  avance  para  ir  más  allá  de  expulsar  a  embajadores  y  funcionarios  USA involucrados en las provocaciones. Que sea consecuente y rompa con el imperialismo, permitiendo así que se reúnan las condiciones para atender al pueblo (“El dinero o para satisfacer las necesidades del pueblo y no para los banqueros”). En esa vía no le faltará el apoyo popular.

(1) ALENA, en castellano TLC, tratado de libre comercio entre EEUU, Canadá y México, firmado en enero de 1964

(2) Con la muerte de Chávez y con un país presa ya de problemas económicos, el candidato chavista fue elegido con una diferencia del apenas  1,5%  en  relación  con  el  candidato  Enrique  Capriles  del  MUD  (Movimiento  de  unidad  democrática),  apoyado  por  el imperialismo. A Capriles se le conoce por su participación activa en la tentativa de golpe contra Chávez en 2002.

(3) Colectivo Trabajo y Juventud, representante de los posicionamientos de la IV Internacional en Venezuela

(4) CTV (Central de los trabajadores  de Venezuela)  es una central que participó  activamente  en el golpe contra Chávez en 2002, golpe de la mano del imperialismo  estadounidense.  También apoyó el lockout petrolero que paralizó al país al final del 2002 como principios del 2003. Alineado con la actual ofensiva golpista, ha publicado recientemente un “manifiesto por los derechos humanos y el diálogo social” que también le pidió la FADESS  (frente autónomo en defensa del empleo del empleo, del salario y de los sindicatos), el cual es un reagrupamiento que establece una vinculación entre los golpistas de CTV y otros sectores, en particular “izquierdistas”.

 

Buró Panamericano del SI

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