(publicado en la Carta Semanal 454)
Los trabajadores y los pueblos de todo el Estado se encuentran con que sus organizaciones, a partir de su dirección, no sin contradicciones, se encuentran subordinadas, por activa o por pasiva, más o menos críticamente, a los gobiernos que aplican las exigencias del FMI y de la Unión Europea, y las imposiciones del aparato de Estado de la Monarquía.
Esta situación empuja a los trabajadores, a los militantes, a instancias sindicales, a representantes municipales y políticos, a resistir, como en la huelga de la limpieza de Madrid, sin respetar las conveniencias de los gobiernos. Buscan arrastrar al conjunto de sus organizaciones por ese camino, en definitiva para recuperar la soberanía, sin la que no hay democracia. Un camino que lleva al choque con Bruselas y con la Monarquía y a buscar la alianza de trabajadores y pueblos para ese choque.
Sólo esa pugna permite entender la presión implacable del aparato franquista de Estado y el gobierno del PP, que es emanación directa del mismo, sobre los dirigentes de la “izquierda patriótica” vasca y sobre cuantas formaciones se identifican históricamente con las exigencias nacionales de Cataluña y el País Vasco. Tienen que renunciar expresamente a la soberanía (vaciando por tanto el derecho a decidir) y a las exigencias democráticas tradicionales, como la amnistía plena, que el movimiento obrero hizo suyas en los mejores momentos.
Éste es el marco en el que tendrá lugar la manifestación de este sábado 11 en Bilbao a favor de los presos.
Puedes leer la declaración del Comité de Vizcaya del POSI.