Declaración del Comité Ejecutivo del POSI – 28 de octubre de 2015 14:00 horas
El martes 26 los grupos parlamentarios de Junts pel Sí, y de la Candidatura d’Unitat Popular, han presentado a la Mesa del Parlamento de Cataluña una propuesta de resolución proclamando la apertura de “un proceso constituyente no subordinado” iniciando “el proceso de creación del estado catalán independiente en forma de república”. La propuesta insta igualmente al futuro gobierno catalán a “adoptar las medidas necesarias para hacer efectivas estas declaraciones”.
Con el aval de una mayoría de diputados –que no de votos en las elecciones del 27S– esta declaración debe ser discutida por el Parlament y eventualmente aprobada en los próximos días.
Grupos como Catalunya Sí que es Pot ya han anunciado una declaración alternativa proponiendo entre otras cosas un referéndum.
El gobierno del PP, para anular lo que pueda decidir el Parlament, echando mano de Pedro Sánchez, secretario general del PSOE y de Albert Rivera, secretario general de Ciudadanos, y de la reforma de las competencias del Tribunal Constitucional, amenaza con recurrir a todos los medios, inclusive la aplicación del artículo 155 que conllevaría la suspensión de las instituciones autonómicas elegidas por el pueblo catalán.
Ante esta situación, el movimiento obrero y popular, particularmente sus organizaciones sindicales, no pueden ser cómplices del gobierno de los franquistas. Debe rechazar por todos los medios las amenazas de Rajoy sin que ello signifique para nada la adhesión a la política de Artur Mas, como han hecho hasta ahora las uniones catalanas de UGT y CCOO defendiendo el derecho a decidir.
El Gobierno de la Monarquía es responsable
No hay ninguna duda: el responsable principal de esta situación es el gobierno de la Monarquía y el aparato de Estado heredado del franquismo. Particularmente desde que en junio de 2010 el TC mutiló el Estatuto de Cataluña votado por las Cortes y aprobado por el pueblo catalán, la Monarquía y su gobierno ha ido cerrando puertas a cualquier solución democrática, impidiendo que se celebre un referéndum, enfrentando la aspiración mayoritaria del pueblo de Cataluña a las de los otros pueblos del Estado, y blandiendo la amenaza judicial a cada paso. Las organizaciones que se reclaman de los trabajadores y de la democracia tienen una responsabilidad enorme en detener esta política de enfrentamiento que amenaza con los peores males exigiendo una salida democrática que de la palabra al pueblo de Cataluña y a todos los pueblos.
Para derrotar a Rajoy y la Monarquía (que tienen el respaldo de la Unión Europea), es imprescindible forjar la unidad del pueblo catalán y buscar la alianza con los trabajadores y pueblos del Estado. Es la única posibilidad de conseguir la soberanía.
En efecto, es indudable que realizar una decisión como la que pretenden llevar a cabo Junts pel Sí y la CUP, requiere algo más que una mayoría parlamentaria, si de lo que se trata es de abrir efectivamente un proceso constituyente no subordinado –esto es, no subordinado ni a la Monarquía ni a la UE– en el que la soberanía popular sea algo más que una declaración. Y en este sentido, hay que constatar que más allá de los titulares más o menos llamativos, no hay en toda la declaración ninguna mención expresa a que van a derogarse todas las medidas de ajuste contra las que se ha levantado unido el pueblo catalán, y los demás, o que se va a poner fin a las políticas que han causado tanto sufrimiento y han permitido una mayor dependencia de los parlamentos de instituciones que nadie controla y que son instrumentos del capital financiero internacional.
No hay soberanía sin derogar los recortes
No puede haber soberanía sin derogar los recortes, sin restituir los derechos arrebatados a los trabajadores. No hay soberanía si no se deroga la reforma laboral, o no son readmitidos todos los profesionales de la sanidad y la enseñanza despedidos por los recortes; o si no se abren inmediatamente todos los quirófanos cerrados. No hay soberanía en definitiva si el Parlamento de Cataluña no se desvincula de leyes que como la de la estabilidad presupuestaria sirven para anteponer los intereses del pago de la deuda a la satisfacción de las necesidades de los ciudadanos. No hay soberanía si el gobierno que elija el Parlamento no puede eventualmente nacionalizar la banca y acabar con la especulación y la usura, si no puede adoptar un plan de emergencia social que garantice los servicios sociales básicos. No hay soberanía si el Parlamento de Cataluña no rompe el marco divisor del Estado Autonómico para dirigirse a los trabajadores y los demás pueblos del Estado a fin de luchar juntos contra el régimen monárquico, defendiendo las conquistas comunes como la Seguridad Social.
El POSI, que ha combatido desde su fundación por la abolición de la Monarquía heredera del franquismo, por la República, por las Repúblicas Catalana y Vasca, por la Unión Libre de Repúblicas del Estado Español, que ha defendido siempre la apertura de un verdadero proceso constituyente que garantice el derecho de autodeterminación, base ineludible de cualquier solución de la cuestión nacional en un marco de libertad y la fraternidad entre los pueblos, afirma que es imprescindible forjar la más amplia unidad entre los trabajadores y los pueblos del Estado español para acabar con este callejón sin salida que representa la continuidad del régimen monárquico.