Presentación del Combate Socialista nº 23 de septiembre de 2014
Este número de Combate Socialista, órgano teórico del Partido Obrero Socialista Internacionalista, tiene una especial relevancia.
En efecto, por un lado, en los tiempos que corren, de crisis profunda del movimiento obrero organizado, de las grandes organizaciones que, como producto de la lucha de clases hegemonizaron su representación, olvidar el pasado aparece casi como una necesidad.
Por otro lado se presentan como nuevas viejas antiguallas del pensamiento, y actúan fuerzas que, como la Iglesia, intentaron e intentan pervertir y/o desviar la acción de la clase obrera por su emancipación.
Publicamos tres documentos, que abordan dos de ellos cuestiones de la historia y el tercero un tema de la actualidad inmediata.
Este 2014 se conmemora el centenario de la Gran Guerra. Es verdad, el Estado español no participó directamente. Sin embargo sus consecuencias fueron de una enorme magnitud. La Verdad, revista teórica de la Cuarta Internacional, publicó en su numero 82 (nueva serie) un completo análisis de las causas, las consecuencias y la posición del movimiento obrero internacional ante esta guerra. Evoca cómo los partidos de la Segunda Internacional (la mayoría, excepto el Partido Bolchevique, o el Partido Socialista Serbio) apoyaron a la burguesía de su propio país en contra de la posición oficial de la Internacional Socialista de lucha contra la guerra, y permite también recordar los efectos devastadores que tuvo para la población esta guerra interimperialista, o cómo la debacle histórica de la Segunda Internacional provocó el surgimiento de la Internacional Comunista al calor de la Revolución de Octubre del 17. Recomendamos la lectura de ese número de La Verdad para su mayor comprensión.
Pero lo que todo el mundo parece querer olvidar fue la repercusión de la guerra mundial de 1914-18 en el movimiento obrero del Estado español y en las organizaciones nacionalistas (particularmente catalanas en esa guerra).
Debemos remarcar la actitud verdaderamente internacionalista de la mayoría de la CNT, con el compañero Anselmo Lorenzo a la cabeza, y de una minoría del PSOE frente a la mayoría liderada por Pablo Iglesias. Al tiempo que recordar que la Revolución de Octubre creó tal conmoción que la CNT y el PSOE mostraron su adhesión e incluso la CNT participó en la Internacional Comunista en tiempos de Lenin y Trotski. La degeneración estalinista contribuyó a apartar a estas organizaciones del combate de la nueva Internacional.
Encontraremos también en el estudio del nacionalismo catalán argumentos repetidos hoy que pretenden buscar apoyos a la soberanía en los imperialismos llamados democráticos, léase hoy Obama o la Unión Europea.
El tercer documento aborda una cuestión central en el movimiento obrero, la lucha por los derechos o la búsqueda de la caridad, cuyo soporte teórico es «un nuevo capitalismo es posible», o sea la negativa de la necesidad de la revolución en aras de un cambio a partir de la «gente» para moralizar la sociedad capitalista, sociedad de barbarie y destrucción.
Tres documentos que llamamos a leer y a debatir, por las enseñanzas tan actuales del pasado y por el análisis tan pertinente de lo que se pretende nuevo (la renta básica), que solo se basa «en la doctrina social de la Iglesia».