Propaganda de guerra

 Carta Semanal 1036 en catalán

Carta Semanal 1036 para descargar en PDF

una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”. Joseph Goebbels, ministro de propaganda del III Reich

Hace unos días, el comisario europeo de Industria, Thierry Breton, advertía que “necesitamos cambiar el paradigma y pasar al modo de economía de guerra”. Según Euronews, “una ‘economía de guerra’ implica la reorientación de las estructuras económicas nacionales para dar prioridad a las necesidades militares sobre el consumo civil”.  Las palabras de Breton explican la decisión de los jefes de gobierno de la Unión Europea de destinar 800.000 millones de euros a aumentar el gasto militar, tras la cual una poderosa campaña de propaganda se ha puesto en marcha para hacer tragar a la población que ese enorme gasto es necesario, que han de aceptar “sacrificios”. Y para someter a todas las organizaciones a la “unión nacional” en favor del rearme. Mentiras, falsas encuestas, amenazas, todo vale para justificar la guerra. Intentaremos desmontar algunas de las mentiras de esta campaña de propaganda belicista

1.- No se va a tocar el gasto social

La inmensa mayoría de la población, que tiene enormes necesidades no satisfechas por los presupuestos nacionales, obtiene como respuesta a sus demandas que hay que aumentar el gasto militar, pero que esto no va a significar tocar el gasto social,…

Aunque no se tocara, hoy ya haría falta un importante aumento del gasto social para salvar los servicios públicos, de la inversión pública para satisfacer las necesidades de la población. La sanidad pública, una de las mayores conquistas, está siendo dinamitada. Las universidades públicas están en situación de quiebra. Miles de personas mueren cada año en espera de la valoración de su estado de dependencia. No hay fondos para construir las viviendas que necesitan los jóvenes. Las carreteras se caen a pedazos, mientras que las obras hidráulicas necesarias para prevenir catástrofes como la ocasionada por la DANA de Valencia se ven aplazadas año tras año por los recortes de presupuesto. Se pone en cuestión el sistema público de pensiones. La población de Valencia desespera ante la lentitud delas ayudas, los mutualistas reciben como respuesta que no van a cobrar lo que se les adeuda…estas son las preocupaciones de la mayoría y, sin embargo, el gobierno, las derechas y los medios de comunicación responden: hay que prepararse para la guerra

Para intentar que ese aumento del gasto no recaiga exclusivamente sobre el gasto social, la UE ha decidido que 150.000 millones salgan de deuda mancomunada y que los 650.000 millones que han de salir de los presupuestos de cada país salgan de un incremento de los límites de deuda y de déficit. Pero, como señalaba con razón Ione Belarra, “es imposible un aumento del gasto militar, duplicar la inversión en tres años, sin hacer recortes sociales, ahora o en el futuro». «Y si se hace a través de deuda, vamos a pagar tantos intereses en el futuro que va a suponer el desmantelamiento del Estado del bienestar tal y como lo conocemos».

2.- Se va a construir una defensa autónoma europea

Nos dicen que con esos 800.000 millones se va a construir un sistema de defensa autónomo europeo que permitirá liberarse de la tutela del «amigo americano», que ya no es tan amigo. Un simple cálculo permite desmentir ese argumento. Trump –como antes Obama y Biden- exigen que los europeos gastan aumenten su gasto militar. Trump exige un aumento hasta el 5% del PIB. Según las cuentas oficiales, el PIB de la Unión Europea asciende a 17 billones de euros. El 5% de esa cifra serían unos 850.000 millones, más o menos la cifra propuesta por Ursula Von der Leyen. La «defensa autónoma» es exactamente lo que exige Trump. Que necesita desplegar parte del aparato militar que ahora tiene en Europa en Asia y el Pacífico, frente a China, y que los europeos cubran ese hueco

Además, gastar más en armas supone comprar más armas a las empresas norteamericanas de armamento (ahora, un 80% del gasto en armas de los países europeos va a empresas de los EEUU). En el año pasado los EEUU han aumentado su lugar en el mercado mundial de armamento, del 38 al 43 por cien.

Algunos países europeos, como la República Checa, ya han anunciado que no renuncian a comprar los F 16 norteamericanos.

Además, la mayoría de empresas de la industria militar «europea» tienen participación norteamericana como INDRA en España.

Aumentar el gasto militar significa reforzar aún más el control militar de los EEUU.

3.- Hay que hacer frente a la “amenaza rusa”

Nos dicen que hay que prevenirse, porque los rusos van a invadir Europa. Sería una novedad en la historia, ya que normalmente ha sido Rusia la que ha sido invadida (por Suecia, por Napoleón, por la Alemania nazi…) .Pero el invento no corresponde a las posibilidades de Rusia. Ni a sus capacidades logísticas. En 2021 su intento de tomar Kiev fracasó por el excesivo alargamiento de sus líneas de suministro. ¿Cómo van a invadir Berlín, París, Roma o Londres? Ni a su capacidad económica y militar Hoy el gasto militar ruso no llega a la tercera parte del de los miembros europeos de la OTAN. Von Clausewitz estableció que un atacante debe superar el triple de poderío militar que uno que se defiende. ¿Puede Rusia multiplicar por nueve su gasto militar? La federación Rusa tiene un PIB apenas superior al de Italia.

Su ejército ha hecho el ridículo ante Ucrania, han tenido que echar marcha atrás a las puertas de Kiev, han tenido que recurrir a decenas de miles de mercenarios y miles de coreanos porque su juventud rusa se niega a ir a la guerra. Para la población rusa una cosa es defender la tierra rusa y otra ir a combatir al extranjero.

Todo esto no tiene ninguna base pero una mentira repetida mil veces…

Otra cosa son las armas nucleares…y no es con más aviones, tanques y soldados con lo que se hace frente a esto.

Si hablamos de “invasión”, habría que plantearse ¿Ha sido Putin, o Trump, quien amenazó con anexionarse tres naciones: Canadá, Groenlandia –que forma parte de un Estado miembro de OTAN- y Panamá? Recordemos cómo el ejército más poderoso del siglo XXI fue reunido por capitanes estadounidenses contra una antigua colonia, Irak, rica en petróleo (2003). Entonces, el mentiroso, el gánster Bush juró al mundo que Irak había «comenzado» para justificar su guerra imperialista de saqueo. Sabemos lo que pasó con la mentira, fabricada para la ONU, de las «armas de destrucción masiva», admitida por Colin Powell. El falsificador Bush, un multimillonario del petróleo, vive feliz para siempre, después de que cientos de miles de víctimas hayan sido asesinadas por las armas de destrucción masiva estadounidenses. ¿Quién «inició» la agresión imperialista contra Libia (2011), con trágicas consecuencias para África? ¿Quién anima y arma hoy a Israel, que desarrolla una guerra genocida en Gaza y Cisjordania y ataca a Líbano y Siria? ¿Quién ataca hoy al Yemen y amenaza con bombardear Irán? ¿Quién ha lanzado ya una guerra comercial contra sus supuestos aliados europeos?

4.- .Las fuerzas políticas y sindicales ante la guerra

Se intenta imponer una idea, desde todos los medios: los gastos militares son inevitables. Incluso se difunde un «estudio» del Instituto alemán KIEL que dice que esto va a servir para aumentar el PIB y el empleo industrial, si en vez de tractores o barcos de pesca se producen tanques y destructores. Es la solución que algunos proponen ante el cierre de fábricas de la Volkswagen. En España se presume de que la industria de guerra emplea a casi 20.000 trabajadores. El Mundo titulaba en junio de 2024 Más de 20.000 nuevos empleos a 3.500 euros mensuales: la industria de la Defensa española aspira a doblar su plantilla ante la nueva ola de inversión”. Todo eso cuando faltan respuestas a cuestiones más elementales, desde la reserva estratégica de mascarillas a tractores a un precio abordable.

Pero el discurso de guerra cuela entre los dirigentes. La dirección del PSOE lo da por hecho. Otros lo consideran desagradable, pero inevitable.

Por el momento, algunas resoluciones de congresos sindicales han rechazado los 800.000 millones, pero los dirigentes de las confederaciones evitan pronunciarse. Y el papel de los sindicatos será esencial ante la exigencia de “sacrificios” para alimentar el gasto militar

5.-La marcha a la guerra serviría para defender las libertades y los valores europeos.

Parece mentira, pero lo dicen. Los gobiernos que siguen sin reaccionar frente a la barbarie de Palestina, que, en el mejor de los casos, no pasan de declaraciones vacías, como el gobierno “progresista” español y que en otros casos siguen apoyando al Estado genocida de Israel, nos hablan de armarnos para defender “los valores de la Unión Europea” .

Se intenta inducir a los jóvenes a ser partidarios de la guerra. El señor Tezanos del CIS se inventa una encuesta según la cual el 75 por ciento de nuestros jóvenes están dispuestos a ir a la guerra. Curiosa encuesta, ya que el año pasado Gallup preguntó en varios países europeos si los ciudadanos estarían dispuestos a luchar en caso de que hubiera una guerra y la respuesta mayoritaria fue que no. En Italia el 78% dijo que no. En Alemania, el 57%. En España el 53% (solo el 29% dijo que sí lo haría). La media de respuestas en los países de la UE fue de 32% a favor de combatir y 47% en contra. Como explicaba La Vanguardia el 15 de marzo Los principales ejércitos de la OTAN pierden más soldados de los que reclutan y esta falta de vocaciones militares es un lastre para el anunciado rearme europeo”, en un artículo que explicaba las dificultades crecientes de los ejércitos británico y alemán para mantener sus efectivos, que explicaba Vicenzo Bove, experto en políticas de Defensa de la universidad de Warwik, cree que no será fácil para los ejércitos europeos alcanzar los objetivos de reclutamiento. “La mayoría de los jóvenes están en contra de la guerra y del rearme, y también son menos patrióticos”. Tal vez por eso, varios países europeos se plantean volver al reclutamiento obligatorio

6.- Organizar contra el camino a la guerra

Hoy, la principal amenaza a las conquistas sociales y los derechos es el avance hacia la “economía de guerra”. Para el capital financiero, la guerra permite hacer fabuloso negocios y atacara, a la vez, las conquistas obreras, someter a los dirigentes a esa política.

Frente a la política de guerra, levantamos la lucha por la paz. Por la paz en Ucrania, donde ni el pueblo ruso ni el ucranio quieren la guerra. Millones de jóvenes rusos y ucranios han huido para escapar al reclutamiento. Por la paz en gaza y Palestina, por la ruptura inmediata de relaciones económicas, militares, diplomáticas y comerciales con el Estado de Israel (sin el mantenimiento del comercio con el Estado sionista, éste no podría continuar su agresión. En 2022, el 31,9% de los bienes importados por Israel provenían de la UE, que a su vez recibió el 25,6% de las exportaciones israelíes).

En todas partes, hemos de preparar actos y reuniones de campaña contra el gasto militar, exigir al gobierno que es dinero vaya a educación, sanidad, dependencia, vivienda, inversión pública.

NI UN EURO, NI UN SOLDADO PARA LA GUERRA

 

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