Carta Semanal 1022 para descargar en PDF
La caída sin combate del régimen encabezado por Bachar Al Assad se enmarca en la sucesión de guerras, genocidios, intervenciones directas de las potencias imperialistas en particular después del fin de la colonización europea (franco/británica) y la proclamación del Estado de Israel en abril de 1948 (después de que en noviembre de 1947 fuera votada en la ONU la partición de Palestina bajo una propuesta del embajador del Kremlin). A lo largo de estos decenios hemos asistido a la ofensiva del imperialismo norteamericano por controlar la región -por su importancia económica en recursos energéticos, y estratégica- en detrimento de todos los pueblos y excluyendo a sus «aliados» europeos (de hecho la Unión Europea y sus países incluyendo los viejos colonizadores, Francia e Inglaterra- prácticamente ya no tienen ninguna influencia). Ofensiva de la que el estado sionista es una pieza clave, pero no la única.
En el corazón de la resistencia a la política del imperialismo se encuentra la resistencia casi centenaria del pueblo palestino, desde antes de la creación del Estado de Israel y la expulsión de una buena parte del pueblo palestino de sus tierras, tanto bajo la dominación otomana como bajo el mandato británico. El imperialismo yanki, tiene allí su mayor destacamento militar; Israel, el estado genocida, sionista y de apartheid.