Elecciones en Portugal: Un terremoto político

Carta Semanal 1045 en catalán

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El domingo 18 de mayo se realizaron en Portugal elecciones generales a la Asamblea de la República. Estas elecciones anticipadas se han realizado un año después de las últimas pues el Gobierno Montenegro de AD (derecha tradicional) perdió una moción de confianza en febrero y se vio abocado a convocarlas (comentaristas avisados explican que el propio gobierno buscaba estas elecciones para conseguir un mayoría suficiente, jugando con la necesidad de «estabilidad»).

El 10 de marzo de 2024 ya hubo elecciones anticipadas después de un supuesto caso de corrupción del primer ministro António Costa del Partido Socialista. Acusación que al final se descubrió que era falsa –más bien se trataba de un caso de lawfare– y fue el Presidente de la República quien forzó las elecciones anticipadas en un verdadero «golpe institucional». Dejemos claro que las elecciones últimas también se vieron empañadas por las supuestas acusaciones de «conflicto de intereses» contra el primer ministro Montenegro. Es una constante ya en la mayoría de procesos electorales en que se cruzan acusaciones de corrupción, que, al margen de la certeza de ellas, constituyen el caldo típico en que se mueve la extrema derecha y su campaña «todos podridos», que sirve, en general, para desviar la atención de los verdaderos problemas y ayudar a constituir fuerzas políticas que plantean la ruptura con el sistema, pero no con el régimen capitalista, que es la causa no solo de la corrupción, sino de la explotación y la política de guerra.

Los hechos

Es importante, antes de sacar conclusiones políticas, analizar los resultados, en este caso electorales.

En Portugal había inscritos –dentro del territorio nacional, sin incluir los emigrantes- este año 9.265.322 electores. Frente a 9.271.479 en las elecciones de 2024. Una caída en el número de inscritos propia de la demografía negativa del país (fenómeno que sucede también en España, Italia y otros países europeos).

La participación en 2024 fue del 66,23 por ciento. En 2025 del 64,38, aumento de la abstención. Cuestión relativamente nueva en Portugal. Donde la característica después de la revolución de abril de 1974 y la conquista de las libertades era la participación electoral masiva. En todo caso, en 2025 han votado 174.974 personas menos que en 2024.

Veamos los resultados de los principales partidos:

El Partido Socialista, en tres años perdió 907.000 votos. En 2022 obtuvo 2,3 millones el 41,4 por ciento, y 120 diputados. O sea, la mayoría absoluta de los 230 de la cámara única que existe. En 2024 ya perdió 500.000, y ahora pasó a poco menos de 1,4 millones, el 23,4% de los votantes y 58 diputados. En esos tres años ha perdido un 45% de sus votantes, y más del 50% de diputados. 

El Bloque de Izquierdas (BE), el 10 de marzo de 2024 tuvo 274.000 votos y 5 diputados. En este 2025 119.000 y un solo diputado .Perdió en un año el 56,5 por ciento de los votos. Los «dinosaurios» del BE (Louça, Rosas y Fazenda) que volvieron a escena en la campaña electoral no consiguieron evitar la caída en picado del BE (que en 2015 y 2019 llegó a tener 500.000 votos y 19 diputados).

El Partido Comunista (PCP) pasó de 202 mil votos (3,3 por ciento) en 2024 a 180 mil (3 por ciento) en 2025. Perdió 25.000 votos (10,5 por cien) y un diputado: Se queda en tres.

Entre las tres fuerzas de izquierda han perdido 605.574 votos.

AD (Alianza del PSD y el CDS, los dos partidos de la derecha tradicional) pasó de 1,8 millones (29,5%) en 2024 con 79 diputados a 1,9 millones ahora (32,7%) y 89 diputados. Un ligero aumento de votos en unas elecciones con una abstención mayor.

CHEGA (basta en castellano), partido de ultraderecha, pasó de 1,1 millones en 2024 (18%) a 1,3 millones (22,6%) ahora, y de 48 a 58 diputados.

Livre, una escisión del BE, adscrita a Los Verdes europeos, obtuvo 250.651 votos y 6 diputados (46.000 votos y 2 diputados más que en 2024), pero no recuperando lo que perdió el BE.

Iniciativa Liberal, otro partido de la derecha, ha obtenido 330.159 votos, un ligero aumento con respecto a 2024.

Hay que señalar que aritméticamente, las derechas obtienen 154 diputados, llegando a los dos tercios necesarios si pretende revisar la constitución.

¿Cuál fue el traslado de votos?

En primer lugar, hay un aumento, en ascensión constante, de la abstención, en particular entre la juventud. En aparente contradicción con -por ejemplo- las potentes movilizaciones por el derecho a la vivienda que se desarrollaron últimamente, o los centenares de miles de jóvenes que se manifestaron el 25 de abril en el aniversario de la revolución. Una buena parte de la juventud rechaza a todos los partidos tradicionales, y una pequeña parte vota a CHEGA como voto de protesta.

Sin embargo, junto a este fenómeno, lo más espectacular es que en las principales zonas obreras, como Santarem, Setubal, Leiria (Marinha Grande), de absoluta mayoría socialista y comunista desde la Revolución (en Setúbal, después, del BE), CHEGA llega en cabeza o en segundo lugar.

En el Alentejo, de dominio absoluto del PCP, desde la revolución de abril de 1974, CHEGA llega en cabeza.

Es decir, CHEGA arrastra electoralmente a los sectores más explotados de la clase trabajadora. Un fenómeno que, como sabemos, no es solo portugués.

Algunas explicaciones

Sin ir más lejos, fijémonos en 2022. El PS tenía la mayoría absoluta de votos y diputados, y sin duda, toda medida que hubiera adoptado en el sentido de los intereses de la población, en el terreno de la vivienda, las leyes laborales, la enseñanza pública, habría tenido el apoyo de la calle y de los otros partidos de izquierdas en la Asamblea de la república.

Sin embargo, ¿qué hizo el gobierno de Antonio Costa? Siguiendo el Pacto de estabilidad europea, continuó con la política de privatizaciones para combatir el déficit e intentó desmantelar la enseñanza pública, por lo que se enfrentó a una huelga masiva de los enseñantes, la corporación más organizada del país, al pretender municipalizar la enseñanza y negar todo aumento salarial. La huelga se saldó en empate. Pero este sector de trabajadores experimentó, sin duda, una ruptura con el PS en el gobierno. Después de la elección de 2024 y la victoria por la mínima de la derecha, lo primero que hizo el gobierno Montenegro fue aumentar el salario a los enseñantes.

Mientras tanto, las Instituciones europeas galardonaban a Antonio Costa por su política de austeridad y los premiaron después con el título de presidente del Consejo de Europa. (El capital, a veces, es agradecido con los que le sirven). La prensa burguesa no paraba de hablar del “milagro económico” portugués. Pero la población trabajadora no vivía tal milagro. Un estudio, elaborado por un observatorio independiente del Instituto Universitario de Lisboa, demostraba que casi uno de cada tres jóvenes portugueses ha emigrado. Se trata del 30% de la población entre 15 y 39 años. Son más de 850.000 personas

EL BE y el PCP de hecho acompañaron la política del gobierno. Eso sí, el PCP con grandes declaraciones contra la guerra y contra el genocidio, que no se acompañaban de ninguna propuesta de unidad al conjunto de las organizaciones (una buena parte de los militantes del PCP hoy lo que constatan es la ineficacia de la política de la dirección, que vive en un círculo cerrado).

El debate abierto

AD y CHEGA se han pronunciado en diversas ocasiones sobre la necesidad de reformar la Constitución, así como Iniciativa Liberal (otro partido de la derecha) 

Quieren transformar el voto de protesta contra el sistema en un sentido inverso: acabar con las conquistas de Abril de 1974. En particular, desmantelando la enseñanza y la sanidad pública (producto de la revolución) y acabar o desnaturalizar la democracia parlamentaria, dando más poderes al Presidente de la República y al Ejecutivo.

Para ello, en particular, CHEGA hace campaña sistemática para buscar la cabeza de turco, proclamando que las carencias de vivienda o los bajos salarios son culpa de los emigrantes (que suponen un millón de trabajadores, que por otro lado son necesarios, según los sectores más lúcidos de la patronal, para cubrir la baja demográfica)

Este fenómeno de división de la clase obrera no es nuevo, y no es solo portugués.

Y la ausencia de una «izquierda de ruptura» facilita esto. No es por casualidad que muchos militantes toman como referencia a LFI de Melenchon, que aparece como la única manera de hacer frente a la derecha y la extrema derecha.

Existen las fuerzas y los militantes para ello. La disponibilidad de la juventud está ahí, los conflictos laborales no se han detenido y se encuentran en muchos casos ante la pasividad de los sindicatos (por ejemplo, en la huelga reciente de los ferroviarios la CGTP, el sindicato mayoritario, de hecho no hizo nada para impedir el aislamiento de la huelga,

Ayudar a constituir una fuerza política de ruptura con el sistema es, sin duda, la vía de salida. Y en este sentido la campaña europea contra la guerra, contra el genocidio, contra el rearme y en defensa de los derechos sociales es un instrumento de primera mano para los militantes portugueses.

 

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