Carta Semanal 1024 para descargar en PDF
El X Congreso Mundial de la IV Internacional, celebrado en diciembre de 2023, aprobó por unanimidad una moción de urgencia en la que se decía: «Una guerra genocida y una limpieza étnica están en curso en Gaza y Cisjordania (…) El X Congreso Mundial de la Cuarta Internacional condena al Estado de Israel como responsable (…) condena al gobierno de Joe Biden que, en nombre del imperialismo estadounidense, financia, arma y apoya diplomáticamente los crímenes del Estado de apartheid de Israel (…) condena a los cómplices europeos del imperialismo (…) expresa su indignación ante la actitud de los dirigentes de las grandes organizaciones obreras y populares que, más allá de sus declaraciones, en los hechos no hacen nada para salvar al pueblo palestino amenazado de exterminio.
(…) incondicionalmente solidario con el pueblo palestino, se dirige a los trabajadores y a los pueblos del mundo:
– ¡Alto a los bombardeos!
– ¡Levantamiento incondicional del bloqueo de Gaza!».
Durante todo este año las secciones de la Cuarta han desarrollado su actividad interviniendo en cada país con esta orientación de combate contra la guerra, contra el genocidio en Gaza.
La marcha a la guerra se ha profundizado
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, declaraba el 12 de diciembre en Bruselas que los pueblos deben «aceptar hacer sacrificios», como recortes en sus pensiones, sanidad y sistemas de seguridad, para aumentar el gasto en Defensa. Rutte dijo “es urgente actuar. Para proteger nuestra libertad, nuestra prosperidad y nuestro modo de vida, sus políticos deben escuchar sus voces. Díganles que aceptan hacer sacrificios hoy para que podamos estar seguros mañana. ¿A qué sacrificios se refería?: “Por término medio, los países europeos gastan fácilmente hasta una cuarta parte de su renta nacional en pensiones, sanidad y sistemas de seguridad social, nosotros necesitamos una pequeña fracción de ese dinero para hacer nuestra Defensa mucho más fuerte…”.
Esas palabras muestran cuál es la política de los EEUU y los gobiernos de la OTAN: la marcha hacia la guerra. Y dejan claro cómo esa política supone la guerra social, la guerra contra los derechos y conquistas sociales.
La marcha hacia la guerra se muestra en los hechos. Según el SIPRI, Europa ha experimentado un aumento generalizado del gasto militar desde principios de 2022, hasta un total de 552.000 millones de euros en 2023, un 16% más de lo gastado en 2022, y un 62% más en comparación con 2014, donde el gasto fue de 330.000 millones de euros.
Sin olvidar las guerras auspiciadas por diversas potencias imperialistas, con el objetivo de saquear sus inmensas riquezas naturales, hacemos un repaso de la situación en diferentes escenarios.
Europa ante la guerra
Europa vive la guerra en Ucrania, masacre que ya lleva más de mil días, que ha devorado a más de un millón de jóvenes rusos y ucranianos, y está destruyendo a Ucrania. Masacre alimentada por la OTAN y los gobiernos que suministran armas a Zelenski. Una guerra que Putin también alimenta, en defensa de la oligarquía rusa, y que destruye la economía europea y absorbe cada vez más gastos militares, en detrimento de la sanidad, las universidades, la enseñanza y los servicios públicos en general.
Al mismo tiempo, los gobiernos europeos hacen preparativos para la guerra. En Alemania, se ha creado un nuevo cuartel general de la OTAN para Ucrania en Wiesbaden, y un centro de mando de la OTAN en Rostock para la guerra marítima en el Mar Báltico, a la vez que se desplegaron armas nucleares de medio alcance estadounidenses. Se suprimen las cláusulas que prohíben la investigación militar en las universidades, se abren las escuelas al reclutamiento para el ejército alemán.
La Federación Rusa ha comenzado la producción masiva de refugios antiaéreos móviles KUB-M, diseñados para proteger contra ondas de choque nucleares, radiación y amenazas convencionales durante un máximo de 48 horas. Y ha aumentado mucho su gasto militar, que llega a un 7% del PIB, y desarrollado nuevas armas, tanto misiles como submarinas.
Suecia comenzó a enviar cinco millones de folletos -también disponibles en línea en árabe, farsi, ucraniano, polaco, somalí e indonesio- a sus residentes, alentándolos a prepararse para la posibilidad de una guerra. «La situación de seguridad es grave y todos necesitamos fortalecer nuestra resiliencia para que podamos enfrentar las crisis y, en última instancia, la guerra», dijo Mikael Frisell, director de la Agencia Sueca de Contingencia Civil (MSB), en un comunicado.
La vecina Finlandia, al mismo tiempo, lanzó una página web con consejos de preparación similares. Según el periódico finlandés Helsingin Sanomat, el sitio se ocupa de la guerra, la protección civil, las evacuaciones y la defensa nacional.
También los noruegos recibieron un folleto instándoles a valerse por sí mismos durante una semana en caso de clima extremo, guerra u otras amenazas, según la BBC.
Cabe recordar que Suecia y Finlandia se unieron a la OTAN en 2022.
El Indopacífico
Como señalaba Von Klausewitz, la guerra es la continuación de la política por otros medios. La guerra comercial contra China –que, además, figura entre las prioridades de Trump para su presidencia- se acompaña de una escalada militar en la región.
En diciembre de 2024, un submarino de ataque de propulsión nuclear de clase Virginia, uno de los activos estratégicos más importantes del ejército estadounidense, ha sido desplegado en la isla de Guam (Oceanía) por primera vez. A este respecto, el capitán Neil Steinhagen, comandante del Escuadrón de Submarinos 15, dijo: “Guam sirve como puesto estratégico en el Pacífico occidental y desempeña un papel vital en el mantenimiento de la estabilidad en toda la región”. Más directo fue el comandante Isaac Pelt, oficial al mando del USS Minnesota, quien declaró que “están ansiosos por salir a la comunidad local y estar listos para contribuir a nuestros objetivos estratégicos y mantener la preparación para la guerra en el Pacífico”,
En septiembre de 2021, se firmó un pacto estratégico, bautizado como Aukus (del acrónimo en inglés de Australia, Reino Unido y Estados Unidos), en virtud del cual, a partir de 2027, EE.UU. y Reino Unido estacionarán submarinos nucleares cerca de la ciudad de Perth, en Australia Occidental. El pacto prevé que Canberra compre a principios de la década de 2030 tres submarinos nucleares de ataque clase Virginia, con opción de comprar dos más, e incluye un plan para diseñar y construir un submarino de propulsión nuclear completamente nuevo para las armadas de Reino Unido y Australia, un modelo que se llamará SSN-AUKUS.
Por su parte, Japón, que, durante décadas, destinó el 1% de su PIB al mantenimiento de sus fuerzas de autodefensa, el año pasado dobló su apuesta. Hasta 2027, invertirá unos 271.000 millones de euros a razón de 63.000 millones de euros al año. En este año, Japón ha puesto en marcha su primer portaaviones, desde la Segunda Guerra Mundial.
En poco más de 15 años, China ha triplicado su gasto en defensa. En precios constantes, gastaba en 2007 poco más de 100.000 millones de dólares en este concepto. En 2023, la cifra se ha elevado a 309.500 millones de dólares.
Oriente Medio: guerras y genocidio
Desde hace más de 400 días, se lleva a cabo una operación de genocidio sistemático en Gaza, con bombardeos que han matado a casi 45.000 personas, en cifras comprobadas, que se corresponden muy probablemente con más de 100.000 muertos reales. El estado sionista ha extendido la guerra al Líbano y a Siria. Todo ello con el apoyo directo de los EEUU y con el apoyo o la complicidad de los gobiernos europeos. Israel no podría continuar la guerra sin las armas que el proporcional los EEUU y gobiernos europeos, sin los beneficios de su comercio con la Unión Europea. De ahí la necesidad de mantener la exigencia de ruptura de relaciones económicas, militares, deportivas y diplomáticas con el Estado sionista.
Al mismo tiempo, una guerra de Arabia Saudí contra Yemen ha causado más de 200.000 muertos. El régimen saudita es armado por los EEUU y por varios países europeos, entre ellos, el gobierno español, que bajo el gobierno que se autodenomina “progresista” ha mantenido el suministro de municiones y buques de guerra a Arabia Saudí. Recientemente, se ha acordado iniciar la construcción de tres corbetas para la marina saudí, que se suman a las 5 ya entregadas entre 2022 y 2024.
En Siria, milicias armadas por Turquía, Arabia Saudí y los EEUU han derrocado al régimen de Bashar Al Assad (ver Carta Semanal 1022).
La Cuarta Internacional, en lucha contra la guerra
El 27 de abril, un encuentro estatal del CATP decidió, entre otras cosas, participar en un Comité de Enlace Europeo contra la Guerra, el genocidio y la guerra social, que se reunió en París el 4 de mayo de 2024, con participación de delegados de 16 países, y que aprobó un llamamiento, que fue suscrito por un centenar de militantes y responsables de 20 países europeos. Ese llamamiento partía de que «no se puede combatir la guerra cuando está matando a 1.000 soldados al día, cuando la censura y la ley marcial suprimen las libertades, hay que hacerlo antes, cuando aún podemos organizaros, manifestarnos. ¡Esta vez tenemos que impedírselo antes!”. Y decía: “Rechazamos los presupuestos militares cada vez más elevados bajo la tutela de la OTAN y de la Unión Europea, denunciamos la guerra social librada contra los trabajadores y la juventud. Rechazamos todos los atentados a las libertades, las amenazas y la represión. Defendemos la libertad de expresión, de reunión, de manifestación, y el derecho de huelga, particularmente amenazados (…) Uniéndonos por encima de las fronteras, actuamos por la unidad internacional de los trabajadores y los jóvenes para imponer el alto el fuego y la reasignación de los presupuestos militares a las necesidades vitales de la población, a la escuela, los hospitales, los salarios y las pensiones”.
En desarrollo de este llamamiento, una conferencia europea contra la guerra se celebró el 2 de noviembre en Berlín. Activistas y organizaciones de Alemania, Francia, España, Portugal, Suecia, Noruega, Estados Unidos, Polonia, Grecia, Serbia, Rumania, Croacia y Macedonia participaron en los trabajos de la conferencia.
A finales de noviembre, el Congreso del POSI adoptó una resolución sobre internacionalismo que decía “combinamos el alto a la guerra en Ucrania, no al envío de armas, con la defensa del pueblo palestino, contra el genocidio, por la ruptura de relaciones con Israel a todos los niveles”. Y añadía que “nuestra línea es luchar por implicar al movimiento obrero organizado para que ocupe su lugar en esta batalla”.
Hoy, el combate del pueblo de Valencia por la exigencia de responsabilidades por la catástrofe y por una reconstrucción al servicio del pueblo, con fondos públicos suficientes, choca con la política del gobierno de incrementar, por encima de todo, los gastos militares.
