(Publicado en la Carta Semanal 780 – ver en catalán)
A los lectores de la Carta Semanal: Estimados amigos y amigas, aunque el 1 de mayo ya ha pasado, consideramos del máximo interés el daros a conocer el llamamiento que un conjunto de militantes obreros y antiimperialistas de América Latina y el Caribe nos han hecho llegar. Estos militantes que participan en el Acuerdo Internacional de los Trabajadores y los pueblos, plantean como todos los países de América Latina están sometidos a la agresión imperialista por parte de EEUU.
En todos estos países se combina el combate entre la defensa de la soberanía nacional y las reivindicaciones obreras y democráticas, y este combate incluye la oposición frontal a los gobiernos que se someten al dictado imperialista.
Compañeras y compañeros:
En este 1º de mayo de 2020, nosotros, sindicalistas y militantes del movimiento obrero en nuestros respectivos países, que participamos del Comité Internacional de Enlace e Intercambio promovido por el Acuerdo Internacional de los Trabajadores y Pueblos (AIT), queremos compartir con ustedes, hermanos de América Latina, el que consideramos ser los desafíos planteados al movimiento de los trabajadores y sus organizaciones sindicales y políticas en este momento crucial para la humanidad.
En efecto, la pandemia COVID-19 acelera todos los aspectos destructivos del sistema capitalista mundial que ya venían de antes, desnudando la incapacidad del imperialismo – el capitalismo de nuestra época – en proteger los trabajadores y pueblos de un virus.
Esto ocurre en todos los países y continentes, con gobiernos de distintos matices que se niegan a combatir los grandes grupos capitalistas que controlan la economía mundial y por eso mismo se ponen a su servicio, provocando las desigualdades sociales más extremas, la destrucción de los derechos y conquistas de los trabajadores, la destrucción del medio ambiente, en beneficio exclusivo de un puñado de detentores privados de los grandes medios de producción, de especuladores y rentistas.
Situación agravada todavía más en Latinoamérica, sometida al yugo del imperialismo, en particular de los Estados Unidos, y su política de saqueo de nuestros recursos naturales, de agresión a la soberanía de nuestras naciones, atropellando el derecho a la autodeterminación .de los pueblos.
En medio de la pandemia, el gobierno de Donald Trump intensifica las amenazas de injerencia e intervención militar contra Venezuela, que ya sufría embargos, cercos económicos y sanciones, que ahora son reforzados con un bloqueo naval de su costa caribeña para impedir la llegada de todo tipo de importaciones, inclusive de medicamentos. Al mismo tiempo son reforzadas las medidas de bloqueo de los Estados Unidos a Cuba.
Los trabajadores nunca estuvimos en una situación tan difícil y dramática delante de esta combinación terrible de crisis económica del sistema, pandemia y presión imperialista. El FMI y el Banco Mundial indican que la pandemia profundiza el “desequilibrio entre naciones ricas y pobres”, además de aumentar la extrema pobreza en el mundo.
Estos organismos multilaterales al servicio del sistema capitalista indican el que los trabajadores y pueblos de Latinoamérica ya están viviendo en carne propia. En la crisis actual, los capitales huyen de nuestros países, al mismo tiempo que aumenta la presión contra la soberanía de nuestras naciones por parte del imperialismo.
Compartimos con nuestros hermanos de clase de todo el mundo los efectos del cierre de unidades productivas, con aumento del paro, la rebaja de salarios, en cuanto los capitalistas aprovechan la pandemia para intentar liquidar nuestros derechos, conquistas y organizaciones utilizándose de gobiernos a su servicio. En Latinoamérica – cómo también en África y muchas regiones de Asia – la opresión imperialista agrava este cuadro.
Si la pandemia es algo accidental, aunque fuera previsible por los científicos, todas esas terribles consecuencias para la humanidad y la clase obrera fueron preparadas sistemáticamente por la destrucción de los servicios de Salud Pública, las privatizaciones, el pago de la Deuda Externa que no es de los pueblos, la sumisión de los gobiernos al imperialismo, sistema podrido que empuja la humanidad a la catástrofe.
En este 1º de mayo de 2020, no tendremos mítines, marchas, concentraciones de trabajadores levantando sus banderas de lucha. Habrá actividades virtuales, cómo el cacerolazo que la CGTP convoca contra el gobierno Vizcarra en Perú, pues la lucha de clases directa está limitada a acciones locales que exigen equipos de protección al contagio y condiciones mínimas de seguridad para los trabajadores de la salud y de otros sectores, “esenciales” o no, que siguen trabajando. Sin embargo, la presión criminal del capital es de que se retome el cuanto antes el trabajo, a precio de más muertes por infección, un trabajo sin reglas o derechos, liquidados en nombre de proteger los empresarios en la crisis.
Por eso mismo, es necesario rescatar el contenido histórico del 1º de Mayo – Día Internacional de Lucha de la Clase Trabajadora – defendiendo los intereses de nuestra clase CONTRA el capital y los gobiernos que lo protegen, CONTRA la política del imperialismo y en defensa de la autodeterminación de los pueblos. Esto es imprescindible, todavía más en un momento en que son multiplicadas las presiones para atraer las organizaciones de los trabajadores para colaborar con los verdaderos responsables por los efectos brutales de la pandemia sobre los pueblos, que son la clase capitalista y su sistema.
En Latinoamérica, las calles abarrotadas de cadáveres de Guayaquil anticipan el que puede ocurrir en otros países, donde gobiernos – como el de Lenin Moreno en Ecuador, que pagó deudas al FMI al inicio de la pandemia y ahora dice no tener recursos para enfrentarla – que se someten al imperialismo, minimizan la crisis sanitaria y no ponen todos los recursos de la nación al servicio de la defensa de la vida de sus pueblos.
Las situaciones son diferentes entre el Brasil del gobierno Bolsonaro, la Argentina del gobierno Fernández, el Chile del gobierno Piñera o el México del gobierno Obrador, pero en todos los países es nuestro deber afirmar en este 1º de Mayo que los trabajadores no aceptan pagar con sus empleos, salarios y derechos la crisis actual, que rechazamos la “unión” con el capital y el imperialismo, que la indignación que existe en nuestros pueblos, y que se manifestaba fuertemente en varios puntos del mundo antes de la irrupción del COVID-19, va reencontrar el camino de la lucha que terminará con este sistema podrido.
Un 1º de Mayo de 2020 con contenido clasista, antiimperialista y de lucha, que levante la exigencia de fin del bloqueo y de las sanciones contra Venezuela, Cuba y otros países como Irán y Siria; que plantee el No Pago de la Deuda Externa para que todos los recursos de las naciones sean destinados a proteger nuestros pueblos; que apoye la lucha de nuestros hermanos de clase de todos los continentes, para que sigamos, mismo en las condiciones actuales, la batalla por la emancipación de la clase trabajadora y de los pueblos de toda a forma de explotación y opresión.
Sobre esta base, proponemos intensificar el intercambio de informaciones y de discusión entre nosotros, ampliarlo a todas y todas que coincidan con nuestras preocupaciones y planteos, invitándoles a asociarse al Comité Internacional de Enlace e Intercambio.
Viva el 1º de Mayo, Día Internacional de Lucha de la Clase Trabajadora!
Proponentes:
Argentina: Dora Alicia Martínez, secretaria general adjunta de la CTA-Autónoma
Brasil: João B. Gomes, dirección ejecutiva de la CUT; Marize Carvalho, dirección ejecutiva de la CUT; Edison Cardoni, de la Confederación de Empleados Públicos Federales (CONDSEF); Julio Turra, miembro de la coordinación del AIT
Chile: Luis Mesina, secretario general de la Confederación Bancaria de Chile
Ecuador: Vicente Olmedo, militante del movimiento obrero de Guayaquil
Guadalupe: Rudy Salibur, Travayè é Péyizan
Haïti: Dominique St-Eloi, Centrale Nationale des Ouvriers Haïtiens (CNOHA)
México: Daniel Hernández del Ángel, Movimiento Magisterial Popular Veracruzano (MMPV); Francisco Javier Ávila Esparza, secretario general del Sindicato Único de Académicos del Colegio de Bachilleres del Estado de Jalisco (Suacobaej); Luis Vázquez Villalobos y Humberto Martínez Brizuela, miembros del Comité de Diálogo de trabajadores por una expresión política independiente
Perú: Gerónimo López Sevillano, secretario general CGTP; Erwin Salazar Vásquez, secretario de organización CGTP-Lambayeque
Venezuela: Raúl Ordoñez, presidente de la Federación de sindicatos de las empresas hidrológicas (FEDESIEMHIDROVEN), diputado a la Asamblea Nacional Constituyente; Nelson Herrera, presidente del Sindicato Trabajadores y Trabajadoras del Ministerio de Hábitat y Vivienda (SINTRAVISEP), diputado a la Asamblea Nacional Constituyente; Alberto Salcedo, del Colectivo Trabajo y Juventud
Contacto y adhesiones: julioturra@cut.org.br