Manifiesto del 2º Encuentro Nacional de Diálogo y Acción Petista
Reunido en São Paulo, en la sede nacional del PT, el 19 y 20 de marzo, el Encuentro Nacional de Diálogo y Acción Petista (*) llama a sus afiliados y simpatizantes, a todos y todas los militantes petistas, a los trabajadores y jóvenes, a la acción inmediata para parar el golpe que está produciéndose en el Brasil contra la democracia, la soberanía popular y nacional, contra los derechos sociales y de los trabajadores.
El 18 de marzo, convocados por la CUT, el MST, la UNE, el PT y decenas de entidades más y organizaciones de lucha del pueblo trabajador y de la juventud, más de 1.300.000 manifestantes tomaron las calles de todo el país diciendo No al Golpe. Un golpe que tiene como instrumento la Operación Lava Jato, que pretende instaurar un Estado policial de excepción, una dictadura del poder judicial.
Esta demostración del 18 de marzo de resistencia contra el golpe y de voluntad de lucha para defender las conquistas democráticas y sociales conseguidas por nuestro pueblo tuvo un gran impacto en la situación política de la nación y animó a la militancia, creando una trinchera que estamos llamados a reforzar cada vez más y cada día, pues la escalada golpista se acelera.
Así, el mismo 18 de marzo por la noche el ministro Gilmar Mendes, del Supremo, en abierta complicidad con el juez Moro y con la oposición, suspendió la toma de posesión de Lula como ministro del gobierno Dilma, apostando por profundizar aún más la crisis para derribar al Gobierno.
La corrupción es un pretexto
El pretexto del combate contra la represión se ha convertido en la justificación para “delaciones premiadas” que obvian pruebas para condenar a objetivos seleccionados, para “trasladar por la fuerza” ciudadanos a prestar declaración, como sucedió con el ex presidente Lula, para encarcelamientos espectaculares y filtraciones selectivas de informaciones –que deberían ser secreto de justicia– a algún medio de comunicación que participe en el golpe, como la red Globo, que lo promueve intoxicando a la población con odio contra el PT.
¿Qué combate contra la corrupción es ése que permite que Eduardo Cunha, del PMDB, orqueste el proceso de impeachment contra la presidenta Dilma? ¿Qué permite que Aécio Neves, citado por acusadores en varios casos de corrupción, siga con bravatas, posando como defensor de la ética?
Plan de emergencia
La adopción de un Plan de Emergencia por el PT puso nerviosos a golpistas y empresarios. Porque ese plan podría dar lugar a una inflexión en la política económica en relación con el ajuste presupuestario que tanto daño causó a la clase trabajadora y al pueblo pobre. El nombramiento de Lula por Dilma como ministro de la Presidencia, que ha despertado expectativas positivas de cambio en la política del Gobierno, para los golpistas ha sido la señal para tratar de encarcelar al líder histórico del PT y derribar como sea a la Presidenta elegida.
Al efecto, los golpistas con toga han osado lo que nunca nadie osó en este país, ni siquiera en los años sombríos de la dictadura militar: la divulgación por el juez Moro de la grabación ilegal de una conversación de la Presidenta de la República con el ministro recién nombrado. Ese atropello inadmisible de la legalidad, cometido por un juez de primera instancia del estado de Curitiba, solo puede prosperar con la complicidad del Supremo Tribunal Federal.
Es la patronal y el imperialismo
La forma del golpe es una operación jurídico-policial, articulada con la acción del PSDB y la mayoría del PMDB en el Congreso. Pero los intereses a los que el golpe sirve son los de quienes, dentro y fuera del Brasil, quieren entregar la riqueza de los yacimientos de Presal a las multinacionales, quieren privatizar las empresas estatales (sector eléctrico, Petrobras, etc.), quieren liquidar los derechos laborales –como indican los 55 proyectos de ley en el Congreso, desde la tercerización ilimitada hasta la anulación de la CLT que da prevalencia a lo negociado sobre lo legislado– y destruir las organizaciones sindicales de lucha.
El golpe sirve a los intereses de los que quieren liquidar programas sociales, entregar tierras indígenas y comunidades negras al agronegocio e impedir cualquier reanudación de la reforma agraria, para beneficio de los latifundios.
No es casual que la escalada golpista incluya ataques a locales del PT, de la CUT, de la UNE y otras entidades de lucha de nuestro pueblo, o que la Policía Militar invada la subsede del sindicato de metalúrgicos en Diadema y un teniente entre en la sede estatal del PT de São Paulo. Son acciones que buscan intimidar la resistencia organizada al golpe en curso.
Detrás del juez Moro, héroe de los señoritos reaccionarios de São Paulo, cuyos alegatos destilan prejuicios raciales y sociales de todo tipo y desprecian al pueblo pobre, con amplia cobertura de O Globo y de otros medios privados, está la FIESP (patronal de São Paulo) y otras entidades patronales, está el imperialismo de los Estados Unidos que quiere recuperar el terreno perdido en América Latina.
Estamos en un momento crucial y decisivo, ya que el verdadero blanco de este golpe son las organizaciones construidas por la clase trabajadora y por los sectores explotados y oprimidos de nuestro pueblo. Por eso es criminal la política de los que se llaman “de izquierdas” pero hacen del “Fuera Dilma y fuera el PT” su bandera central, colocándose objetivamente en el campo de la reacción proimperialista, al lado de la FIESP, de los reaccionarios y del juez Moro.
Ganar todas las organizaciones
Los militantes de Diálogo y Acción Petista (DAP) están llamados a tener un papel activo en la construcción de la más amplia unidad para detener el golpe en curso. Todavía hay tiempo, pues la fuerza demostrada en las manifestaciones del 18 de marzo puede y debe ampliarse. Las reuniones de base del DAP –además de discutir el programa de emergencia del PT– deben asumir esta tarea inmediatamente.
Llamamos a todos los militantes de la causa del pueblo trabajador y de la democracia, petistas o no, a actuar juntos para ganar todas las organizaciones sindicales y populares para movilizar a sus bases contra el golpe. Y a partir de ahí, según el caso, organizar comités contra el golpe.
En el campo y en la ciudad, es hora de ir a los centros de trabajo, barrios y pueblos, a las periferias de las regiones metropolitanas, para ayudar a nuestro pueblo a comprender la manipulación a la que está siendo sometido por quienes le explotan y acuda a sumarse a la lucha contra el golpe.
Para que la crisis tenga una salida positiva, la clave está en la movilización para detener el golpe y en la aplicación inmediata por el gobierno Dilma del plan de emergencia del PT, no en la búsqueda ilusoria de acuerdos con una coalición que se ha desmoronado y con una oposición en torno del ajuste presupuestario que ataca derechos y promueve el desempleo.
Mantengámonos alerta y preparados para la acción en cualquier momento, pues en este momento en que todo se decide los días valen por semanas.
¡Es hora de parar el golpe de los jueces!
¡En defensa de la democracia, de los derechos de los trabajadores y de la soberanía nacional!
¡En defensa del PT y de las organizaciones de lucha de nuestro pueblo!