Archivo del Autor: Iñaki Merino Montes

Palestina tras el “acuerdo de paz”

Carta Semanal 1068 en catalán

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En una Carta Semanal anterior (CS 1064) hemos analizado el supuesto acuerdo de paz en Gaza. En esta ocasión, reproducimos las opiniones de varios habitantes de la zona sobre la situación actual y las perspectivas de lucha del pueblo palestino.

En especial, ahora, cuando el supuesto plan de paz está siendo utilizado para intentar desactivar las acciones en apoyo al pueblo palestino. La continuidad del genocidio, la limpieza étnica en Cisjordania, exigen continuar esta batalla. Para ello se anuncia una Jornada internacional el 29 de noviembre: Es responsabilidad de todas las organizaciones no bajar la guardia y continuar la movilización con el objetivo de imponer la ruptura total de las relaciones con el estado sionista

En primer lugar, Gideon Levy publica en el diario israelí Haaretz un artículo sobre la situación en Cisjordania, tanto antes como después del “acuerdo de paz”. Si bien no compartimos la propuesta final de este articulista del periódico israelí (una “fuerza de paz” multinacional en Cisjordania, una solución que mimetiza la que Trump ha impuesto para Gaza, y que niega el derecho del pueblo palestino a decidir sobre su futuro), creemos interesante recoger los hechos que el artículo señala, en un extracto del artículo. El artículo completo se puede ver en https://tlaxcala-int.blogspot.com/2025/10/ya-no-es-posible-ser-palestino-en.html.

Ya no es posible ser palestino en Cisjordania

Gideon Levy, Haaretz, 26/10/2025

Mientras Trump promete a los países árabes que la anexión israelí “no ocurrirá”, da la espalda a la destrucción, al despojo, a la pobreza, a la violencia de los colonos y a los abusos militares en Cisjordania, permitiendo que el tormento continúe: no hay alto el fuego

En Cisjordania, nadie ha oído hablar del alto el fuego en Gaza: ni el ejército, ni los colonos, ni la Administración Civil, y, por supuesto, tampoco los tres millones de palestinos que viven bajo su tiranía. No sienten en absoluto el fin de la guerra.

Desde hace dos años reina en Cisjordania un régimen de terror, bajo la cobertura de la guerra en la Franja, que sirve como pretexto dudoso y cortina de humo, y no hay señales de que vaya a terminar.

Todos los decretos draconianos impuestos a los palestinos el 7 de octubre siguen vigentes; algunos incluso se han endurecido. La violencia de los colonos continúa, al igual que la implicación del ejército y la policía en los disturbios. En Gaza muere y se desplaza menos gente, pero en Cisjordania todo sigue como si no existiera ningún alto el fuego.

La administración Trump cierra los ojos ante Cisjordania. Bloquear la anexión (aprobada en lectura preliminar por el Parlamento Israelí el 22 de octubre) le basta. “No sucederá porque di mi palabra a los países árabes”, declaró el presidente Donald Trump la semana pasada, mientras a sus espaldas Israel hace todo lo posible en Cisjordania para destruir, despojar, maltratar y evitar cualquier posibilidad de La esperanza de que su ansia de abuso se apaciguara junto con los combates en Gaza se desvaneció.

El 7 de octubre fue, en efecto, una oportunidad histórica para que los colonos y sus colaboradores hicieran lo que no se habían atrevido a hacer durante años.

Ya no es posible ser palestino en Cisjordania. No ha sido destruida como Gaza, no han muerto decenas de miles de personas, pero la vida allí se ha vuelto imposible. Es difícil imaginar que el férreo control de Israel pueda durar mucho más sin una explosión de violencia —justificada, esta vez.

Entre 150.000 y 200.000 palestinos de Cisjordania que trabajaban en Israel están desempleados desde hace dos años. Los salarios de decenas de miles de empleados de la Autoridad Palestina también se redujeron drásticamente debido a la retención por parte de Israel de los impuestos que recauda para dicha Autoridad.

La pobreza y la miseria están por todas partes. También los bloqueos y los puestos de control; nunca ha habido tantos, y durante un período tan prolongado. Ahora son cientos.

Aproximadamente 120 nuevos puestos avanzados de colonización, casi todos violentos, se han establecido desde el maldito 7 de octubre, abarcando decenas de miles de hectáreas, todos con el apoyo del Estado. No pasa una semana sin nuevos puestos avanzados; también es inédita la magnitud de la limpieza étnica que buscan: durante la guerra de Gaza, los habitantes de 80 aldeas palestinas de Cisjordania huyeron por miedo a los colonos que se habían apoderado de sus tierras.

Extractamos el llamamiento al movimiento sindical internacional que ha formulado el sindicato de Trabajadores árabes de Nazaret.

Llamamiento a los camaradas y amigos de los sindicatos internacionales

A fecha de 7 de octubre de 2023, fecha del inicio de la guerra contra Gaza, el número de trabajadores palestinos que trabajaban en Israel era de 125.000, de los cuales 18.000 procedían de la Franja de Gaza, y el resto, de Cisjordania. Estos trabajadores estaban empleados principalmente en los sectores de la agricultura, la construcción, la restauración y la hostelería, así como en otros sectores de servicios.

El 8 de octubre de 2023, Israel decidió revocar los permisos de trabajo de todos los trabajadores palestinos, que se vieron obligados a abandonar sus puestos de trabajo en Israel, sin saber qué les deparaba el futuro ni si podrían recuperar sus puestos de trabajo durante y después de la guerra.

Durante la guerra, cientos de trabajadores palestinos de la Franja de Gaza y Cisjordania se pusieron en contacto con el sindicato de trabajadores árabes de Nazaret para pedir ayuda a fin de recuperar sus salarios y prestaciones de sus empleadores israelíes por el período de empleo anterior a la guerra.

El servicio jurídico del sindicato se puso en contacto con varios empleadores israelíes para exigir el respeto de los derechos laborales de los trabajadores de Gaza y Cisjordania. La gran mayoría de los empleadores israelíes se negaron a responder a la solicitud del sindicato, afirmando en sus respuestas: “Estos trabajadores están afiliados a una autoridad terrorista y no tienen derecho a salario ni indemnización”. En otros casos, los empleadores israelíes respondieron: “Los trabajadores de la Franja de Gaza no tienen derecho a reclamar sus derechos porque la legislación laboral israelí no se aplica a ellos, mientras que la legislación laboral egipcia sí se aplica a los trabajadores de Gaza”.

Finalmente, reproducimos extractos de la reflexión de Awad AbdelFattah, coordinador de la Campaña por un Solo Estado Democrático (ODSC), en la que señala la importancia de la solidaridad internacional con el pueblo palestino, y los desafíos de la nueva situación que se abre ahora.

El fin de una fase, el comienzo de otra… y la necesaria revisión

El fracaso más sonado de Netanyahu sigue siendo haber resucitado la causa palestina y haberla devuelto al centro de la atención mundial, después de haber dedicado su vida política a intentar enterrarla… Nadie puede negar que no estamos viviendo el final del conflicto en Palestina, sino el comienzo de una nueva etapa de esta lucha colonial sangrienta, que dura ya más de ciento veinte años.

El acuerdo de alto el fuego no marca ni el fin de la estrategia de aniquilación, ni una ruptura en el pensamiento sionista. Cierra un capítulo de devastación de un salvajismo obsceno, que ha durado dos años, para abrir otro – el de una aniquilación, más lenta, menos estruendosa.

Pero el sistema exterminador se enfrenta a un desafío aún más temible –la marea mundial anticolonial y los tribunales internacionales que comienzan a rodear Israel moral y jurídicamente.

La prioridad para Gaza, y para todo el pueblo, es hacer que cese la guerra de exterminio que ha devorado a niños y ancianos, y permitir que respiren los supervivientes, que lloren a sus muertos, sus moradas, sus sueños. No es solamente una pausa humanitaria tras el infierno, sino una victoria estratégica: impedir la implantación del plan de desplazamiento y desarraigo que constituía el objetivo declarado de la alianza estadounidense-israelí de destrucción. Y ese resultado es producto de la resistencia heroica y única de Gaza.

Sin embargo, esta secuencia, la más feroz de toda la historia de la confrontación palestino-sionista, no ha revertido la relación de fuerzas: ha consolidado la superioridad del sistema estadounidense –israelí sobre Palestina y la región, sin obtener una verdadera victoria política.

Pero el mayor fracaso de Netanyahu sigue siendo haber llevado la cuestión palestina al centro del mundo. Ya que, a pesar de la fuerza bruta, Israel se viene abajo ante una revolución ética e intelectual global, que ha desvelado la realidad del proyecto sionista: una empresa colonial racial, una de las más feroces de la historia. Ha puesto en evidencia la profunda inmoralidad de los regímenes occidentales y de sus dirigentes.

Quizás el pueblo aspire a nuevos modelos de dirección –sensatos, creativos, capaces de despertar a las masas y hablar a los jóvenes marginados o retirados de la vida nacional. No es un sueño irrealizable.

En cuanto a la Autoridad, nada puede esperarse de ella. Tres decenios de un poder dedicado a su propia supervivencia la han dejado sorda a la voz de su pueblo. Se ha enfangado en la coordinación de la seguridad incluso durante la guerra de exterminio, denunciando públicamente a la resistencia, esperando «volver a Gaza».

La liberación ya no puede medirse en un plazo corto: vuelve a ser una empresa histórica. He ahí una verdad esencial, de la que se desprende la necesidad de crear un camino de lucha sostenible basada en la resistencia popular civil, que permita a los palestinos soportar el peso del combate y a la vez el de la reconstrucción – edificación de escuelas, instituciones culturales y económicas, estructuras sindicales y profesionales, sustentadas todas en la democracia.

Henos aquí, pues, en los albores de una nueva fase. Tan peligrosa como la que termina, pero portadora de una oportunidad en su seno: la de volver a dar aliento y legitimidad al proyecto nacional palestino de liberación, a condición de una valentía moral, intelectual y política a la medida del dolor, para aliviar los sufrimientos de nuestro pueblo, sobre todo de Gaza martirizada, contribuir a sanarlo, y esbozar el camino, más seguro, más sencillo, hacia el futuro.

(https://informacionobrera.org/el-fin-de-una-fase-el-comienzo-de-otra-y-la-necesaria-revision/er artículo completo en https://informacionobrera.org/el-fin-de-una-fase-el-comienzo-de-otra-y-la-necesaria-revision/)

No Kings day: millones en las calles contra Trump

Carta Semanal 1067 en catalán

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Siete millones de estadounidenses salieron a las calles para participar en una de las 2.700 manifestaciones contra las políticas de Donald Trump organizadas con motivo del segundo Día Sin Reyes (celebrado el sábado 18 de octubre). Esto supone al menos un millón más que en la primera edición, el pasado junio.

Trump en guerra contra la clase obrera de los EE.UU.

Las manifestaciones protestaban contra la política de Trump, que libra una guerra contra la clase trabajadora de los EEUU, y en especial contra su componente migrante, y que está utilizando de manera creciente fuerzas militares para “imponer el orden” dentro de los propios EEUU. Una política que se complementa a nivel internacional con su política de guerra, desde Palestina al Caribe, y con el supuesto plan de paz para Gaza que solo pretende la continuidad del genocidio y a nivel general con el rearme generalizado.

El gobierno Trump ha multiplicado las actuaciones del ICE, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), la agencia antiinmigración encargada de “fortalecer la seguridad fronteriza y prevenir el movimiento ilegal de personas, bienes y fondos hacia, dentro y fuera de Estados Unidos”. ICE fue creado en 2003 y cuenta con 20.000 empleados repartidos por todo Estados Unidos y otros países, y un presupuesto de 8.000 millones de dólares anuales. Con la llegada de Trump, la agencia es potenciada con el objetivo de deportar a millones de inmigrantes. Trump firmó una ley el pasado 4 de julio que aumentará el presupuesto de esta agencia en unos 100.000 millones de dólares hasta 2029, que la podrían convertir en la mayor fuerza policial de Estados Unidos. 

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Informe presentado en la conferencia del POSI

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El POSI ha celebrado el fin de semana pasado una conferencia política en la que una treintena de delegados y delegadas hemos debatido sobre la situación política y sobre cómo una organización revolucionaria puede ayudar a construir en el Estado español el movimiento de ruptura que la clase trabajadora, la juventud y los pueblos necesitan para realizar sus aspiraciones de libertad y de mejora social.

Publicamos en esta Carta Semanal un amplio extracto del informe presentado por el responsable político del partido, que abrió los trabajos de la conferencia y, con ello, queremos invitar a todos los que leen esta carta semanal a participar en el debate.

Voy a comenzar citando las palabras con las que John Rees, responsable de Stop The War de Gran Bretaña, cerraba el mitin de París contra la guerra y el genocidio: “creo, sinceramente, que estamos en los albores de una renovación obrera”. Unas palabras que resumían el contenido del mitin internacionalista en el que participaron, en condiciones de igualdad, fuerzas de 19 países que combaten en cada uno de ellos contra la guerra y por la construcción de una alternativa política de ruptura.

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Francia: crisis de régimen y lucha de clases

Carta Semanal 1065 en catalán

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En el momento en que escribimos esta carta nadie puede realizar ninguna hipótesis creíble sobre el desarrollo de los acontecimientos en Francia en las próximas semanas incluso días. En efecto, ante el estupor general, el viernes 10 de octubre a las 22 horas el presidente Macron vuelve a encargar a Sebastián Lecornu la formación de un nuevo gobierno y la aprobación de un presupuesto para 2026 (recordemos que, en el sistema bonapartista de la V República, es el presidente el que nombra el primer ministro, el cual debe buscar una mayoría parlamentaria). Lecornu, que había sido ministro de defensa en el anterior gobierno, ya había sido designado primer ministro y estuvo en el cargo durante 27 días y había fracasado en la formación de una mayoría que apoyara su gobierno. El lunes 6 de octubre presentó su dimisión, y después de días intensos de «consultas» y maniobras diversas Macron insistió en que Lecornu intentara de nuevo formar gobierno.

Según la legalidad vigente, el presupuesto para 2026 debe ser presentado y aprobado por la Asamblea de la República (parlamento) antes de fin de año. Y según la normativa son necesarios 70 días para su debate y aprobación. Se abren, por tanto, unos días frenéticos para intentar llegar a acuerdos en un arco parlamentario extremadamente fragmentado, en que ninguna fuerza es mayoritaria (extrema derecha de Le Pen, Los Republicanos -partido del antiguo gaullismo, el bloque central macronista y la izquierda en la cual la Francia Insumisa (LFI) de Mélenchon es mayoritaria, y en la que los socialistas, comunistas y verdes rompieron la plataforma electoral, el Nuevo Frente Popular (NFP), con la que. bajo un programa de ruptura, fueron elegidos. De hecho, hoy solo LFI defiende este programa, que plantea, entre otras cuestiones, acabar con la V república y, de hecho, abrir un periodo constituyente. Es en este sentido que 104 diputados, a iniciativa de la FI, presentaron el jueves 9 de octubre un procedimiento de destitución del presidente Macron. De hecho, según los sondeos oficiales, solo el 14% del electorado apoya a Macron. Estamos, más allá de la crisis de gobierno, en una verdadera crisis de régimen. La V República fue el producto de un golpe de estado en 1958 por parte del general De Gaulle para intentar salir del impasse provocado por la guerra de Argelia. De Gaulle instauró un régimen bonapartista con amplios poderes para el presidente, y con la posibilidad de aprobar las leyes sin mayoría parlamentaria por medio del artículo 49 tres de la constitución, que obliga a la oposición a presentar una alternativa de gobierno. Así, el 16 de marzo de 2023 fue «aprobada» la ley de reforma de las pensiones, una de las cuestiones centrales que explican la fractura actual.

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El “plan de paz” de Trump

Carta Semanal 1064 en catalán

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La resistencia del pueblo palestino a la ocupación, que se mantiene desde 1948 (y aún antes, desde la gran revuelta Árabe de 1936) es una fuente de inspiración para la clase trabajadora, los pueblos y la juventud de todo el mundo. En los últimos años, un poderoso movimiento de solidaridad se ha levantado a lo largo y ancho de todo el planeta.

De ahí la necesidad del imperialismo de derrotar al pueblo palestino, para escarmiento de todo pueblo que ose resistirse a su designios. En esta línea se inscribe el mal llamado “plan de paz” presentado por Donald Trump. Un plan que ha sido calificado por Awad AbdelFattah, árabe israelí y Coordinador de la Campaña por un solo Estado Democrático (Palestina) como “un intento de imponer una capitulación total a todo el pueblo palestino y a la nación árabe, desde el océano hasta el golfo, a través de sus regímenes y sus dirigentes sometidos y controlados desde el exterior”. Para AbdelFattah, si bien “en el plano humanitario se vislumbra un rayo de esperanza: el fin de las masacres y la destrucción, algo a lo que aspiran con todo su corazón y con toda su alma los habitantes de Gaza, (…) su objetivo es consolidar a Israel como un Estado colonialista y racista de apartheid, bajo la tutela colonial estadounidense y occidental que impone a los palestinos las condiciones de su supervivencia, sin concederles el mínimo reconocimiento de un Estado o de una soberanía”.

Hamás, enfrentado a la masacre de su pueblo, ha decidido entrar a negociar el plan de Trump. Los gobiernos europeos (incluyendo el gobierno “progresista” de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz), se han apresurado a dar su apoyo al plan de Trump. Como han hecho buena parte de los gobiernos árabes y musulmanes sometidos al imperialismo: los ministros de Exteriores de 8 de ellos han hecho público un comunicado en que saludan el “liderazgo del presidente Donald Trump , y sus sinceros esfuerzos para poner fin a la guerra en Gaza”.

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Sobre el reconocimiento del “Estado Palestino”

Carta Semanal 1063 en catalán

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A lo largo de este año han sido varios los países europeos que, presionados por opinión pública que rechaza su apoyo activo o pasivo al genocidio de Gaza y por la movilización popular, han decidido reconocer el Estado Palestino. Todos saben que se trata de un mero gesto sin repercusiones prácticas, pero quienes tienen mayor capacidad de análisis ponen de manifiesto otras cuestiones. Citaremos algunos de esos comentarios

El nacimiento imposible de un Estado palestino

En La Vanguardia del 14 de septiembre encontramos un artículo con el título “la quimera del Estado palestino”, que explica que Palestina no controla su territorio, ya que el 82% de la franja de Gaza y el 60% de Cisjordania están bajo control israelí, e Israel tiene planes de anexión para ambas zonas.

François Lazar escribe en Informations Ouvrières, periódico del Partido Obrero Independiente de Francia, que “Este reconocimiento viene acompañado de condiciones y mandatos que colocan a la población palestina ante una disyuntiva bastante simple: aceptar o desaparecer. Defender la idea y la perspectiva de un Estado de Palestina, desprovisto de todas las prerrogativas de un Estado, confinado y controlado desde fuera, es un reconocimiento consciente y deliberado de la realidad colonial israelí. Si Macron y los líderes europeos realmente quisieran imponer la descolonización de Cisjordania, condición para establecer allí un Estado palestino, sea cual sea su contenido, suspenderían todas las relaciones políticas, económicas y culturales con el genocida Estado israelí”.

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Llamamiento de militantes rusos y ucranianos contra la guerra

Carta Semanal 1062 en catalán

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Desde hace más de tres años y medio, la guerra en Ucrania se mantiene. La OTAN, los EEUU y la Unión Europea la alimentan con las entregas de armas al gobierno de Zelensky. En estos tres años, cerca de millón y medio de jóvenes rusos y ucranianos han muerto o han sido heridos. Reproducimos en esta Carta Semanal un llamamiento de militantes ucranianos y rusos, que participarán en la Conferencia Europea contra la guerra que se celebrará el 4 de octubre en parís, y en el mitin internacionalista del 5 de octubre, llamamiento que se publica en Informations Ouvrières n.º 875, también publicado en L’Insoumission (órgano de La Francia Insumisa.). Lo firman conjuntamente militantes rusos y ucranianos que, en unidad, denuncian a los promotores de guerra de ambas partes, y llaman a la paz entre los pueblos. Este llamamiento tiene enorme importancia en el momento actual.

RUSIA/UCRANIA

«La guerra nunca conducirá a la paz: restituir a los pueblos su derecho a la autodeterminación»

Es infinitamente ingenuo creer que la guerra conduce a la paz. Ni Putin, ni Trump, ni Zelenski, ni los dirigentes europeos han sido capaces de aportar lo esencial a los pueblos: la paz. Los cálculos basados en una victoria militar se han venido abajo, así como los intentos de «toma y daca» entre dirigentes a costa de los pueblos. Hoy, no solo la izquierda, sino cualquier fuerza democrática debe unirse, pero no en torno a un programa de militarización y violencia, sino bajo la bandera de la paz inmediata.

Nosotros, militantes pacifistas rusos y ucranianos, hemos sido privados de nuestra patria por esta guerra. Cientos de miles de compatriotas nuestros han muerto, hay millones de mutilados, decenas de millones reducidos a la desolación y privados de esperanza. Esta carnicería multiplica cada día el sufrimiento y nos arrebata, a nosotros y a nuestros países, cualquier futuro. Se encarcela a nuestros compañeros y se reprime con brutalidad cualquier disidencia. Conocemos el precio de la guerra: nos ha privado de nuestra voz y del derecho a decidir nuestro destino. La única posibilidad de poner fin a esta pesadilla es devolver a nuestros pueblos ese derecho, el derecho a la autodeterminación.

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Ante los acontecimientos de Francia

 Carta Semanal 1061 para descargar en PDF

Los acontecimientos de los últimos días en Francia tienen una gran importancia para toda Europa. El 8 de septiembre, el gobierno de Bayrou perdió la votación de una moción de confianza en la Asamblea Nacional y tuvo que dimitir. Se vio obligado a presentar la moción en un vano intento de hacer pasar su propuesta de presupuestos, que suponía unos recortes de 40.000 millones de euros en la sanidad, la enseñanza, las pensiones, el empleo público. Lo único que no se recortaba –y que, incluso, aumentaba de manera vertiginosa- era el gasto militar. El 10 de septiembre, convocada “desde abajo” una jornada de movilización sacudía todo el país. Una huelga general se prepara para el 18 de septiembre.

El presidente Macron, cuya popularidad es de menos del 20%, ha decidido nombrar un nuevo primer ministro, Sébastien Lecornu, que era ministro de Defensa con Bayrou. Pero, según las encuestas, una abrumadora mayoría de los franceses (entre un 60 y un 70%) reclaman la dimisión del propio Macron. La prensa habla abiertamente de crisis del régimen, de la V república establecida por el golpe de De Gaulle en 1958.

Frente al peligro de la ultraderecha del RN, sólo la movilización unida puede salvar las conquistas sociales del pueblo francés. Esta movilización unida que defiende las conquistas sociales tiene como referente político y electoral la Francia Insumisa, que abre una perspectiva política, planteando el fin de la V República presidencialista, de dar la palabra al pueblo y, por medio de una Asamblea Constituyente, erigir instituciones democráticas: la VI república. Es por ello que LFI es atacada desde todas partes, los medios de comunicación, e incluso la supuesta izquierda que intenta mantener a Macron.

Reproducimos en esta Carta Semanal los contenidos de un número especial del semanario Informations Ouvrières, órgano del Partido Obrero Independiente de Francia

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11 DE SEPTIEMBRE Por la amnistía, más recursos para los servicios públicos y no para gastos militares

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No sin razón muchos medios de comunicación han calificado el encuentro en Bruselas del martes 2 de septiembre entre Carles Puigdemont y Salvador Illa como la amnistía política que aquél reclamaba, ya que la amnistía legal, la que debería haberse implementado en aplicación de la ley desde hace más de un año, no se ha producido. La razón es conocida de todos: la herencia franquista que impregna algunas de las instituciones y poderes del Estado, particularmente el poder judicial, encabezado por el CGPJ, y la obstaculización vehiculizada a través del Tribunal Supremo, han impedido hasta este momento aplicar totalmente la amnistía, especialmente a los principales dirigentes del «procés». No se trata de una simple anomalía. Es la enésima constatación de la aversión que tienen a la democracia y a cualquier solución política, y de su apuesta por el enfrentamiento. Sin duda, tiene razón Pedro Sánchez cuando afirma que “hay jueces haciendo política que no cumplen la ley”. Pero someterse a ellos, o “sufrirlos en silencio” como hace el gobierno que preside, no es ninguna solución. Al contrario, les da cuerda.

LAS COSTURAS DEL RÉGIMEN AL DESNUDO

Sí, efectivamente, la herencia franquista representa una amenaza directa contra las libertades y las conquistas democráticas. Pero no menos nocivo resulta la estructura del Estado monárquico basado en las autonomías. La catástrofe producida en Valencia por la DANA el pasado 29 de octubre mostró el aspecto más indecente, e incluso criminal, de una administración incapaz de garantizar la seguridad más elemental de los ciudadanos ante una emergencia como la que se produjo. Incapaz de gestionar los recursos públicos que ayudan a anticiparse a la catástrofe y de facilitar que las zonas inundables estén como están, aún hoy. Tienen razón también los valencianos y valencianas que cada mes exigen, como punto de partida para la reconstrucción, la dimisión de Mazón y su procesamiento.

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Combate Socialista 29. Lucha contra la guerra y combate contra la guerra social.

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Introducción

Participando en el debate del X Congreso Mundial

El jueves 18 de mayo realizamos un primer debate general preparatorio del X Congreso Mundial.

En La Verdad n.o 112 se publican diez preguntas, con sus respuestas para avanzar en el debate. Estas preguntas corresponden a algunas de las cuestiones que los militantes del movimiento obrero y de los movimientos de liberación nacional se plantean. Y, claro está, se concentran en lo que es hoy la cuestión de las cuestiones: la actual guerra de Ucrania, sus implicaciones mundiales, el carácter de los contendientes, su relación con la descomposición del sistema capitalista y la posición de los obreros internacionalistas.
Estas cuestiones son centrales y, al mismo tiempo, abren la vía a otras. En la situación de instrumentos para resistir por un lado la ofensiva del imperialismo para preservar el actual sistema de explotación y opresión y la forma que toma la resistencia son cuestiones centrales.
Desde el estado español procuramos responder a preguntas e interrogantes que se plantean los trabajadores y los pueblos a escala mundial. Nuestro punto de partida es la «crisis de la dirección revolucionaria», en otras palabras «la orfandad política» de las clases explotadas y oprimidas, en primer lugar, de la clase obrera. Cuando los partidos que dicen representarla se contentan con gestionar el capitalismo y sus regímenes y, aún peor, participan plenamente en la guerra y en la economía de guerra que resulta de ello. Hemos iniciado este debate y hemos ampliado algunas cuestiones que nos parecen cruciales.
Las cinco preguntas y las respuestas que aquí presentamos no pretenden ni ser definitivas ni incuestionables. Se deducen de nuestro programa que no es un dogma, sino una guía para la acción. A lo largo del debate surgieron ya dos nuevas cuestiones que desarrollaremos en un siguiente debate: el lugar y la necesidad de tener medios propios de expresión y no depender de los medios del sistema, y la importancia que tiene en nuestro país la defensa de la caja única de la Seguridad Social, expresión de la unidad de la clase obrera de nuestro país, que tiene los mismos intereses de Cádiz a Gerona, de Madrid a Barcelona.
En un próximo folleto desarrollaremos estos temas y otros que surgen en este debate abierto a todos los militantes y trabajadores de vanguardia.

Comité Ejecutivo del POSI (24 de mayo 2023).