(Publicado en la Carta Semanal 510)
Partimos de una declaración: como militantes de la Cuarta Internacional nos colocamos, incondicionalmente, junto a los trabajadores y el pueblo griego. Compartimos su combate, su resistencia, sus sufrimientos, porque son los nuestros, porque en nuestro país, en toda Europa, vivimos las consecuencias de la misma política, la política del capital financiero y de sus instituciones, la Unión Europea, el FMI, el BCE, la troika, de todos los gobiernos a su servicio.
Decimos alto y fuerte que los intereses de los trabajadores de Europa, del sur y del norte son irreconciliables con los intereses de la minoría de capitalistas y las instituciones a su servicio.
Desde este punto de vista consideramos que estas instituciones no son reformables, y que nuestro combate se inscribe en la perspectiva de la unión libre de naciones y pueblos de Europa liberados de toda opresión y explotación. Por tanto con la ruptura con la Unión Europea, por el desmantelamiento de estas instituciones, condición indispensable para establecer relaciones de cooperación Fraternal entre los pueblos de Europa.
Las elecciones griegas
El resultado de las elecciones del 25 de enero en Grecia supone un golpe a toda la política del capital financiero con repercusiones en toda Europa.
En primer lugar muestra el rechazo a todas las políticas de ajuste, impuestas por la Troika y aplicadas por los diferentes gobiernos, del PASOK o de la derecha o de la coalición de ambos.
Pero no nos engañemos: es el rechazo también –aunque no sea consciente- a la política de reacomodo, quita o reestructuración de la deuda. No olvidemos que ya se realizaron dos quitas de la deuda griega, en 2011 y 2012, y hoy ésta es aun mayor que entonces: ha pasado de un 115 a un 177 por ciento del PIB, una cifra insostenible para cualquier país.
Es un rechazo también a la política que busca asociar a las organizaciones obreras, partidos y sindicatos, a la aplicación de las políticas de ajuste (véase el hundimiento absoluto del PASOK por participar en los gobiernos que las aplican). Esto incluye las políticas de “concertación, corresponsabilidad o dialogo social” y a su nivel político la propuesta de Gran Coalición, cuya principal referencia es Alemania, y que aquí ha defendido Felipe González.
El resultado
Dicho esto nos es necesario analizar los condicionamientos del resultado electoral y sus posibles consecuencias.
En primer lugar –obligado es decirlo- en una democracia parlamentaria descompuesta todo resultado electoral no es mas que un reflejo deformado de la realidad social. Los resultados son los que son y en Grecia, un país donde el voto es obligatorio, 36.5 por ciento de los ciudadanos no votaron, y un 3 por ciento votaron blanco o nulo. Incumpliendo la Ley Electoral, no fueron inscritos en el censo los ciudadanos que cumplían 18 años en 2015 (a quienes las encuestas atribuían una masiva preferencia por Syriza).
En estas condiciones Syriza consiguió el 36 por ciento de votos y fue la ley electoral que le dio una mayoría holgada (que le hubiera en realidad permitido no formar coalición), pero por sólo dos diputados no la mayoría absoluta (que muy posiblemente le hubieran dado los votos de esos jóvenes excluidos). Después de lo que pasó en las últimas elecciones americanas que ganó Bush, nadie puede excluir el componente de “pucherazo” de cualquier elección parlamentaria degradada.
Sin duda alguna este resultado es el producto electoral de la resistencia de los trabajadores y el pueblo griego que no ha cejado desde que el Abril del 2010 se aplico el primer plan de rescate. Las muchas huelgas generales y sectoriales, las manifestaciones por miles no dieron resultado político no por la falta de combatividad del pueblo griego sino por la política combinada de las direcciones del PASOK, del KKE e indirectamente de Syriza que bloquearon el camino hacia Frente único de los sindicatos contra los planes de ajuste.
Esto se ha reflejado también en los resultados electorales de Syriza, según las estimaciones: un tercio de los campesinos, 39 por ciento de los asalariados en activo, 42 por ciento de los desocupados, importantes sin duda, pero que muestran que un sector incluso numéricamente mayoritario de la clase se abstuvo, votó a otras opciones y sin duda está a la expectativa de lo que va a hacer el nuevo gobierno.
¿Qué propone Syriza?
Debemos por tanto analizar la política de Syriza .En junio del 2012 planteaba la retirada del Memorándum de la Troika, pero durante su congreso de finales de 2012 modificó su programa planteando la renegociación de la deuda y la supresión de las medidas mas duras. Una fuerte oposición (la plataforma de izquierdas) de más de un tercio de los delegados se expresó en el Congreso por mantener el programa inicial. Recordemos que Syriza no es la “representación autoproclamada” de la gente sino un Frente de organizaciones)
En el verano del 2014 en la Conferencia de Salónica, Syriza adoptó su actual programa. Un programa que plantea una serie de medidas: recuperar el salario mínimo rebajado por los recortes, reinstaurar el derecho a la negociación colectiva, paralizar las actuales privatizaciones, renegociar el pago de la deuda…., un programa que en su conjunto busca moderar los aspectos más brutales del ajuste. Pero que con toda claridad, y no es un prejuicio nuestro sino la afirmación de la propia dirección de Syriza, se sitúa en el marco de la reforma de la UE y del euro y de cambio del rol del BCE.
No es por casualidad que en la elaboración de este programa ocuparan un lugar central antiguos dirigentes o consejeros del PASOK como Yannis Varufakis.
La política del nuevo gobierno
Una vez constituido el gobierno anunció una serie de medidas urgentes: Subir el salario mínimo de 586 a 751 euros [nivel al que estaba antes de los recortes], restablecer la cobertura médica universal, restaurar la negociación colectiva con los sindicatos, abolir las tasas por recetas y consultas médicas, paralizar la privatización del 67 por ciento del puerto del Pireo y otras privatizaciones, reemplear a 10.000 empleados públicos, una ayuda a 300.000 parados…
Desde el punto de vista de los trabajadores no podemos más que apoyar totalmente estas medidas, pero son anuncios que deben ser ratificados por el parlamento y sobre todo financiados. Se estima un costo de 12.000 millones y como dicen los portavoces de la UE este dinero no existe en el actual presupuesto. Al mismo tiempo impunemente la burguesía griega, al amparo de las directivas europeas de “libre circulación de capitales” sigue evadiendo masivamente capitales.
Y ahora, ¿qué?
Esta semana comienza la ronda de negociaciones con la Unión Europea. Nadie puede poner en cuestión la necesidad de negociar. El problema es el marco de estas negociaciones, por el momento impuesto por la UE o sea los enemigos del pueblo griego. Sin duda alguna las medidas anunciadas pondrían en cuestión los acuerdos con la UE. Por tanto una batalla se inicia.
En esta batalla, el gobierno Rajoy y otros gobiernos presionan para que se obligue a Grecia a capitular. Y encima lo hacen –como ha dicho el primer ministro portugués, Passos Coelho- en nombre de “los sacrificios que ha hecho el pueblo portugués”.
Sería doctrinario o estúpido “dictar o aconsejar” desde aquí lo que debería hacer el gobierno griego. Incluso el acuerdo con un partido de extrema derecha, representante de un sector de la burguesía griega amenazada en su existencia por la UE o sea la marina mercante, no es más que una maniobra para “pesar” en las negociaciones con la UE.
Para nosotros, el combate de los trabajadores griegos es paralelo al de todos los pueblos de Europa. Desde nuestra participación en las Conferencias obreras europeas en Tarragona y París de 2013 y 2014 combatimos, en contacto con nuestros camaradas griegos y de otros países, por establecer el agrupamiento más amplio de trabajadores y jóvenes por la ruptura con la UE y los gobiernos que aplican sus planes, por la retirada de todos los planes de ajuste. Lo cual exige la unidad de las organizaciones de la clase obrera, que sólo será posible sobre la base de la independencia con respecto a las instituciones del capital financiero y su política de concertación social.
En este combate, apoyando cada paso en la vía de las reivindicaciones de la clase y el pueblo nos situamos incondicionalmente del lado del pueblo griego, apoyaremos cada paso adelante que dé su gobierno y rechazamos el chantaje de la U.E. y del gobierno Rajoy. El mayor favor que podemos hacer a nuestros hermanos griegos es impulsar la unidad por la inmediata dimisión de Rajoy y su gobierno.