Carta Semanal 890 en catalán
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El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla (PP), ha decidido adelantar las elecciones autonómicas. La fecha de votación será el 26 de junio.
Bonilla –que gobernaba en coalición con Ciudadanos, y con el apoyo externo de Vox– ha decidido el adelanto ante las encuestas favorables y teniendo en cuenta que no pudo aprobar los presupuestos para 2022 por no conseguir los votos de Vox. El PP hace campaña por una mayoría absoluta para sus candidaturas (que hasta ahora le niegan las encuestas). Las perspectivas actuales son que Ciudadanos se hunde (y tal vez se quede sin representación), Vox crece casi un 50% en escaños, quedando como tercera fuerza electoral, con 18-20, el PSOE se estanca, y el PP sacaría por sí solo más parlamentarios (45-50) que todas las fuerzas de izquierda juntas. No obstante, no llegaría a la mayoría absoluta -que requiere 55 escaños- y necesitaría la abstención o el apoyo de Vox para gobernar.
El PSOE cambió a Susana Díaz como candidata por el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, un candidato sin proyección fuera de Sevilla. No parece que ese cambio tenga repercusión electoral: la mayoría de las encuestas dicen que subiría unos pocos miles de votos y se estancaría en escaños, con 32-33.
Desde siempre una mayoría del pueblo andaluz ha votado a las organizaciones que se declaran de izquierda. Hoy esta mayoría está perpleja. Ve en el gobierno de la nación al PSOE y UP-IU aplicar los peores planes del capital. En primer lugar, aparecen y son los abanderados de la política belicista y la OTAN. Incluso, la muñidora de la coalición “Por Andalucía”, Yolanda Diaz, deja caer -de momento extraoficialmente- que se ha “convertido” al atlantismo. Las reformas laborales siguen sin ser plenamente derogadas, los salarios se estancan mientras los precios de bienes de primera necesidad (combustibles, electricidad, alimentos…) se disparan. Y el día 9 de junio se aprestan a aprobar una nueva reforma de las pensiones, para fomentar los Planes de Pensiones de Empleo; privados, pero bonificando a la parte empresarial con dinero de la Seguridad Social. Mantienen la ley mordaza y promueven las guerras con la OTAN. Con todo esto, están haciéndole la campaña a la derecha. Que se permite practicar el populismo más grosero y aparecer en Andalucía incluso como “moderada”.
Este es el principal problema de la izquierda en estas elecciones.
Añádase la confusión que generó el pacto del gobierno andaluz del PP con el valenciano del PSOE sobre la financiación autonómica, ¿con una misma política? que añadió más disputas aún al Estado de las Autonomías.
Y encima vienen las maniobras electorales.
Un vodevil en las candidaturas de izquierdas
El panorama es desolador. Izquierda Unida y Podemos se presentaron a las elecciones anteriores como Adelante Andalucía, una coalición cuyas candidaturas encabezó Teresa Rodríguez, de ‘anticapitalistas’, y que se rompió en dos a medio mandato. Teresa Rodríguez, se quedó con la marca electoral.
La Mesa del Parlamento de Andalucía, la derecha, decidió entonces entre las izquierdas, en noviembre de 2020 –en contra del dictamen de los servicios jurídicos de la Cámara en un informe que no es vinculante– declarar tránsfugas a Teresa Rodríguez y diez diputados del grupo de Adelante Andalucía (a los que luego se sumaron otros dos). Una decisión que se tomó a petición de la portavoz del grupo, Inmaculada Nieto (IU) y a instancias de Podemos.
Los parlamentarios pasaron a ser no adscritos, una condición que les privaba de la mayoría de su derechos parlamentarios, porque el reglamento del Parlamento de Andalucía excluye a los diputados no adscritos de muchas iniciativas reservadas a los grupos parlamentarios, como la iniciativa legislativa, la presentación de proposiciones no de ley y de mociones, la participación en debates de totalidad de proyectos de ley, de investidura del presidente o presidenta de la Junta, y en general todas aquellas reservadas a los grupos parlamentarios. Y limita otras, como la posibilidad de presentar preguntas al presidente o los consejeros de la Junta.
Esta decisión fue adoptada con el apoyo de todos los partidos, excepto el PP, que se abstuvo.
De cara a la campaña electoral, las maniobras de enfrentamiento y división se han repetido. Por Andalucía, la coalición de izquierdas que agrupa a Podemos, IU, Más País, Equo, Alianza Verde e Iniciativa del Pueblo Andaluz, ha presentado un recurso a la Junta Electoral, para que Adelante Andalucía, la formación de Teresa Rodríguez, no esté en los debates electorales. También solicita que se supriman las entrevistas programadas con Teresa Rodríguez en la RTVA, alegando que su inclusión es “claramente contraria al principio de neutralidad e igualdad de trato, por cuanto se trata de la candidata de una formación que no alcanza siquiera a la consideración de grupo político significativo”. Recordemos que quienes siguen a Teresa Rodríguez se presentan por separado, con las siglas de Adelante Andalucía, y las encuestas les dan entre 0 y 3 escaños.
Si bien finalmente la Junta Electoral ha rechazado las peticiones de Por Andalucía, hemos de decir que nosotros somos partidarios de la igualdad de todas las organizaciones en la campaña electoral, y rechazamos las subvenciones del Estado a los partidos políticos, pero no podemos sino rechazar las maniobras, de claro tufillo estalinista, que se apoyan en una legislación antidemocrática.
No compartimos la plataforma electoral de Adelante Andalucía, que observamos que insiste en el andalucismo, y, sin menoscabo de pronunciarnos al respecto, creemos que es imprescindible mostrar nuestro total desacuerdo con las actuaciones de Por Andalucía y su boicot a la campaña de Teresa Rodríguez. Este espectáculo sólo tendrá un resultado: favorecer al PP y a Vox.
En cuanto a Podemos, Izquierda Unida, Más País y otras fuerzas, llegaron a última hora a un acuerdo de coalición, que se llamará “Por Andalucía”. Tan a última hora se hizo el acuerdo que la adhesión de Podemos al mismo llegó fuera de plazo a la Junta Electoral, y no fue admitida. Esto supone que los representantes de Podemos dentro de la coalición, tendrían que ir como independientes, y probablemente el partido se quedaría sin acceso a las subvenciones (que son imprescindibles para el funcionamiento de una organización que no tiene apenas miembros cotizantes). Las encuestas les dan 7-9 escaños.
Un desastre para las izquierdas
Según las encuestas, con la política que llevan desde el Gobierno, todas las fuerzas de izquierda podrían sumar, en el mejor de los casos, 45 escaños (32-33 del PSOE, 7-12 de las fuerzas a su izquierda que, en las elecciones anteriores, unidos, sacaron 17 escaños. Incluso esos 7-12 pueden ser menos con este ambiente de enfrentamiento entre ellos, sin ningún contenido político). Y el PP, por sí solo, entre 45 y 50. A los que hay que sumar los 18-20 de Vox.
Es cierto que el PP, que gobernaba por primera vez en Andalucía después de 40 años de gobierno del PSOE (solos o en coalición), no se ha atrevido en este primer mandato a llegar muy lejos en su política. Por ejemplo, en sanidad, apenas algún aumento de las derivaciones a la sanidad privada, pero eso no quita que la situación de la sanidad andaluza sea desastrosa y que, en octubre de 2021, se permitieran despedir a 8.000 profesionales. Esto se ha hecho en connivencia en lo fundamental con la política del gobierno PSOE-U Podemos, con lo que la respuesta se ha limitado a movilizaciones locales, numerosas, pero aisladas, en cada barrio o pueblo.
La situación política y el panorama electoral no invita, precisamente, a la movilización de la población trabajadora y de las izquierdas, que demuestra la ausencia de una fuerza política que pueda representar los intereses de la clase trabajadora de Andalucía y que puede traducirse en una abstención masiva en los barrios populares. Ya hay quienes se apresuran a echarle la culpa a la población trabajadora de Andalucía, que, según ellos, no sabe votar “adecuadamente”.
En todo caso, no parece que haya una salida electoral para las aspiraciones de la mayoría trabajadora de Andalucía.
La opción de los “Anticapitalistas”
Anticapitalistas, la organización afiliada al llamado “Secretariado Unificado de la IV Internacional” es la fuerza que anima a la coalición Adelante Andalucía, de la que forman parte, además, varios grupos “andalucistas”: Primavera Andaluza, Izquierda Andaluza y Defender Andalucía. Adelante se define como una “fuerza andalucista de izquierdas, feminista y ecologista que defiende los intereses del pueblo andaluz. Somos una fuerza política netamente andaluza que trabaja por priorizar los intereses populares y con el anhelo de servir como herramienta para la emancipación hacia la plenitud económica, política, ecológica, cultural y social de Andalucía.
Con esta voluntad de ser útil al pueblo andaluz, nos definimos como andalucistas, feministas, ecosocialistas, antineoliberales y con un compromiso profundamente democrático.
Creemos que el andalucismo es la respuesta de la gente trabajadora andaluza para hacer frente a las políticas neoliberales y centralistas”.
Es conocida nuestra opinión sobre cuestiones como el “ecosocialismo”, y el “neoliberalismo” (remitimos a los lectores que estén interesados a los artículos publicados en La Verdad, revista teórica de la IV Internacional). Pero nos vamos a permitir una observación sobre el proclamado “andalucismo”. En nuestra opinión, la clase trabajadora de Andalucía comparte con los trabajadores y trabajadoras del resto del Estado conquistas sociales comunes, enemigos comunes (el capital financiero y sus instituciones). Estas conquistas comunes solo se pueden defender, es nuestra opinión, corroborada por la experiencia, con la acción común de todos los pueblos, partiendo de la unidad de la clase de norte a sur, de Cádiz a Girona, contra el régimen monárquico y el capital financiero.