(Publicado en la Carta Semanal 703 – ver en catalán)
Los medios de comunicación llevan semanas dándole vueltas a la decisión del gobierno Sánchez de sacar los restos del criminal genocida Franco de la Basílica del Valle de los Caídos, y del desafío de los descendientes del dictador, que proponen llevar los huesos del “criminalísimo” ni más ni menos que a la Catedral de la Almudena, en pleno centro de Madrid y a un paso de la Plaza de Oriente donde tanto le gustaba al interfecto celebrar sus actos de afirmación popular a su régimen.