Archivo por meses: marzo 2022

Els treballadors i les seves organitzacions davant de la guerra

Carta Setmanal 880 per descarregar en PDF

Dijous 24 i divendres 25 de març es van reunir a Brussel·les els 30 caps d’Estat o primers ministres dels països membres de l’OTAN, després es va reunir el G7 i a continuació els 27 caps d’Estat o de govern dels membres de la Unió Europea. El president dels EUA, Joe Biden, va participar o “va presidir” els tres conclaves. És la primera vegada que un president dels USA participa a una Cimera de la UE. Això demostra, per als qui encara tingueren dubtes, una dependència que ve des de l’origen d’aquestes institucions europees i que es va veure sobretot als anys 2010 en formar-se la Troika: que la UE és subsidiària de l’administració americana, a través del FMI , de l’OTAN… i no és una institució neutral ni una instància merament “econòmica”. Sigue leyendo

Los trabajadores y sus organizaciones frente a la guerra

Carta Semanal 880 en catalán

Carta Semanal 880 para descargar en PDF

El jueves 24 y el viernes 25 de marzo se reunieron en Bruselas los 30 jefes de Estado o primeros ministros de los países miembros de la OTAN, después se reunió el G7 y a continuación los 27 jefes de Estado o de gobierno de los miembros la Unión Europea. El presidente de los EE.UU., Joe Biden,  participó o “presidió” los tres cónclaves. Es la primera vez que un presidente de los USA participa en una Cumbre de la UE. Lo que demuestra, para quienes aún tuvieran dudas, una dependencia que viene desde el origen de estas instituciones europeas y que se vio sobre todo en los años 2010 al formarse la Troika: que la UE es subsidiaria de la administración americana, a través del FMI, de la OTAN… y no es una institución neutral ni una instancia meramente “económica”. Sigue leyendo

Ante las consecuencias de la guerra para la clase trabajadora: la lucha contra la guerra y la lucha por las reivindicaciones, dos caras de la misma moneda

Carta Semanal 879 en catalán

Carta Semanal 879 para descargar en PDF

¿Qué impacto supone la guerra y las medidas que la acompañan? La propaganda de los medios de comunicación burgueses plantea la cuestión en términos de cada país, como si los efectos fueran los mismos para toda la población, con independencia de su posición de clase… cuando resulta evidente que, por ejemplo, un aumento del gasto militar es un regalo para las multinacionales estadounidenses del “complejo militar-industrial”, mientras que para la mayoría supone un desvío de fondos en contra del gasto público social. A quienes defendemos los intereses de esta mayoría nos interesa, por tanto, conocer cuáles son las consecuencias de la guerra para ella, para la clase trabajadora.

Los miles de muertos y heridos, los millones de refugiados… no son capitalistas, son trabajadores

La gravedad de la situación está fuera de toda duda: destrucción por doquier, con muertos y heridos que ya se cuentan por miles y miles, con más de tres millones de refugiados que escapan del terror con lo puesto. Pero las manipulaciones desinformativas ocultan que los muertos, heridos y refugiados no son los capitalistas ucranianos, no son los dueños de las grandes empresas. Son sobre todo los trabajadores quienes engrosan esas cifras dramáticas de muertos y heridos, como revela el ejemplo tan elocuente y trágico, entre tantos otros, que fue la masacre de soldados argentinos durante la guerra de las Malvinas en 1982 (soldados que eran principalmente jóvenes de clase trabajadora, a los que la dictadura condenó, enviándolos sin formación ni material adecuado a combatir al bien pertrechado ejército imperialista británico, provocando entre ellos cientos de muertos y miles de heridos). También son trabajadores quienes hoy se quedan sin vivienda en Ucrania, quienes se ven obligados a huir con lo puesto.

Estos efectos golpean directamente a la clase trabajadora ucraniana. Pero también castigan a la rusa, pues son fundamentalmente jóvenes de la clase trabajadora quienes nutren las filas del ejército que el régimen liderado por Putin lanza contra Ucrania, no en favor de unos supuestos intereses rusos, sino de los intereses particulares de la oligarquía rusa; de igual modo que la presión del imperialismo de EE. UU. a través de la OTAN, a la que se subordinan plenamente la UE y sus gobiernos, no tiene nada que ver con los intereses de la mayoría de la población europea -y estadounidense-, sino que obedece a las necesidades del capital financiero de la primera potencia mundial. Ciertamente la mayoría de la población ucraniana soporta la condición de rehén de los intereses económicos de los distintos sectores del capital financiero, que pugnan por un lugar en el mercado mundial. Pero asimismo es rehén la mayoría de la población rusa, rehén del gobierno de quienes, como en otros países, se apropian de las riquezas de la nación. Y, aunque evidentemente a otra escala, también el conjunto de la clase trabajadora en los demás países es rehén de los gobiernos respectivos, que despliegan todos los medios posibles al servicio del siniestro negocio de la guerra.

La guerra: destrucción económica y más desempleo y precariedad

Son también los trabajadores quienes padecen fundamentalmente la aniquilación de una gran parte de la actividad productiva por la guerra y, consecuentemente, de los empleos con los que obtenían su medio de vida; son los trabajadores quienes sufren la demolición de sus viviendas por los bombardeos, que también liquidan los servicios elementales -sanitarios, educativos, de transporte, etc.- que son imprescindibles para unas condiciones de vida dignas, todo lo cual provoca la huida masiva de la población, sobre todo trabajadores. La destrucción que provoca la guerra en territorio ucraniano tiene consecuencias sociales directas, que son nefastas para la clase trabajadora allí. También en Rusia se producen efectos muy negativos por la plena orientación económica al esfuerzo bélico que devasta las condiciones de trabajo y de vida en general allí, además del cuestionamiento de los derechos obreros y democráticos. A lo que se unen las sanciones que, ciertamente, los ricos pueden eludir, pero no la clase trabajadora. Esta regresión, en fin, se verifica en toda Europa y más allá, a escala mundial.

El FMI estima que, de alargarse la guerra, el PIB de Ucrania podría desplomarse entre un 25 y un 35% (incluso en el escenario menos desfavorable la caída alcanzaría el 10%). La OCDE, por su parte, prevé que el PIB de Rusia se reducirá alrededor del 10% (en 1998, año de la grave crisis financiera rusa, cayó un 5,3%, apenas la mitad de dicha previsión). Según RS Research, sólo por la ejecución de las sanciones contra el pueblo ruso por parte de las primeras 50 multinacionales, se destruirá más de un millón de empleos. La propia OCDE calcula un impacto adverso del 2% en el PIB de la UE y de un 1% en la economía mundial. En ese contexto es fácil intuir el efecto en una mayor precariedad laboral, con todo su terrible corolario sobre las condiciones de vida de la mayoría de la población. Máxime considerando la promulgación de leyes liberticidas bajo el amparo de la coartada de la guerra, como las penas de hasta 15 años de prisión impuestas en Rusia a quienes, de hecho, se expresen públicamente contra la guerra. O la persecución que lleva a cabo el gobierno ucraniano contra militantes comunistas. O en el caso español el mantenimiento de la Ley Mordaza por el actual gobierno, pese al compromiso de derogarla por parte de todos los partidos que lo integran.

Encarecimiento de la vida

En los últimos meses se han recrudecido los problemas económicos y entre ellos, en particular, el de la inflación, que en el caso español ya alcanza el 7,4% anual medido por el IPC. Se había desmoronado ya toda la retórica burguesa de que tras la pandemia se iba a relanzar la actividad económica, espoleada por el gasto público (que en realidad es una nueva transferencia masiva de recursos al capital financiero, bajo el señuelo de una supuesta “economía verde” y la llamada digitalización). Problemas de suministros que paralizan las denominadas cadenas globales de valor (la internacionalización del capital productivo, vaya), dificultad de aprovisionamiento de la energía y su encarecimiento, insuficiencia de las infraestructuras tras lustros de recortes… todo ello revelaba una auténtica dislocación del mercado mundial, incapaz de absorber las necesidades del capital, como ya explicaba Marx hace un siglo y medio (véase el número 110 de La Verdad, revista teórica de la IV Internacional).

El caso español es muy claro: para este año 2022, frente al aumento del 6,5% de los precios, la subida media de los salarios nominales en convenio se limita a un 1,55%, la de los empleados públicos al 2% y la de las pensiones al 2,5% (3% en algunos casos). Es decir, se impone una pérdida de poder adquisitivo de en torno a un 4 o 5% o, dicho de otro modo, una reducción del salario real de ese monto. Mientras tanto, los capitales que componen el Ibex 35 alcanzaron en 2021 un beneficio récord de 58.543 millones de euros. Ante ello, el gobierno español apela a un supuesto interés nacional compartido por explotadores y explotados, para promover un “Plan Nacional de Respuesta al Impacto de la Guerra”. Un plan que incluye un “pacto de rentas que proporcione estabilidad desde la perspectiva de los costes salariales y los beneficios empresariales”. Es decir, con la tramposa excusa de evitar más inflación se pretende abundar en la mal llamada contención o congelación de los salarios que, al aumentar menos que los precios, en realidad se reducen (sin que nunca haya límites a las ganancias del capital). Además de aprobar “el mecanismo RED de flexibilidad y estabilización el empleo (…) que posibilita a las empresas sometidas a crisis temporales o estructurales adoptar medidas de reducción de jornada y suspensión temporal de contratos de trabajo”, cuyo contenido real es la destrucción de empleo y el deterioro de las condiciones laborales. El gobierno de Sánchez exige a partidos y sindicatos su subordinación; es decir, la “unión nacional” para atender a las exigencias del capital financiero.

Crisis crónica del capitalismo, guerra y aumento de los presupuestos militares

La guerra no es la causante de las dificultades económicas, como tampoco la pandemia era su origen. El capitalismo, en su estadio imperialista, padece una suerte de crisis crónica en la que se suceden periodos críticos sin que entre ellos se intercalen fases realmente expansivas. La pandemia hizo aflorar la crisis latente y la disparó. La guerra responde a esa crisis, que se expresa en una pugna exacerbada por el mercado mundial; responde a ella y la agudiza. Es una auténtica huida hacia delante del capital, que revela su carácter cada vez más destructivo. El imperialismo estadounidense instiga la guerra para tratar de fortalecer la posición de su capital en el mercado mundial, a lo que responde el régimen ruso poniéndola en marcha, infligiendo grandes padecimientos a la población ucraniana y al propio pueblo ruso. Todo lo cual es en gran parte financiado por las economías europeas, cuya subordinación a EE. UU. ya ni se disimula: en la cumbre de los próximos días 24 y 25 se prevé la participación de Biden, refrendándose así que la UE no es ni unión ni europea. Esta subordinación se revela también en que es el propio Biden quien presidirá la cumbre de la OTAN del mismo día 24.

En efecto, el dictado estadounidense de que los Estados europeos reserven el 2% de su PIB para gasto militar es asumido, de un día para otro, por quienes durante dos años se han negado a dotar los fondos que se requerían ante la emergencia sanitaria provocada por la pandemia. Así, el mismo gobierno alemán al que EE. UU. impone renunciar a la utilización del gasoducto que le facilitaría la llegada del gas de Rusia -del que depende el 55% de su consumo-, aumenta su presupuesto militar en 100.000 millones de dólares. Y el gobierno español se compromete a incrementarlo en un 20% en los dos próximos años. Cómo se financiará hace planear la sombra de más impuestos indirectos y más endeudamiento, con sus consecuencias conocidas: recortes masivos en el gasto en sanidad, educación y el conjunto de los servicios sociales que componen el salario indirecto de la clase trabajadora.

¿Qué hacer? La lucha contra la guerra y la lucha por las reivindicaciones, dos caras de la misma moneda

El POSI, sección de la IV Internacional en el Estado español, no es un comentarista de la actualidad. No observa la realidad como espectador, sino que trata de ayudar para la única intervención que puede evitar la profundización de la barbarie ya en curso, la de la clase trabajadora en el terreno de independencia que le es propio: la defensa de las legítimas aspiraciones de la mayoría. En 1944, Maurice Thorez, máximo responsable del Partido Comunista Francés, declaró a su vuelta a París desde Moscú que “la huelga es el arma de los trusts”. Expresaba así la subordinación del estalinismo a la dominación burguesa. Al estilo de la declaración de Enrique Santiago, secretario del PCE y secretario de Estado, en noviembre pasado a los trabajadores del metal de Cádiz en huelga, invitándoles a confiar en “su gobierno” y, por tanto, renunciando a la lucha. La huelga no es el arma del capital. Su arma es la política destructiva de las conquistas obreras y democráticas; su arma es, llegado el caso, la guerra. El arma de la clase trabajadora es la movilización, la huelga. El agrupamiento por las reivindicaciones, por su defensa hasta el final, sin someterlas a ningún condicionamiento y, en particular, rechazando todos los cantos de sirena que toman la forma de la unión nacional, del diálogo social, de unos supuestos intereses compartidos entre explotados y explotadores que, en realidad, camuflan los intereses de éstos.

La concreción de esto hoy, aquí, es la lucha contra la guerra y la lucha contra la explotación. Es decir, la lucha contra el gasto militar y contra las sanciones al pueblo ruso; la lucha por la plena derogación de las contrarreformas laborales de 2010 de Zapatero y de 2012 de Rajoy; la lucha por la defensa del sistema público de pensiones y, en consecuencia, por la auditoría de la seguridad social de acuerdo con la fórmula reivindicada por el movimiento de pensionistas; la lucha de los enseñantes en Cataluña con la huelga que señala el camino para otros sectores; la lucha por la preservación del poder de compra, con el establecimiento de cláusulas de revisión salarial con efectos retroactivos. Etcétera. Luchas cuya agrupación permita abrir la salida digna de este nombre que la clase trabajadora necesita, frente a la barbarie que la supervivencia del capitalismo no deja de profundizar.

 

Davant les conseqüències de la guerra per a la classe treballadora: la lluita contra la guerra i la lluita per les reivindicacions, dues cares de la mateixa moneda

Carta Setmanal 879 per descarregar en PDF

Quin impacte suposa la guerra i les mesures que l’acompanyen? La propaganda dels mitjans de comunicació burgesos planteja la qüestió en termes de cada país, com si els efectes fossin els mateixos per a tota la població, amb independència de la seva posició de classe… quan és evident que, per exemple, un augment de la despesa militar és un regal per a les multinacionals nord-americanes del “complex militar-industrial”, mentre que per a la majoria suposa un desviament de fons en contra de la despesa pública social. A qui defensem els interessos d’aquesta majoria ens interessa, doncs, conèixer quines són les conseqüències de la guerra per a ella, per a la classe treballadora.

Els milers de morts i ferits, els milions de refugiats… no són capitalistes, són treballadors

La gravetat de la situació està fora de tot dubte: destrucció per tot arreu, amb morts i ferits que ja es compten per milers i milers, amb més de tres milions de refugiats que escapen del terror sense res. Però les manipulacions desinformatives amaguen que els morts, ferits i refugiats no són els capitalistes ucraïnesos, no són els amos de les grans empreses. Són sobretot els treballadors els que integren aquestes xifres dramàtiques de morts i ferits, com revela l’exemple tan eloqüent i tràgic, entre d’altres, que va ser la massacre de soldats argentins durant la guerra de les Malvines el 1982 (soldats que eren principalment joves de classe treballadora, als quals la dictadura va condemnar, enviant-los sense formació ni material adequat a combatre contra el ben armat exèrcit imperialista britànic, provocant entre ells centenars de morts i milers de ferits). També són treballadors els que avui es queden sense vivenda a Ucraïna, els que es veuen obligats a fugir sense poder endur-se res.

Aquests efectes colpegen directament la classe treballadora ucraïnesa. Però també castiguen la russa, ja que són fonamentalment joves de la classe treballadora els qui nodreixen les files de l’exèrcit que el règim liderat per Putin llança contra Ucraïna, no a favor d’uns suposats interessos russos, sinó dels interessos particulars de l’oligarquia russa; de la mateixa manera que la pressió de l’imperialisme dels EUA a través de l’OTAN, a la qual se subordinen plenament la UE i els seus governs, no té res a veure amb els interessos de la majoria de la població europea -i dels Estats Units- , sinó que obeeix a les necessitats del capital financer de la primera potència mundial. Certament la majoria de la població ucraïnesa suporta la condició d’ostatge dels interessos econòmics dels diferents sectors del capital financer, que pugnen per un lloc al mercat mundial. Però així mateix és ostatge la majoria de la població russa, ostatge del govern dels qui, com en altres països, s’apropien de les riqueses de la nació. I, encara que evidentment a una altra escala, també el conjunt de la classe treballadora als altres països és ostatge dels governs respectius, que despleguen tots els mitjans possibles al servei del sinistre negoci de la guerra.

La guerra: destrucció econòmica i més atur i precarietat

Són també els treballadors els qui pateixen fonamentalment l’aniquilació d’una gran part de l’activitat productiva per la guerra i, consegüentment, de les feines amb què obtenien el seu mitjà de vida; són els treballadors els qui pateixen la demolició dels seus habitatges pels bombardejos, que també liquiden els serveis elementals -sanitaris, educatius, de transport, etc.- que són imprescindibles per a unes condicions de vida dignes, tot això provoca la fugida massiva de la població, sobretot treballadors. La destrucció que provoca la guerra en territori ucraïnès té conseqüències socials directes, que són nefastes per a la classe treballadora. També a Rússia es produeixen efectes molt negatius per la plena orientació econòmica a l’esforç bèl·lic que devasta les condicions de treball i de vida en general. a més del qüestionament dels drets obrers i democràtics. A això s’uneixen les sancions que, certament, els rics poden eludir, però no la classe treballadora. Aquesta regressió, finalment, es verifica a tot Europa i més enllà, a escala mundial.

El FMI ​​estima que, si s’allarga la guerra, el PIB d’Ucraïna es podria desplomar entre un 25 i un 35% (fins i tot a l’escenari menys desfavorable la caiguda assoliria el 10%). L’OCDE, per la seva part, preveu que el PIB de Rússia es reduirà al voltant del 10% (el 1998, any de la greu crisi financera russa, va caure un 5,3%, amb prou feines la meitat d’aquesta previsió). Segons RS Research, només per l’execució de les sancions contra el poble rus per part de les primeres 50 multinacionals, es destruiran més d’un milió de llocs de treball. La mateixa OCDE calcula un impacte advers del 2% al PIB de la UE i d’un 1% a l’economia mundial. En aquest context és fàcil intuir l’efecte en una precarietat laboral més gran, amb tot el seu terrible corol·lari sobre les condicions de vida de la majoria de la població. Màxim considerant la promulgació de lleis lliberticides sota l’empara de la coartada de la guerra, com les penes de fins a 15 anys de presó imposades a Rússia a qui, de fet, s’expressi públicament contra la guerra. O la persecució que duu a terme el govern ucraïnès contra militants comunistes. O en el cas espanyol el manteniment de la Llei Mordassa per l’actual govern, malgrat el compromís de derogar-la per part de tots els partits que l’integren.

Encariment de la vida

En els darrers mesos s’han empitjorat els problemes econòmics i entre ells, en particular, el de la inflació, que en el cas espanyol ja arriba al 7,4% anual mesurat per l’IPC. S’havia enfonsat ja tota la retòrica burgesa que després de la pandèmia es rellançaria l’activitat econòmica, esperonada per la despesa pública (que en realitat és una nova transferència massiva de recursos al capital financer, sota l’aparença d’una suposada “economia verda ” i l’anomenada digitalització). Problemes de subministraments que paralitzen les anomenades cadenes globals de valor (la internacionalització del capital productiu, vaja), dificultat d’aprovisionament de l’energia i el seu encariment, insuficiència de les infraestructures després de lustres de retallades… tot això revelava una autèntica dislocació del mercat mundial,

El cas espanyol és molt clar: per a aquest any 2022, davant de l’augment del 6,5% dels preus, la pujada mitjana dels salaris nominals en conveni es limita a un 1,55%, la dels empleats públics al 2% i la de les pensions al 2,5% (3% en alguns casos). És a dir, s’imposa una pèrdua de poder adquisitiu d’un 4 o 5% o, altrament dit, una reducció del salari real d’aquesta suma. Mentrestant, els capitals que componen l’Ibex 35 van assolir el 2021 un benefici rècord de 58.543 milions d’euros. Davant d’això, el govern espanyol apel·la a un suposat interès nacional compartit per explotadors i explotats, per promoure un Pla Nacional de Resposta a l’Impacte de la Guerra. Un pla que inclou un “pacte de rendes que proporcioni estabilitat des de la perspectiva dels costos salarials i els beneficis empresarials”. És a dir, amb la tramposa excusa d’evitar més inflació es pretén abundar en la mal anomenada contenció o congelació dels salaris que, en augmentar menys que els preus, en realitat es redueixen (sense que mai no hi hagi límits als guanys del capital). A més d’aprovar “el mecanisme RED de flexibilitat i estabilització l’ocupació (…) que possibilita a les empreses sotmeses a crisis temporals o estructurals adoptar mesures de reducció de jornada i suspensió temporal de contractes de treball”, el contingut real del qual és la destrucció d’ocupació i el deteriorament de les condicions laborals. El govern de Sánchez exigeix ​​a partits i sindicats la seva subordinació; és a dir, la “unió nacional” per atendre les exigències del capital financer.

Crisi crònica del capitalisme, guerra i augment dels pressupostos militars

La guerra no és la causant de les dificultats econòmiques, com tampoc la pandèmia no era el seu origen. El capitalisme, al seu estadi imperialista, pateix una mena de crisi crònica en què se succeeixen períodes crítics sense que entre ells s’intercalin fases realment expansives. La pandèmia va fer aflorar la crisi latent i la va disparar. La guerra respon a aquesta crisi, que s’expressa en una pugna exacerbada pel mercat mundial; respon a ella i l’aguditza. És una autèntica fugida cap a davant del capital, que revela el seu caràcter cada cop més destructiu. L’imperialisme nord-americà instiga la guerra per intentar enfortir la posició de la seva capital al mercat mundial, a la qual cosa respon el règim rus posant-la en marxa, infligint grans patiments a la població ucraïnesa i al mateix poble rus. Tot això és en gran part finançat per les economies europees, la subordinació dels quals als EUA ja ni es dissimula: a la cimera dels propers dies 24 i 25 es preveu la participació de Biden, confirmant així que la UE no és ni unió ni europea. Aquesta subordinació es revela també que és el mateix Biden qui presidirà la cimera de l’OTAN del mateix dia 24.

En efecte, el dictat nord-americà que els Estats europeus reservin el 2% del seu PIB per a despesa militar és assumit, d’un dia per l’altre, per qui durant dos anys s’han negat a dotar els fons que es requerien davant de l’emergència sanitària provocada per la pandèmia. Així, el mateix govern alemany al qual els Estats Units imposa renunciar a la utilització del gasoducte que li facilitaria l’arribada del gas de Rússia -del qual depèn el 55% del seu consum-, augmenta el pressupost militar en 100.000 milions de dòlars. I el govern espanyol es compromet a incrementar-lo en un 20% en els dos propers anys. Com es finançarà fa planejar l’ombra de més impostos indirectes i més endeutament, amb les conseqüències conegudes: retallades massives en la despesa en sanitat,

Què fer? La lluita contra la guerra i la lluita per les reivindicacions, dues cares de la mateixa moneda

El POSI, secció de la IV Internacional a l’Estat espanyol, no és un comentarista de l’actualitat. No observa la realitat com a espectador, sinó que intenta ajudar per a l’única intervenció que pot evitar l’aprofundiment de la barbàrie ja en curs, la de la classe treballadora en el terreny d’independència que li és propi: la defensa de les legítimes aspiracions de la majoria. El 1944, Maurice Thorez, màxim responsable del Partit Comunista Francès, va declarar a la tornada a París des de Moscou que “la vaga és l’arma dels trusts”. Expressava així la subordinació de l’estalinisme a la dominació burgesa. A l’estil de la declaració d’Enrique Santiago, secretari del PCE i secretari d’Estat, el novembre passat als treballadors del metall de Cadis en vaga, convidant-los a confiar en el “seu govern” i, per tant, renunciant a la lluita. La vaga no és l’arma del capital. La seva arma és la política destructiva de les conquestes obreres i democràtiques; la seva arma és, arribat el cas, la guerra. L’arma de la classe treballadora és la mobilització, la vaga. L’agrupament per les reivindicacions, per la defensa fins al final, sense sotmetre-les a cap condicionament i, en particular, rebutjant tots els cants de sirena que prenen la forma de la unió nacional, del diàleg social, d’uns suposats interessos compartits entre explotats i explotadors que, en realitat, camuflen els seus interessos.

La concreció d’això avui aquí és la lluita contra la guerra i la lluita contra l’explotació. És a dir, la lluita contra la despesa militar i contra les sancions al poble rus; la lluita per la plena derogació de les contrareformes laborals del 2010 de Zapatero i del 2012 de Rajoy; la lluita per la defensa del sistema públic de pensions i, per tant, per l’auditoria de la seguretat social d’acord amb la fórmula reivindicada pel moviment de pensionistes; la lluita dels ensenyants a Catalunya amb la vaga que assenyala el camí per a altres sectors;la lluita per la preservació del poder de compra, amb l’establiment de clàusules de revisió salarial amb efectes retroactius. Etcètera. Lluites l’agrupació de les quals permeti obrir la sortida digna d’aquest nom que la classe treballadora necessita, davant de la barbàrie que la supervivència del capitalisme no deixa d’aprofundir.

 

Berna, Zimmerwald, Kienthal: socialistes contra la I Guerra Mundial

Carta Setmanal 878 per descarregar en PDF

Avui, quan la guerra torna a Europa, amb les seqüeles de destrucció, de morts, de milions de refugiats, quan tots els governs criden a augmentar la despesa militar, i a sacrificis per a la guerra, (“M’agradaria més invertir els diners dels contribuents a escoles o pensions, però hem de gastar en defensa”, declarava la primera ministra sueca, Magdalena Anderson, en arribar a la cimera de la UE celebrada el 10 i 11 de març), a moderar les pujades de salaris quan els preus es disparen, a renunciar a les reivindicacions, val la pena recordar el que els socialistes d’esquerra van fer per fer front a les matances de la I Guerra Mundial.

La posició dels partits de la II Internacional contra la guerra havia estat clara. Vegem la resolució contra la guerra del Vuitè Congrés Socialista Internacional (celebrat a Copenhaguen del 28 d’agost al 3 de setembre de 1910: “les guerres són causades actualment només pel capitalisme i particularment per la competència econòmica internacional dels estats capitalistes al mercat mundial, i pel militarisme, que és un dels instruments més poderosos de la dominació burgesa a l’interior per a l’esclavització econòmica i política del proletariat”.

Tot i això, el 4 d’agost de 1914, el mateix dia que Alemanya entrava a la I Guerra Mundial, el grup parlamentari del SPD, principal partit de la Internacional, votava per unanimitat a favor del pressupost de guerra. Com ho van fer gairebé tots els partits socialistes dels països bel·ligerants. En una nova votació, el 2 de desembre de 1914, Karl Liebknecht –que havia intervingut a l’agost contra el vot a favor, però va acatar llavors la disciplina del partit– es va aixecar només al parlament alemany per votar contra els crèdits de guerra. Va explicar així el seu vot:“Mi vot contra el projecte de Llei de Pressupost de Guerra del dia d’avui es basa en les consideracions següents: aquesta guerra, no desitjada per cap dels pobles involucrats, no ha esclatat per afavorir el benestar del poble alemany ni de cap altre. És una guerra imperialista, una guerra pel repartiment de territoris d’explotació importants per a capitalistes i financers”.El mateix Liebknecht, al maig de 1915, declarava des de la presó, on el van tancar per la seva activitat contra la guerra, que “L’enemic principal del poble alemany és a Alemanya. L’imperialisme alemany, el partit alemany de la guerra, la diplomàcia secreta alemanya. Aquest enemic que és a casa ha de ser combatut pel poble alemany en una lluita política, cooperant amb el proletariat dels altres països la lluita dels quals és contra els seus propis imperialistes”.

A semblança de Liebknecht, una oposició a la guerra es desenvolupa dins dels partits socialistes. S’oposa, amb matisos diferents, a la política de “unió nacional” que subordina les organitzacions de la classe treballadora a la burgesia a favor de “recolzar l’esforç de guerra”. És heterogènia, inclou elements pacifistes i a la seva esquerra hi ha Lenin, que desenvolupa una posició de derrotisme revolucionari, que significa considerar que el principal enemic és a casa.

La conferència de Berna

Aquesta oposició busca coordinar-se internacionalment. El primer pas en aquest sentit el fa la tercera Conferència Internacional de Dones Socialistes, celebrada a Berna el març de 1915, en què participen representants d’Alemània, França, Anglaterra, Rússia, Polònia, Itàlia, Holanda i Suïssa, i que aprova un manifest dirigit a les dones del poble treballador, on “pel futur dels vostres éssers estimats us cridem a actuar per la pau. Igual que la voluntat de les dones socialistes està unida a través dels camps de batalla, així també vosaltres heu de tancar les vostres files a tots els països per fer sonar la crida: pau, pau!”. I culmina amb aquestes reflexions: “Només el socialisme vol dir la pau futura per a la humanitat. A baix el capitalisme, que sacrifica centenars de persones a l’altar de la riquesa i el poder dels propietaris. A baix la guerra! Endavant! Cap al socialisme!”.

Zimmerwald

El segon pas en l’organització d’una oposició internacional a la guerra va ser la Conferència de Zimmerwald, es va celebrar clandestinament entre els dies 5 i 8 de setembre de 1915 a aquesta localitat de la neutral Suïssa. Va reunir 38 delegats i delegades de dotze països. Després de llargues discussions, la conferència va aprovar un manifest, redactat per León Trotsky, que va ser el resultat d’una negociació intensa, i d’una transacció entre l’ala esquerra de Lenin, partidària del derrotisme revolucionari, i l’ala dreta “pacifista”.

Molts dels paràgrafs d’aquest manifest semblarien avui escrits.

El manifest partia de les terribles conseqüències de la guerra, per continuar explicant que “qualssevol que siguin els responsables directes principals del desencadenament d’aquesta guerra, una cosa és certa: la guerra que ha provocat tot aquest caos és producte de l’imperialisme. Aquesta guerra ha sorgit de la voluntat de les classes capitalistes de cada nació de viure de l‟explotació del treball humà i de les riqueses naturals del planeta”.

Continua dient que “els capitalistes de tots els països, que encunyen amb la sang dels pobles la moneda vermella dels beneficis de guerra, afirmen que la guerra servirà per a la defensa de la pàtria, de la democràcia i de l’alliberament de els pobles oprimits. Menteixen. (…) El que resultarà de la guerra seran noves cadenes i noves càrregues i és el proletariat de tots els països, vencedors o vençuts el que haurà de suportar-les (…) Misèria i privacions, atur i augment del cost la vida , malalties i epidèmies, són els veritables resultats de la guerra. Per dècades les despeses de guerra absorbiran el millor de les forces dels pobles comprometent la conquista de millores socials i dificultant tot progrés”.

El manifest exposa els objectius dels participants: “nosaltres que no ens situem al terreny de la solidaritat nacional amb els nostres explotadors, sinó que romanem fidels a la solidaritat internacional del proletariat i a la lluita de classes, ens hem reunit aquí per reprendre els lligams trencats de les relacions internacionals, per cridar la classe obrera a recobrar la consciència de si mateixa i situar-la en la lluita per la pau.

Aquesta lluita és la lluita per la llibertat, per la fraternitat dels pobles, pel socialisme. Cal emprendre aquesta lluita per la pau, per la pau sense annexions ni indemnitzacions de guerra. Però una pau així no és possible més que amb la condició de condemnar tot projecte de violació de drets i de llibertats dels pobles. Aquesta pau no ha de conduir ni a l’ocupació de països sencers ni a les annexions parcials. (…) El dret dels pobles a disposar d’ells mateixos ha de ser el fonament indestructible en l’ordre de les relacions de nació a nació”.

Des d’aquesta perspectiva, el manifest fa una crida a la classe treballadora: “Avui en dia cal que, romanent al terreny de la lluita de classes irreductible, actueu en benefici de la vostra pròpia causa pels fins sagrats del socialisme, per l’emancipació dels pobles oprimits i de les classes esclavitzades. (…) Mai a la història del món hi ha hagut tasca més urgent, més elevada, més noble; el seu compliment ha de ser la nostra obra comuna. Cap sacrifici no és gaire gran, cap càrrega massa pesada per aconseguir aquest objectiu: el restabliment de la pau entre els pobles”.

I conclou amb les paraules següents: “Per sobre de les fronteres, per sobre dels camps de batalla, per sobre dels camps i les ciutats devastades. Proletaris de tots els països, uniu-vos!”.

Kienthal,a l’estela de Zimmerwald

El 14 d’abril de 1916 es va celebrar una nova Conferència, al petit llogaret de Kienthal, Suïssa.Quaranta-tres delegats de 9 països es van reunir en aquesta conferència. Va aprovar un nou manifest que va ser, novament, un document “de consens”, entre els corrents de dreta, centre i esquerra de la segona conferència.

El manifest parteix de l’aprovat a Zimmerwald, i explica que “després de cada sacrifici, els teus turmentadors exigiran altres. Els fanàtics pacifistes burgesos tampoc no poden escapar d’aquest cercle viciós. Només hi ha una manera de prevenir futures guerres, és a dir, que les classes treballadores conquistin el poder polític i aboleixin la propietat capitalista. La pau duradora només es pot aconseguir amb un socialisme victoriós”.

Com si haguessin sentit la primera ministra sueca, els delegats de Kienthal van escriure que “els centenars de milers de milions en efectiu que es llancen a la gola del déu de la guerra no estan disponibles per mantenir el benestar de la gent, per a propòsits culturals i per a una reforma social que podria alleujar la sort, promoure l’educació popular i alleujar la pobresa. I demà s’imposaran nous i pesats impostos sobre les espatlles encorbades. Així que acabem amb el malbaratament de la feina, dels diners i de l’energia . Aixequem-nos en la lluita per una pau immediata sense annexions!”.

A l’estela de Zimmerwald

Com assenyalàvem al començament d’aquesta Carta Setmanal, avui com el 1914 pretenen imposar la “unió nacional” al voltant de la política armamentística, exigeixen que la classe treballadora i les seves organitzacions i, en primer lloc, els sindicats, renunciïn a defensar els salaris i les pensions, el conjunt de les reivindicacions, per sumar-se al que Sánchez ha anomenat un “Pla Nacional de resposta a la guerra”, que inclou un “pacte de rendes”.

Alhora, ens demanen sacrificar la sanitat, l’ensenyament, els serveis públics, per destinar més diners als pressupostos militars.

El president de Seat, Wayne Griffiths, que advertia que a la fàbrica de Martorell sobren 2.800 empleats, explicava, a propòsit de la guerra, que “aquestes crisis són una oportunitat per accelerar els canvis

És fonamental que els militants obrers s’organitzin, a l’estela de Zimmerwald, per fer front a la guerra i a les seves conseqüències. Cal unir sense tardança les forces que estan contra la guerra per actuar en comú. Cal agrupar forces a cada organització amb aquesta finalitat. És hora de promoure resolucions a totes les instàncies i entitats. És hora de fer trobades i organitzar accions al carrer contra la guerra, per retirar les tropes espanyoles. I d’establir acords amb qui dins el moviment obrer d’altres països lluiten pel mateix.

Berna, Zimmerwald, Kienthal: socialistas contra la I Guerra Mundial

Carta Semanal 878 en catalán

Carta Semanal 878 para descargar en PDF

Hoy, cuando la guerra vuelve a Europa, con sus secuelas de destrucción, de muertes, de millones de refugiados, cuando todos los gobiernos llaman a aumentar el gasto militar, y a sacrificios para la guerra, (“Me gustaría más invertir el dinero de los contribuyentes en escuelas o pensiones, pero debemos gastar en defensa”, declaraba la primera ministra sueca, Magdalena Anderson, a su llegada a la cumbre de la UE celebrada el 10 y 11 de marzo), a moderar las subidas de salarios cuando los precios se disparan, a renunciar a las reivindicaciones, merece la pena recordar lo que los socialistas de izquierda hicieron para hacer frente a las masacres de la I Guerra Mundial. Sigue leyendo

“La Verdad” 110, estarà aviat disponible: “S’obre una nova situació mundial”

Carta Setmanal 877 per descarregar en PDF

Al sumari del número de la revista teòrica de la IV Internacional, que properament entrarà en impremta, i tindreu a la vostra disposició en uns deu dies, trobareu:

– Notes editorials. De l’informe discutit al Secretariat Internacional (SI) de la IV Internacional del 3 i 4 de febrer del 2022.

– Annex – La Lettre de la Vérité n.º 1043 i 1044 (6 i 23 de gener de 2022) (extractes)

– Clima, ecologia, medi ambient: reunió de debat amb joves

– La dislocació del mercat mundial com a expressió de la crisi del capitalisme.

– A propòsit de la situació a la Xina

– Veneçuela: i ara, on anem?

– Guadalupe, Martinica, prossegueix la resistència contra la barbàrie capitalista.

Notes editorials

Donen llargs extractes de l’informe presentat al SI del 3 de febrer del 2022.

La situació internacional està marcada per la crisi de l’imperialisme nord-americà que ja no té mitjans per garantir l’ordre mundial. Ara Europa és l’amenaçada per la guerra a partir d’Ucraïna. Ni el poble rus ni el poble ucraïnès volen la guerra. Les aspiracions nacionals del poble ucraïnès no poden trobar resposta pel costat de Putin ni pel dels Estats Units. El conflicte està lligat a la voluntat nord-americana de quedar-se amb el mercat del gas a Europa.

A Àfrica les posicions ocupades per l’imperialisme francès estan trencades per la revolta dels pobles. Més de dos milions i mig de malians s’han manifestat al crit de “Fora l’exèrcit francès! Fora França!”.

Això confirma l’anàlisi del SI de setembre del 2021. Segueix la descomposició del sistema capitalista. La situació que va portar a la crisi de les subprime s’ha agreujat, Els plans de “transició energètica” només són intents de sortir-ne accentuant l’explotació dels treballadors mitjançant la destrucció de totes les conquestes socials, començant per l’existència de les organitzacions sindicals independents. La pandèmia va oferir a les cimeres del capital una escletxa per disparar: amb l’excusa d’emergència sanitària, els governs han multiplicat mesures d’excepció que tenen vocació de perpetuar-se.

La resistència dels treballadors i dels pobles continua i obliga els Estats a reforçar la pressió corporativista per laminar la classe obrera lligant les organitzacions sindicals a l’ofensiva del capital, més que els partits tradicionals que enquadraven el moviment obrer estan en crisis o en vies d’enfonsament.

“Per a la IV Internacional les coses són clares: hi ha una línia de delimitació neta entre els que accepten acompanyar la destrucció de les bases productives de la societat i els que es neguen, resisteixen, diuen que no… A la nova situació es formen noves forces , que imposen als militants revolucionaris no quedar ancorats a la rutina, tornar-se decididament cap a les noves capes per garantir la continuïtat del combat emancipador i amb això lligar-se a una àmplia avantguarda”.

Per alimentar la discussió preparatòria del X Congrés Mundial, es publica la contribució de la secció francesa amb l’informe introductori del 29 de gener a la conferència nacional de la CCI del POI. Després les discussions de Trotski amb els bolxevics leninistes el 1934-35 i 1938-39, com a elements del mètode de transició en la construcció del partit.

Clima, ecologia, medi ambient

Informe d’una reunió de debat amb joves convidats per la IV Internacional a París.

Resposta a les preguntes: Quines reivindicacions cal plantejar sobre la qüestió ecològica? Quines accions ja hem fet en el passat? Quina posició tenim sobre l’organització extinció-rebel·lió? Quines accions emprendrem en una societat socialista?

I a continuació, exposició sobre la relació entre la degradació del medi ambient i el sistema capitalista donant fets i mostrant el “trucatge” i mentida a tots els nivells.

La dislocació del mercat mundial

La guerra comercial i l’endeutament s’han accentuat, i ara estan acompanyats de les dificultats de subministrament energètic, la ruptura de subministraments i la reaparició de la inflació.

Es tracta d’una dislocació dels processos amb què el capital en garanteix l’acumulació i la renovació per garantir els beneficis. S’han donat moltes xifres sobre els aspectes caòtics del funcionament en el transport, l’energia, les primeres matèries, les empreses zombi i la magnitud de l’especulació.

No hi ha ordre nord-americà ni hi ha locomotora xinesa. Aquests temes recurrents de la propaganda burgesa manquen de tot fonament. Als Estats Units, els plans de rellançament droguen les actuacions però no l’economia. Això preocupa els burgesos. A la Xina, la fallida d’Evergrande és una amenaça per a tot el sector immobiliari i, per tant, per als bancs. Europa utilitza els crèdits de rellançament per dictar condicions d’ajustament estructural que són precisament les que han portat al seu debilitament i dislocació. No és un mal pas, sinó que estem davant d’una conseqüència de la incapacitat del capital per valoritzar-se en proporció suficient. Són reveladores les estadístiques sobre l’índex de benefici des del 1960 al 2019. El corol·lari és que les condicions de vida de la majoria es degraden i estan cada cop més amenaçades.

A propòsit de la situació a la Xina

“Sens dubte, la pressió nord-americana s’exerceix sobre la Xina de manera continuada per mitjà del famós“Acord de fase 1 del 15 de gener del 2020”, doncs, segons l’administració nord-americana Xina estava 180 000 milions de dòlars per sota del seu compromís de compra de productes nord-americans a la data límit acordada, el 31 de desembre (…). En realitat, a la Xina opera un factor potent que els mitjans de comunicació solen ignorar. La classe obrera xinesa, centenars de milions d’obrers, resisteix per defensar les condicions d’existència, exercint així una pressió constant sobre la burocràcia. S’aborda aquest aspecte de la situació.”

La pressió gegantina exercida sobre la Xina pel mercat mundial –expressada per la política de pressió de l’imperialisme nord-americà– xoca amb la resistència dels obrers xinesos que provoca contradiccions al si del Partit Comunista Xinès (PCC), fins i tot al si del Comitè Central a pocs mesos del XX Congrés. A la discussió i els debats sobre resolucions a la cúpula, apareixen veus discordants. La burocràcia xinesa pretén conservar el monopoli del poder polític. Per als internacionalistes, no hi ha cap tasca més urgent que donar suport amb totes les forces al combat dels obrers xinesos pels seus drets, en primer lloc el dret d’organització independent de la classe obrera.

Veneçuela – I ara, on anem?

Milions de persones han sortit al carrer a països com Puerto Rico, Haití, Equador, Mèxic, Nicaragua, Cuba, Colòmbia, Bolívia i Xile. I recentment hi ha hagut l’aixecament massiu amb elements d’insurrecció a Guadalupe i Martinica. Aquests moviments s’expressen i s’expressaran a les eleccions.

A Veneçuela, després de les eleccions del 21 de novembre, el Govern de Nicolás Maduro controla 19 dels 23 llocs de governadors dels estats i més de 200 dels 335 alcaldes. Té una majoria aclaparadora al poder legislatiu. L’abstenció del 59% és la més forta després de la de les legislatives del 2020. L’oposició ha tingut una victòria simbòlica en aconseguir el lloc de governador de Barinas, l’estat natal de Chávez, però no té consens.

En el pla econòmic, el Govern fa cada cop més concessions al capital. El treball informal, entès com a mà d’obra sense dret a la Seguretat Social, ha passat del 48% al 84,5% entre el 2015 i el 2020. Els treballadors resisteixen, fan vaga pels salaris, i els jubilats es manifesten.

La nació exigeix ​​la construcció d’una sortida de la crisi, cosa que pressuposa coordinar les organitzacions, un moviment dels treballadors i dels sectors populars, que segueixen drets i resisteixen.

Som un país sotmès a la pressió, al bloqueig de l’imperialisme, lluitem pels salaris, per la salut, els serveis públics, pel control sobre la propietat de l’Estat contra la corrupció, contra la criminalització de les lluites, en defensa de la Llei Orgànica del Treball – la Constitució sorgida de l’Assemblea Constituent de 1999”.

Guadalupe, Martinica – Segueix la resistència contra la barbàrie capitalista i colonialista

És un recordatori de les conseqüències de la colonització i dels seus aspectes actuals. Es desenvolupa una mobilització amb vaga general. El LKP té un paper fonamental en l’organització del combat. És el lloc de trobada capaç de mobilitzar tots els treballadors amb els seus sindicats, els joves, les associacions, els moviments culturals. El moviment actual condueix el LKP a plantejar la qüestió del poder.

Es ressalta un extracte de la resolució de la conferència nacional de la secció de la IV Internacional de Guadalupe. Necessita les tasques dels militants en relació amb la nova situació. En particular, contribuir a crear organitzacions d’acord amb la situació.

La mobilització continua malgrat el reforçament del menyspreu, de la repressió policial i judicial, per part del poder colonial. Cada cop més joves i treballadors comprenen que perquè la seva voluntat sigui respectada, caldrà emancipar-se del poder colonial. Aquest combat està íntimament lligat a la lluita per la unió lliure i fraterna dels pobles del Carib i de la conca del Carib, a la lluita pels Estats Units Socialistes d’Amèrica, per la sobirania del poble haitià “per un Haití alliberat de la ocupació”, per la defensa de les conquestes de la revolució cubana.

La Verdad 110, estará pronto disponible: “Se abre una nueva situación mundial”

Carta Semanal 877 en catalán

Carta Semanal 877 para descargar en PDF

 

En el sumario del número de la revista teórica de la IV Internacional, que próximamente entrará  en imprenta, y tendréis a vuestra disposición en unos diez días, hallaréis:

– Notas editoriales. Del informe discutido en el Secretariado Internacional (SI) de la IV Internacional del 3 y 4 de febrero de 2022.

– Anexo – La Lettre de la Vérité n.º 1043 y 1044 (6 y 23 de enero de 2022) (extractos). Publicación de la sección francesa de la IV Internacional.

– Clima, ecología, medio ambiente: reunión de debate con jóvenes.

– La dislocación del mercado mundial como expresión de la crisis del capitalismo.

– A propósito de la situación en China.

– Venezuela: y ahora, ¿a dónde vamos?.

– Guadalupe, Martinica, prosigue la resistencia contra la barbarie capitalista. Sigue leyendo