(Publicado en la Carta Semanal 488 – versión separada en castellano – versión separada en catalán)
Ante un 11 de septiembre que puede ser decisivo
De nuevo, centenares de miles de ciudadanos se van a manifestar el próximo 11 de Septiembre para demostrar a quienes niegan el derecho de los pueblos a decidir su destino que no están dispuestos a permitirlo. Independientemente de la voluntad de los convocantes, esta manifestación es un llamamiento a todos los pueblos del Estado español a combatir juntos por la soberanía, por el derecho a decidir.
Expresando una voluntad contraria a la democracia, hace semanas que desde diversos ámbitos se desarrolla una campaña para que el Tribunal Constitucional (TC) recurra la decisión del Parlamento catalán de convocar una consulta. Todo ello, en nombre de la legalidad constitucional monárquica, tantas veces invocada para aplanar el camino a las decisiones que impone la Troika y el gobierno Rajoy, y que ha permitido recientemente, el 16 de julio por ejemplo, que el TC avale aspectos importantísimos de la reforma laboral, que como denunciaron en su momento las ejecutivas confederales de CCOO y de UGT, nos retrotrae a la época franquista. O la vergonzosa maniobra en relación con el derecho al aborto, para cubrir a Gallardón. Tribunal Constitucional que es el mismo que anuló partes del estatuto catalán en 2010, después incluso –recordemos– de pasar por la criba de Rodríguez Zapatero y de Artur Mas, y de ser aprobado por el Congreso y el Senado y en referéndum por el pueblo catalán. ¿Quién puede dar legitimidad a este tribunal?
SI LA LEGALIDAD CONSTITUCIONAL IMPIDE LA DEMOCRACIA, LO QUE DEBE PONERSE EN CUESTIÓN ES LA CONTINUIDAD DEL RÉGIMEN MONÁRQUICO
Los dirigentes del PSOE siguen empeñados en dar cobertura al PP y al gobierno Rajoy, y se parapetan tras la más que previsible decisión del Tribunal Constitucional de negar el derecho del pueblo catalán a votar. Dicen que la única posibilidad de realizar un referendum es reformando la Constitución, pero esta afirmación hecha desde la misma trinchera del PP no puede por menos que sonar a excusa, y solo sirve para despeñar todavía más al PS de Catalunya.
Por otro lado, mientras un sector de Convergencia Democrática y del mismo Gobierno de la Generalitat no deja de reconocer que no habrá más remedio que acatar la sentencia del TC, Artur Mas insiste en que el único plan del gobierno es votar el próximo 9 de noviembre, pero no dice que no se someterá en el caso de que prohiban votar, como reclaman sus socios de Esquerra Republicana de Catalunya. Están jugando a marear la perdiz mientras buscan desesperadamente algo que ofrecer que les permita salir airosos.
ES LA HORA DE LOS TRABAJADORES Y DE LOS PUEBLOS
El pueblo catalán quiere poder decidir su destino, esto es, conseguir la soberanía para poder defenderse mejor de las políticas de ajuste, de los recortes sociales y salariales que aplican los gobiernos, el de Mas y el de Rajoy, por cuenta del capital financiero y de sus instituciones: la Unión Europea y el FMI. No se puede pretender defender la soberanía de Cataluña, ni de ningún otro pueblo, y aplicar los recortes que impone la Troika y todas las medidas que suponen la negación de la misma. Por eso es importante la convocatoria que para este 11 de septiembre realizan CCOO y UGT de Cataluña. Porque no hay derechos nacionales sin derechos sociales, y porque oponerse a los recortes y a todas las medidas de ajuste, es la única manera de defender la aspiración del pueblo catalán, de todos los pueblos, a la soberanía.
Quienes aseguran un futuro de soberanía para Cataluña en el marco de la Unión Europea, ofrecen en realidad una salida tan falsa como la de quienes plantean la reforma del régimen monárquico como fórmula para garantizar el derecho de los catalanes a decidir. La única salida sensata es la de acabar con las instituciones antidemocráticas que atacan derechos y conquistas. Y esto es algo que incumbe a toda la clase obrera, a todos los pueblos del Estado español. Organizar la unidad de todos para acabar con el régimen del 78 y abrir una salida democrática, republicana, que inicie un período constituyente en el que los derechos sociales y nacionales sean garantizados. Esto es lo que propone el Comité por la Alianza de Trabajadores y Pueblos que ha organizado actos al respecto en varias ciudades de todo el Estado.
En estos momentos tan importantes, en los que se puede acabar perfilando el futuro del pueblo de Cataluña y de todos los pueblos del Estado español, el POSI, que ha combatido desde su constitución por la República, por la República catalana, vasca, por la Unión de Repúblicas libres, considera que todas las organizaciones que se reclaman de los trabajadores y de la democracia, deben unir fuerzas para alcanzar esa salida. La cuestión no está en si se sacan las mesas para votar el día 9 o no. La cuestión está en organizar la fuerza necesaria para impedir que ni este TC ni ninguna otra institución pueda situarse por encima de la voluntad popular.
Por la Alianza de Trabajadores y Pueblos
Levantemos la más amplia unidad en defensa de los derechos sociales y nacionales
Por la ruptura con el régimen monárquico y sus instituciones que son un obstáculo a la fraternidad entre los pueblos, y a la preservación de las conquistas sociales