La Verdad nº 111, a punto de ser distribuida: La lucha contra la guerra es inseparable de la lucha contra la inflación y la austeridad

Carta Semanal 906 en catalán

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El número 111 de La Verdad, revista teórica de la IV Internacional, está pronto a salir de imprenta. Se trata de un número que tiene como eje la guerra de Ucrania y sus consecuencias. Porque, como señala la declaración del Secretariado Internacional del IV Internacional, que tiene el papel de notas editoriales, “la actual guerra de Ucrania se ha convertido, de hecho, en una guerra mundial. Los pueblos sufren ya sus consecuencias en todos los continentes. En nombre de la ‘economía de guerra’, tenemos la inflación, la subida de precios, la pauperización de cientos de millones de seres humanos”.

Como señala esa declaración, se trata de una guerra en que “El imperialismo emplea medios ilimitados. El régimen de Zelenski solo se sostiene gracias a las decenas de miles de millones de dólares y las armas de última generación enviadas por Biden, sin límites, y por todos los gobiernos europeos”. Un régimen que dista mucho de ser una democracia (recomendamos, al respecto, lo que comentábamos en una carta semanal reciente sobre las medidas de ese gobierno contra los derechos democráticos, la libertad de partidos y los derechos de la población trabajadora).

El objetivo de este número de La Verdad no es otro que dotar de argumentos a quienes, en cada país, combaten contra la guerra y sus consecuencias, porque “La lucha contra la guerra y el militarismo es indisociable de la lucha en cada país contra las medidas tomadas en nombre de la ‘economía de guerra’ (inflación, alza de precios, etc.), y en primer lugar contra la carestía de la vida, por la congelación de precios, por el aumento general de salarios”.

Los acontecimientos de estos días muestran la certeza de la declaración. Putin dicta la movilización parcial, medida sobre todo interna, para aplastar la resistencia del pueblo ruso a la guerra. No es por casualidad que después de una manifestación de madres en Grozni, capital de Chechenia, Kadirov, dirigente de esa república, declaró que no iba  aplicar la medida. Los países bálticos se plantean negar la entrada de los refugiados rusos, ¡qué mejor aliado para Putin! Los discursos de Biden, y todos los gobiernos a sus órdenes se resumen en uno: “hay que continuar la guerra para castigar al pueblo ruso” -identificado a Putin. El gobierno Sánchez anuncia las masivas inversiones en armamento que se incluirán en los presupuestos del 2023. La lucha contra la guerra, por acabar con la OTAN y sus bases es más que nunca inseparable de la lucha contra la inflación, la austeridad, por las reivindicaciones.

 Capital y militarismo

Como señaló el socialista francés Jean Jaurés, en vísperas de la I Guerra Mundial, “el capitalismo lleva en su esencia la guerra, como los nubarrones llevan la tormenta”. Una afirmación que todo lo sucedido desde entonces no ha hecho sino conformar una y otra vez.

La Verdad 111 desarrolla la relación entre capital y militarismo en varios de sus artículos. Como señala Xabier Arrizabalo en el artículo “Capital y militarismo”,  entre los distintos capitales inevitablemente, tiene lugar una pugna cada vez más aguda, ligada a la estrechez del mercado mundial. Es la pugna competitiva, la cada vez más feroz y destructiva competencia que, concretada en la lucha por el mercado mundial,  uno de los principales factores directos de las guerras”. Y, precisamente, el capitalismo, que lleva en sí la guerra como la nube porta la tormenta, “por eso mismo, en su situación actual de una suerte de ‘crisis crónica’ acorde a su estadio imperialista, este rasgo del ADN capitalista que es el militarismo y por ende la guerra no puede sino expresarse de formas más y más agudas”.

No hay que olvidar “la aportación que supone el militarismo como campo de valorización del capital. (…)  En 2021, por vez primera en la historia, el gasto militar ha superado los dos billones de dólares (…) en un contexto económico presidido por la dislocación del mercado mundial, un impulso a la demanda de esa magnitud supone un regalo para los capitales dedicados a la venta de armas”.

La cuestión va más allá. X. Arrizabalo explica cómo la guerra de Ucrania y la expansión de la OTAN sirven para profundizar la dominación del imperialismo USA, y ponen de manifiesto el lugar subordinado de la UE, que revela su verdadera cara frente a toda ilusión contraria. El aumento del gasto militar obedece directamente a la exigencia estadounidense, al igual que la adopción de sanciones contra Rusia que, además de perjudicar al pueblo ruso y no a los oligarcas, perjudica asimismo a los pueblos europeos, pero también a los capitales europeos en su pugna competitiva en el mercado mundial”.

Buena parte de La Verdad 111 está dedicada a una sección, titulada “Las industrias de armamento en el mundo: hacia ‘una economía de guerra’”, abierta por un artículo de David Gozlan, del mismo título, al que complementan amplios fragmentos de un capítulo de “la acumulación del capital”, libro escrito por Rosa Luxemburgo en 1912. El capítulo en cuestión se titulaba: “El militarismo, campo de acción del capital”.  También incluye

Un artículo de Trotsky, “Ante una nueva guerra mundial, ¿para cuándo la guerra?.

En el artículo  “Las industrias de armamento en el  mundo: hacia «una economía de guerra»”, David Gozlan analiza la creciente importancia de  la industria de armamento dentro de la economía capitalista, y cómo esta expansión se asienta en diversos sectores.

Así, explica cómo sectores crecientes de la investigación se ponen al servicio de la economía de armamentos: Los centros de investigación están sometidos a los imperativos militares y, por tanto, a las ansias de las empresas privadas que entregan el fruto de sus investigaciones a los ejércitos”.

También señala la permanencia de la guerra: “Desde 1902, la guerra está presente de manera permanente, y no ha habido un año en el que no haya sometido, matado, aplastado y destruido, hasta las recientes guerras en Siria, Yemen, Malí y Ucrania. Como explica Lenin en El imperialismo, fase superior del capitalismo, el imperialismo es una época de guerras y revoluciones.  “La crisis económica de 1999, la de 2008 y el 11 de septiembre de 2001 intensifican la frecuencia de las guerras, refracciones de la guerra social contra la clase obrera. La guerra de Ucrania es un paso más”.

Gozlan explica el papel parasitario de la industria de armamento y señala, tanto el predominio de las empresas de los EE.UU., como la sumisión de los países europeos y sus propias industrias de armamento.

Ahora bien, este peso económico tiene sus consecuencias: “Invertir en la fabricación de armas significa también utilizarlas. Francia al igual que los otros imperialismos recluta a las jóvenes generaciones agitando la bandera del patriotismo, apoyándose en la descualificación que el propio Estado ha organizado, prometiendo salarios y viajes, camuflando el objetivo de la formación militar y su finalidad: heridas, traumatismos y muerte”.

El artículo tiene una conclusión: Luchar contra las guerras imperialistas es preparar la revolución.

En esa línea, el artículo “Europa: reunidos todos los ingredientes para un levantamiento de los pueblos”, que firman  Bruno Ricque y Angel Tubau explica las consecuencias de la guerra y del alineamiento incondicional de los gobiernos europeos de todo signo con los EE.UU. y la OTAN, para la guerra de Ucrania, la guerra comercial con China y las sanciones a Rusia.  Como señala. “Todo parece indicar que será la industria europea, golpeada por la falta de suministros energéticos, y la forzada “transformación verde”, la que se reducirá aún más con estas medidas”. Porque esa sumisión coloca a los gobiernos europeos como agentes de la ofensiva de los EE.UU. contar sus propios intereses. La contracción del mercado mundial y la brutal competencia para hacerse con él obligan a la Administración Biden “a abalanzarse sobre la oportunidad de hacer pagar a los países europeos -a su burguesía y, por supuesto, a la clase obrera, sus derechos y sus conquistas-, mediante una política belicista, presupuestos de guerra, rearme”.

Todo lo cual lleva al agravamiento de la crisis política y al surgimiento de movimientos de resistencia y de nuevas formaciones políticas que se afirman sobre la crisis de las organizaciones tradicionales del movimiento obrero, fenómenos que el artículo analiza. Como concluye el artículo: Ante la crisis de colapso que azota a Europa, reagruparse en torno al eje central de acabar con los Gobiernos nacionales y sus políticas que liquidan las conquistas sociales y democráticas, luchar por la independencia de las organizaciones frente a la Unión Sagrada. Para los militantes de las secciones de la IV Internacional, la prioridad es insertarse en estos procesos en marcha”.

Este número de la Verdad contiene, además, un artículo que analiza la situación de los EE.UU. ante las elecciones “a medio mandato”, y la crisis política, y reproduce un artículo de Trotsky –de plena actualidad, aunque fuera escrito en 1939 –sobre “la cuestión ucraniana”.

En su conjunto, La Verdad 111 aporta muchos elementos para la reflexión, reflexión que sirve para preparar la acción. Animamos a los lectores de esta Carta Semanal a adquirir su ejemplar, a leerlo, estudiarlo, anotarlo y discutirlo con nosotros.

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