(Publicado en la Carta Semanal 444)
En los órganos confederales de UGT y CCOO se ha hablado de convocar movilizaciones entre el 17 y el 24 de noviembre, contra la reforma de pensiones que tramitan las Cortes y contra los recortes. Movilizaciones que deberían coincidir con una “convocatoria europea de la CES”.
Nada más justo y necesario que las principales organizaciones de los trabajadores llamen a la movilización unida contra la reforma de las pensiones, que, como explicaba un dirigente, son “el convenio colectivo de 9 millones de personas”. Aunque ¿deberían limitarse las movilizaciones a una manifestación? ¿No sería necesario que las organizaciones manifestaran ya su disposición a llegar hasta el fin para exigir la retirada de esta reforma, o, si no es retirada, para derribar al gobierno que la promueve?
Pero el estupor nos invade cuando vemos en la web de CCOO que la movilización convocada para noviembre forma parte de unas “jornadas de acción europeas” cuyo objetivo es “activar el Plan de Inversiones para un empleo de calidad elaborado por el sindicalismo continental”.
Seguimos leyendo en la web de CCOO. “El Comité Ejecutivo de la Confederación Europea de Sindicatos (…) ha decidido (…) convocar Jornadas de Acción en toda Europa entre los días 17 y 24 de noviembre, con el objetivo de impulsar y activar el Plan de Inversiones para el Crecimiento y el Empleo de calidad elaborado por el sindicalismo continental.
Pero entonces ¿no es por las pensiones, los recortes y los Presupuestos del Estado que los aplican? Y ¿qué demonios es ese “plan de inversiones”? Según la web, “El Plan de Inversiones elaborado e impulsado por la CES es una ambiciosa y detallada estrategia de reactivación económica para salir de la crisis y acabar con las políticas de austeridad, mediante una fuerte inversión anual y la creación de millones de empleos en los próximos 10 años”.
Vayamos a la web de UGT. En ella podemos leer que “el Comité Ejecutivo de la Confederación Europea de Sindicatos (…) ha convocado en torno al 23 de noviembre (…) una Jornada de Acción Europea en todos los países europeos contra la política de recortes impuesta en Europa y a favor de un plan de recuperación a nivel europeo para un crecimiento sostenible y buenos empleos”.
Más adelante leemos en esa web que “el movimiento sindical europeo demanda la necesidad de que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de los diferentes países para el año 2014 deberían ser socialmente justos y basarse en el incremento de los recursos públicos, en lugar de basarse en el recorte del gasto”.
Una jornada europea ¿para qué?
El comunicado publicado en la web de UGT nos explica que “para la CES, la UE tiene potencial suficiente para combatir esta crisis. (…) El plan de recuperación serviría para contribuir a una Unión Europea más integrada, basada en la democracia, la solidaridad, la estabilidad, la competitividad y la productividad, pero para ello es imprescindible la cooperación entre países y la inversión en crecimiento sostenible y buenos empleos”.
Y más adelante que “todo ello a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que abra el acceso a la financiación en el conjunto de la UE con más capital social, estableciéndose en cada Estado miembro en una proporción equivalente a sus niveles de PIB, que emita informes regulares y que permita a los interlocutores sociales disponer de un mecanismo de seguimiento y evaluación del mismo”.
Entonces, ¿movilizaciones para defender el papel de la Unión Europea, e integrar a las organizaciones de los trabajadores en la aplicación de este “plan de inversiones”? ¿Para qué? Veamos lo que dice la propia CES en su declaración, que se titula “La urgencia de un plan de recuperación europeo”: Tras criticar a los líderes europeos por haber aplicado “medidas de austeridad brutales y una devaluación interna”, la CES demanda al Consejo de la Unión “cambiar de rumbo, y poner en marcha un plan de recuperación europeo audaz, con un objetivo de inversión complementaria del 2% del PIB europeo a lo largo de 10 años (…) El objetivo es recuperar la economía en la vía de un crecimiento duradero, de una reindustrialización de Europa y de la creación de empleos decentes…”
Y el comunicado de la CES nos da la clave de cuál es el objetivo de esta propuesta: “es el único medio de dar una nueva dirección al proyecto europeo y de mostrar que Europa defiende el progreso social y no ataca a los derechos sociales”
Podemos complementar este análisis si leemos el segundo comunicado publicado en su web, donde se nos explica que la CES acudirá a la Cumbre Social Tripartita de la UE para exigir “cambios concretos para salvar a Europa, ahora” y para “reiterar su demanda de una dimensión social efectiva de la UE”. Y eso porque “La desregulación amenaza con zapar el apoyo de los ciudadanos al proyecto europeo”. ¡Esta es la clave!
Entonces, ¿cuál es el objetivo de las movilizaciones “europeas”? ¿Defender las pensiones y los servicios públicos y luchar contra los recortes o pedir a la Comisión Europea que dedique algún dinero a salvar a la UE y al euro?
Por cierto, cuando la CES habla de invertir un 2% del PIB de la UE durante 10 años, ¿quiere decir un 2% al año (o sea, 190.000 millones cada año), o un 2% repartido a lo largo de los 10 años (o sea, 19.000 millones al año)? La diferencia es enorme, porque para exigir un gasto de 190.000 millones haría falta una movilización potentísima para forzar a la UE. Lo que no casa con la descripción de la jornada europea que hace la web de CCOO: “las iniciativas de movilización serán de carácter diverso, y responderán a la capacidad y autonomía de los sindicatos nacionales para decidir huelgas, paros, manifestaciones, concentraciones y asambleas en los centros de trabajo”.
¿Salvar a la Unión Europea?
Hoy, todo trabajador y cada joven es consciente de que los recortes sociales son impulsados y organizados por la Unión Europea, aunque sean aplicados por los gobiernos de distinto signo que se someten a esas exigencias. El rechazo a la Unión Europea y al euro crece cada día. Pero el caso es que esa U.E. es una entidad fundamental para la aplicación de los planes del gran capital contra la clase trabajadora y sus derechos y conquistas.
Por tanto, frente a este rechazo creciente, deben multiplicarse todos los esfuerzos para que la UE se salve de la indignación de las masas. En ese sentido se lanzan, como hemos visto, la Jornada de Acción Europea y el Plan de Inversiones de la CES. Pero en esa tarea no están solos. La semana pasada, los líderes del Partido de la Izquierda Europea (PIE), en el que se integra Izquierda Unida, presentaban la candidatura del griego Alexis Tsipras, líder de Syriza, para presidir la Comisión Europea. “Creemos que tienen que ser los ciudadanos los que elijan directamente a la persona que ellos crean conveniente”, explicaba el eurodiputado de IU y dirigente del PCE Willy Meyer, que añadía que “la campaña que hagamos tiene que estar dirigida a cuestionar el funcionamiento de las instituciones europeas y enfocada a la regeneración de la Unión Europea que estamos defendiendo”. Al mismo tiempo, los socialistas europeos anunciaban su cabeza de lista para las elecciones europeas, y candidato a presidir la Comisión Europea: el socialdemócrata alemán Martin Schulz, actual presidente del Parlamento Europeo.
La lucha por la retirada del recorte de pensiones debe continuar
Nada más lejos de nuestra intención que llamar a los trabajadores a no salir a la calle contra el recorte de pensiones que ha propuesto el Gobierno y que se está debatiendo en las Cortes.
No es la primera vez que los dirigentes de UGT y CCOO vinculan la movilización a una “acción europea” de la CES. Sin ir más lejos, la Huelga General del 14 de noviembre de 2012 coincidía con una jornada de la CES. Independientemente de la orientación de sus dirigentes, los trabajadores y trabajadoras quieren defender su derechos y sus pensiones. Luchamos por que esa movilización sea lo más poderosa y profunda posible. Ahora bien, la lucha contra la reforma de pensiones del Gobierno sólo puede triunfar si lo hace la exigencia que desde todas partes se levanta: los dirigentes de UGT y CCOO deben negarse a mantener negociación alguna sobre este recorte, deben exigir la retirada de todas y cada una de las medidas propuestas por el Gobierno y hacer pública su disposición a mantener, con todas las fuerzas y hasta el final, la movilización unida, hasta que la propuesta de reforma sea retirada o hasta hacer caer al gobierno que la sustenta, sin descartar ninguna movilización, convocando la huelga general si es necesario. Lo que es incompatible con mantener negociaciones sobre este tema con el Gobierno, (como la reunión mantenida la semana pasada) aferrándose a un diálogo social que ellos mismos dan por muerto.
Desde todas partes hay que reforzar la campaña animada por la Plataforma de Sindicalistas en ese sentido, llevarla a todas las instancias y actos sindicales y apoyarla en actos públicos.