(Publicado en la Carta Semanal 580)
El presidente de los EE.UU., Barak Obama, ha anunciado una visita a España para los días 9, 10 y 11 de julio. Los dos primeros días los pasará en Andalucía, donde, además de un breve paseo turístico por Sevilla, se ha anunciado que hará una visita a una de las dos base militares que los EE.UU. mantienen en Andalucía, la base aérea de Morón de la Frontera, a 50 kilómetros de Sevilla, o la aeronaval de Rota, a 100 kms. de Sevilla y a 25 de Cádiz.
La visita a las bases militares es el principal objetivo de la visita de Obama, pero no es el único. A nadie se le oculta la preocupación del gobierno de la principal potencia imperialista por la situación política del Estado español, y en especial por la crisis del régimen, subordinado a los EEUU desde los acuerdos militares de 1953. La apuesta del gobierno norteamericano no tiene dudas, un nuevo gobierno Rajoy, sin “aventuras” que pudieran abrir camino a la movilización de las masas por sus reivindicaciones.
La cuestión de las bases
En 1953, el régimen franquista, que en su origen estuvo fuertemente vinculado a la Alemania nazi y la Italia fascista, y que se había visto –relativamente– aislado desde el final de la II Guerra Mundial, firmaba con el gobierno de los EEUU un acuerdo militar por el que se situaba abiertamente bajo la tutela de los EE.UU. Como parte de ese acuerdo, se establecieron en el Estado español cuatro bases militares (Torrejón, Zaragoza, Rota y Morón) y numerosas instalaciones militares menores.
Tras la victoria electoral del PSOE en 1982 y la gran movilización contra la OTAN que se desencadenó en los años siguientes, los contingentes militares USA abandonaron las bases de Torrejón y Zaragoza. Pero se mantuvieron Rota y Morón.
Morón de la Frontera, que cuenta con la mayor pista militar de aterrizaje de la Europa Occidental, y que desde el punto de vista geoestratégico se considera como parte de África del Norte, ha visto fuertemente incrementada en los últimos años su dotación militar. Hoy, alberga en sus instalaciones a más de 3.500 militares de los EE.UU., y a una flotilla de aviones, con la intención declarada de intervenir militarmente en el Norte de África. Morón ha sido designada, además, como sede del mando Afrikom de la OTAN.
En cuanto a la base aeronaval de Rota, ha sido ampliamente utilizada como base logística para operaciones militares en Europa, Norte de África y Oriente Próximo, y actualmente alberga de manera permanente a cuatro buques del “escudo antimisiles” de la OTAN.
Los diversos gobiernos de España han renunciado a preguntar siquiera si los aviones y barcos de los EEUU que utilizan esas bases llevan a bordo armas nucleares. Pero el 17 de enero de 1966, un accidente de dos aviones USA hizo que cayeran en Palomares (Almería) cuatro bombas atómicas.
La visita de Obama se produce cuando se está discutiendo la posibilidad de una nueva intervención militar en Libia para este verano. Recordemos que la anterior campaña de bombardeos consiguió sumir en el caos y la barbarie no sólo a Libia, dominada por bandas armadas y con fuerte presencia del Daesh, sino a otros países limítrofes, como Mali (lo que, a su vez, ha abierto el camino a nuevas y sucesivas intervenciones militares).
La posición de las organizaciones
El rechazo a la participación en la OTAN, que llevó a una amplia movilización popular que culminó en el referéndum de 1986 (ganado a duras penas por Felipe González, que recurrió in extremis a amenazar con su dimisión si ganaba el no), y a la presencia de bases militares es ampliamente compartido entre la población. Lo que contrasta con la actitud de los dirigentes de las principales organizaciones de la clase trabajadora o que hablan en su nombre.
En 1986 Felipe González llevó al Partido Socialista a una posición abiertamente pro OTAN, que no ha abandonado desde entonces. Como en el referéndum OTAN hubo 7 millones de votos por el no, el PCE levantó Izquierda Unida, tratando de capitalizar esa movilización electoral. En IU, el rechazo a la OTAN y las bases ha formado parte de su esqueleto político. A nivel confederal UGT y CCOO no hablan ya de salir de la OTAN y sus dirigentes han abandonado la lucha contra las bases. En Sevilla, por ejemplo, las uniones provinciales de UGT y CCOO se niegan a movilizar contra el despliegue militar de Morón, alegando que no se puede poner en peligro los puestos de trabajo que genera la base militar (una lógica que, llevada al absurdo, podría llevar a defender la pena de muerte para no tener que despedir al verdugo). Y eso mientras la supuesta defensa de los puestos de trabajo se convierte en algo ilusorio. ERE tras ERE, el personal civil de las bases se está progresivamente “americanizando” a costa de los trabajadores españoles.
En cuanto a los dirigentes de Podemos, no sólo han apostado claramente por la defensa de la OTAN y las bases militares, sino que han colocado en lugar destacado de sus listas al general José Julio Rodríguez, que participó en la dirección del mando de la OTAN que organizó la intervención militar de la OTAN en Libia, y que la defendió entusiásticamente entonces y la sigue defendiendo.
Ahora bien entre las “50 medidas para gobernar” que ha adoptado como programa electoral la coalición de Izquierda Unida con Podemos, no hay ni una sola mención ni a las bases militares, ni a la OTAN ni a las intervenciones militares. Una posición reforzada con la imposición del general Rodríguez en las listas comunes (en Andalucía, además, donde están las dos bases). Rodríguez, además, ha sido propuesto como futuro Ministro de Defensa, y figura entre los 8 dirigentes elegidos para el cartel de la coalición Unidos Podemos, compartiendo así cartel con Alberto Garzón.
Es la primera vez en 30 años de existencia que IU renuncia a defender en su programa electoral la salida de la OTAN y el cierre de las bases.
No hay que olvidar que tanto el PNV como CDC tienen en su ADN el “atlantismo”.
A la colaboración de los partidos hay que añadir el intenso proamericanismo de la mayor parte de los grandes medios de comunicación, siendo de destacar el lugar del grupo PRISA, que ha sido comprado por un fondo norteamericano y cuenta en su plantilla con destacados periodistas del Consejo Europeo de Relaciones Internacionales, filial del homónimo norteamericano.
El imperialismo norteamericano, padrino fundamental del régimen
Desde los acuerdos de 1953, el imperialismo USA ha apostado por apadrinar y dirigir el régimen. Tanto bajo Franco como en su continuidad monárquica. En el funeral de Franco participó el Vicepresidente norteamericano Nelson Rockefeller, junto con Pinochet e Imelda Marcos. Un objetivo fundamental de ese viaje fue que el nuevo rey le garantizase la destitución inmediata del ministro de Exteriores Cortina, que pretendía suprimir la base de Morón. Pocos meses más tarde Juan Carlos I visitaba Washington y recibía las directrices para la “transición”.
La familia real –cuya lengua íntima era el inglés– es el primer pilar del dispositivo yanqui en el Estado español. Así lo evidenciaron los papeles de Wikileaks: el mayor número de llamadas de Washington se dirigían a la Zarzuela. La formación del actual monarca pasó por efectuar estudios en Washington, en la jesuítica universidad de Georgetown.
Qué duda cabe de que, entre los objetivos del viaje de Obama (además de visitar a sus tropas y presionar para la aprobación del TTIP) está el intervenir para que se forme un gobierno “estable”, y que la apuesta del presidente USA es por un gobierno del partido que mejor encarna al régimen, el PP. Por tanto, presionar al PSOE para que apoye la formación de ese gobierno en la forma que sea posible, garantizando una estrecha colaboración.
Hoy, más que nunca, un gobierno de “izquierdas” debería responder a la exigencia democrática y de paz de acabar con las bases y la presencia en la OTAN.