(Publicado en la Carta Semanal 747 – ver en catalán)
La más grave de las crisis políticas recientes ha desvelado el verdadero papel de la Monarquía en el entramado institucional.
Contra lo que dicen sus partidarios y corifeos, el “árbitro y moderador” que la Constitución establece no es neutral, ni puede serlo.
Además de ser “el mando supremo de las Fuerzas Armadas”, preside el Consejo de Seguridad Nacional que aúna a las instituciones clave, y habla por ellas.