El 25 de octubre de 19171 se cumplirán 100 años de la revolución que llevó a los bolcheviques a la toma del poder y supuso la expropiación del capital. En la distancia, los hechos concretos, el desarrollo de este acontecimiento histórico, se ha ido empañando o deformando de forma interesada, no solo por los agentes del capitalismo, sino también por la mayoría de las corrientes del movimiento obrero actuales. Tratamos con esta edición de acercar a jóvenes, militantes, sindicalistas, trabajadores y demócratas interesados, a conocer de la mano de uno de sus protagonistas, un periodo de apenas nueve meses que desembocó en el nacimiento del estado soviético.
La obra no es un relato periodístico de aquellos meses. Partiendo del sustrato en que se asentaba la sociedad rusa de la época, la monarquía, una burguesía odiada y corrupta, la guerra imperialista, el rol de las distintas clases, Trotsky va analizando mes a mes la evolución de los acontecimientos. La contradicción del doble poder surgido en febrero, entre los soviets, en que se organizaron los obreros, campesinos y soldados, y el gobierno provisional, desde el que la burguesía aplicaba su programa de explotación, continuación de la guerra imperialista y de negación de la reforma agraria, con el apoyo de los partidos socialistas conciliadores. Trotsky relata la evolución de las masas, el papel las clases sociales y la tarea paciente y constante del Partido Bolchevique, con Lenin a la cabeza, para marcar el camino de la toma del poder por la clase obrera por primera vez en la história, como así ocurrió en octubre.
Las primeras líneas del prólogo ya anuncian lo que es la obra: “En los primeros meses del año 1917 reinaba todavía en Rusia la dinastía de los Romanov. Ocho meses después estaban ya en el timón los bolcheviques, un partido ignorado por casi todo el mundo a principios de año y cuyos jefes, en el momento mismo de subir al poder, se hallaban aún acusados de alta traición. La historia no registra otro cambio de frente tan radical, sobre todo si se tiene en cuenta que estamos ante una nación de ciento cincuenta millones de habitantes. Es evidente que los acontecimientos de 1917, sea cual fuere el juicio que merezcan, son dignos de ser investigados”.
La lectura de este libro permite al lector conocer y analizar un acontecimiento que con seguridad la propaganda burguesa aprovecha y aprovechará en los próximos meses para falsificar, denostar y evitar que este centenario sea un punto de apoyo para los trabajadores. Es una estupenda lectura para este verano.