Carta Semanal 837 en catalán
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Varios miles de personas han llegado en los últimos días a las playas de Ceuta, a la vez que unos centenares han saltado la valla de Melilla. Sólo buscan una vida mejor, o simplemente sobrevivir. El gobierno “progresista” ha respondido enviando al ejército, con tanquetas, a las playas de Ceuta, apresurando las “devoluciones en caliente” de más de 6.000 personas (utilizando la infame ley Mordaza que prometió derogar) y hacinando a un millar de menores en una nave industrial, durmiendo en el suelo y sin instalaciones sanitarias. Otros cientos de menores han sido expulsados “en caliente” (lo que viola todas las leyes). La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, expresaba públicamente en las redes sociales el “apoyo y solidaridad” del Ejecutivo que dirige para con Ceuta y Melilla, mientras la comisaria de Interior Ylva Johansson, advertía a Marruecos de que su frontera con Ceuta es también “frontera con la Unión Europea” y ha instado a Rabat a cumplir con sus compromisos de control del paso de migrantes irregulares y frenar la llegada “sin precedentes” que se está registrando desde el lunes en la ciudad autónoma.
Es evidente que la crisis económica, multiplicada por cien en un país dependiente y oprimido como Marruecos, ha arrojado a la desesperación y la emigración a centenares de miles de jóvenes. El culpable no es solo el régimen marroquí sino el sistema capitalista y los acuerdos de explotación entre la Unión Europea y Marruecos, que convierten este país en campo libre de las multinacionales.
La prensa de todos los colores arremete contra Marruecos, a quien acusa de “haber dejado salir” a estas personas, como represalia por la hospitalización de un líder del Polisario en Logroño. Dirigente que viaja con pasaporte argelino” como los demás dirigentes del Frente Polisario, organización cuya base se encuentra en Tindouf (Argelia), protegida por el régimen argelino. Régimen, no olvidemos, enfrentado a la inmensa mayoría de su pueblo.
Les corea la dirigente “anticapitalista” y ex coordinadora de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, que explica que “Marruecos está utilizando a seres humanos para chantajear a España y poder seguir saltándose los Derechos Humanos en el Sáhara. Esto debería ser intolerable”.
Con esto, todos ellos ponen de manifiesto la fragilidad de las fronteras artificiales de Ceuta, para cuya defensa no es suficiente el muro de 10 metros de altura. Necesitan, además, que la policía y el ejército marroquíes las defiendan desde fuera.
Nadie ha señalado la inviabilidad de esos enclaves coloniales que, junto con varias islas y peñones pegados a las costas de Marruecos, conserva el Estado Español. Y apenas unos pocos han protestado contra la actuación del gobierno.
En diciembre de 2020, Información Obrera publicaba un artículo bajo el título No, señora ministra, Ceuta y Melilla son ciudades de Marruecos. Ese artículo terminaba diciendo que ambas ciudades “son enclaves coloniales en territorio marroquí, como lo son la isla del Perejil, los peñones de Alhucemas y Vélez de la Gomera y las islas Chafarinas. La única medida progresista es su devolución incondicional al pueblo marroquí”. Recomendamos a quienes estén interesados la lectura completa del artículo. Y recordamos que las fortalezas militares de Ceuta y Melilla, no son solo un puñal clavado en el pueblo marroquí; son amenazas directas para las libertades y derechos en España pues, como declaró en 1810 Dionisio Inca Yupanqui, diputado americano ante las Cortes de Cádiz “un pueblo que oprime a otro no puede ser libre”. Además, basta recordar el golpe militar de Franco y de donde salió.
La izquierda institucional cierra filas con el aparato de Estado
Mientras el gobierno enviaba soldados y tanquetas a recibir a una pobre gente que desembarcaba hambrienta y agotada en las calles, las reacciones de la llamada izquierda han sido inadmisibles. Yolanda Díaz e Ione Belarra, de Podemos, lanzaban algunas tímidas críticas pero sólo a las más de 6.000 devoluciones en caliente que han ejecutado en tan solo unos pocos días las autoridades del Estado en la frontera de Ceuta. Pero luego, ante la situación “tan crítica”, Podemos ha decidido que en este momento “no puede generar una crisis” sobre este punto, y que se va a limitar a presionar en privado a Marlaska para que renuncie a aplicar la medida, pero sin que la polémica trascienda a nivel público.
Al mismo tiempo, la cuenta oficial de Podemos en twitter reaccionaba indignada ante las declaraciones de Pablo Casado -que éste luego retiró- de que Podemos defiende la devolución de Ceuta y Melilla a Marruecos. “Esperamos la inmediata rectificación de estas declaraciones falsas que buscan desestabilizar el Gobierno. @pablocasado, deja de mentir a la ciudadanía. El único traidor a la patria, que se reunió hace una semana con quien pide la anexión de Ceuta y Melilla a Marruecos, eres tú”.
En cuanto al PCE, que sienta a dos ministros en el gobierno, ha llamado a defender la “soberanía” de España frente al “chantaje de Marruecos”, a quien acusan de que “no duda en poner en riesgo la vida de miles de personas”. Piden, además “una postura común europea” y “más presencia de la UE en materia de política exterior”.
Por su parte, el “verde” Íñigo Errejón, declaraba, también en twitter, que “ni un chantaje más. Se tiene que cumplir las resoluciones de la ONU en lo relativo al Sahara y a Marruecos cabe exigirle que celebra elecciones democráticas. Y, a lo mejor, Europa debe de tomar medidas relativas a las posibles cuentas bancarias del rey Mohamed VI en Europa”. Es curioso cómo en este país se han multiplicado las “informaciones” sobre la fortuna del rey de Marruecos, sin duda que bien se cumple el precepto bíblico ” ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio” …pocas lecciones se pueden dar en España a un país oprimido históricamente y explotado por las multinacionales algunas de ellas españolas cuando aquí “gozamos ” de la monarquía borbónica con siglos de corrupción.
Por su parte, Anticapitalistas asegura que “lo que ocurre en Ceuta es el resultado de externalizar las fronteras a países en los que se vulneran sistemáticamente los Derechos Humanos como Marruecos a cambio de un chantaje permanente”, y pide al gobierno que “muestre valentía, y gestione sus propias fronteras sin depender de Marruecos”. E insiste, como todos los anteriores, en poner la solución en manos de las instituciones internacionales del capital financiero, y, con respecto al Sáhara, pide que se cumplan “los mandatos de Naciones Unidas”.
En defensa de los trabajadores y el pueblo marroquí
Para la clase trabajadora, la prioridad debe ser la defensa de los derechos de los trabajadores inmigrantes, y, entre ellos, del millón de trabajadores de origen marroquí que forman parte de la clase trabajadora española y sufren altísimos niveles de explotación. Así como la defensa de los miles de inmigrantes, con o sin papeles, que se ganan la vida como jornaleros agrícolas, sufriendo la explotación de los patronos que se aprovechan de su situación precaria para incumplir las leyes laborales y los convenios colectivos. No es una cuestión de solidaridad, sino de defensa de sus propios intereses: la existencia de un amplio colectivo de trabajadores sin derechos permite a los patronos hacer bajar los salarios y los derechos de todos.
En segundo lugar, antes de hablar de los bienes en Europa del monarca marroquí, agente del capital financiero y del imperialismo americano, ¿no se debería hablar de las inversiones de las multinacionales españolas en Marruecos, para explotar a la clase obrera marroquí? En Marruecos operan 1.455 empresas con capital español, y se mantiene un stock de inversión acumulada de más de 4.750 millones de euros, y en el 2019 (antes de la pandemia) más de 21.800 empresas españolas exportaron a la economía marroquí por valor de 8.454 millones. Eso para un PIB de Marruecos de 106.932 millones de €.
Y, en tercer lugar, los intereses de los trabajadores y los pueblos de todo el Estado exigen la entrega de Ceuta, Melilla y demás enclaves coloniales, que además son nidos de la reacción, al pueblo de Marruecos, del mismo modo que se exige la devolución de Gibraltar ocupado por el ejército británico.