Carta Semanal 947 en catalán
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Los pasados días 30 de junio, 1 y 2 de julio se celebró el primer Campo de Formación del POSI para jóvenes, sección española de la IV Internacional. Diferentes compañeros y compañeras de distintos puntos de España acudieron a las jornadas. La organización de los campos se dividió en 4 sesiones de debate político, con total libertad de los asistentes a rebatir y expresar su opinión sobre nuestra línea política. Dichas sesiones fueron: la Lucha contra la Guerra, Introducción al Marxismo, Transición energética y ecológica y la construcción de la Juventud Revolucionaria.
La Lucha contra la Guerra
La Guerra en Ucrania está arrasando con todo un país y acabando con la vida de miles de jóvenes no solo ucranianos, sino también rusos. Más allá del desastre humano, tenemos que señalar a los responsables y las causas del conflicto. La economía de la Rusia de Putin se basa en la explotación y el saqueo de los recursos naturales del país, los cuales son puestos a disposición de los beneficios de la oligarquía rusa surgida de la antigua burocracia estalinista. Pero seamos serios, la Ucrania de Zelensky no es diferente. Ucrania es el granero del mundo, donde mejores cereales se cultivan y, donde el Gobierno de Zelensky aprobó una ley que privatizaba el suelo cultivable, dando rienda suelta a la explotación extranjera. El mismo Gobierno persiguió el idioma ruso y lo relevó legalmente como una lengua secundaria en todo el país, pese a ser hablado por casi la mitad de la población. Además, el borrado de los derechos laborales ha sido brutal, todo vale en el país del ‘’héroe’’ Zelensky. La OTAN y los EE. UU llevan años con el punto de mira en la economía ucraniana, financiando al ejército y al régimen. En 2014 Condolezza Rice (exSecretaria de Estado de EE.UU) declaraba que querían cambiar la estructura de dependencia energética europea, que los rusos se quedaran antes sin dinero que los europeos sin energía. Es muy claro, la búsqueda de nuevos mercados para el capital americano es el objetivo en esta guerra y, de paso, debilitar a Rusia y dominar a Europa. La lucha contra la guerra despierta en Europa, los pueblos de Europa también sufren las consecuencias y la lucha de clases se acelera en los países donde más ataques sufre la población, como Alemania. No podemos olvidar que el 23 de julio hay elecciones a las Cortes Generales y que nuestro Gobierno es beligerante y uno de los principales apoyos de Biden aquí, en Europa. Nadie habla de la Guerra, desde la derecha hasta la izquierda, hay un pacto de silencio y, sin embargo, la Guerra está marcando el presente y el futuro de la clase trabajadora.
Introducción al Marxismo
El marxismo no es ni una ideología ni una filosofía, es un método por el cual los revolucionarios entendemos como influir en la lucha de clases. El Manifiesto Comunista indica cómo el Estado moderno actual nace con la conformación de la burguesía, la cual con su surgimiento también crea a su antagonista y verdugo, el proletariado. El Estado moderno se caracteriza y se homogeiniza bajo el ejército y la policía permanente, que disponen de la violencia legal. Es lo más primario del Estado y, a su vez, lo último que sobrevive. El método marxista muestra como el Estado no es neutral, se conforma bajo el auge de una clase que toma las riendas y estructura el Estado. Hay que destruir el Estado, por la lucha por el socialismo y un un Estado obrero, que eleve a la mayoría de la población al poder y acabe finalmente con las clases, haciendo posible una sociedad comunista comunista, que acabe con las clases y eleve a la mayoría de la población al poder. En la actualidad, están más vivas que nunca todas las experiencias que los comunistas han desarrollado. La primera experiencia fue la Comuna de París en 1871, que en el tiempo que el proletariado llegó al poder reguló los siguientes entre muchos otros, pese a su duración tan breve, de apenas 72 días: cualquier representante político puede ser revocable de su puesto, los representantes tienen que cobrar como un trabajador normal y la supresión del ejercito permanente. La actualidad de la Comuna de París después de 152 años muestra como la democracia burguesa es caduca y la necesidad de una democracia real y avanzada.
La transición energética y ecológica
La idea de una transición energética está a la orden del día, la imposición moral del ecologismo por todas las instituciones culturales y sociales ligadas al capital. Como tratamos en la sesión sobre Introducción al Marxismo, decimos que la opinión imperante es la opinión dominante. El ecologismo político dice tener como objetivo ‘’salvar el planeta’’, pero, ¿con qué métodos? La famosa Agenda 30 prevé la prohibición de los coches a combustión para 2035, los cuales nos han vendido como contaminantes y como responsable a aquellos que los utilizan. Pretenden convertirnos en individuos contaminantes, lo cual lleva a responsabilizar a las personas antes que al modelo de producción capitalista. El hecho es que a día de hoy existe la tecnología suficiente para seguir produciendo las mismas mercancías y bienes sin contaminar. La cuestión es qué tipo de beneficio aporta utilizar otras energías que contaminan menos. El beneficio es social, salvar el planeta es salvar el medio de vida de las personas y por lo tanto a la población. Esto va en contradicción con el capitalismo, que no puede existir sin el beneficio económico individual. Tenemos el ejemplo de la energía nuclear, cuyos residuos tardan miles de años en desaparecer, contaminando así la tierra donde se entierran sus residuos. La investigación ha permitido construir un reactor, llamado ASTRID, el cual genera un mínimo de residuos contaminantes. El proyecto ha sido abandonado por el Gobierno francés por la gran inversión que supone, después de 730 millones invertidos. Por otro lado, las energías renovables ocupan un nicho nuevo en el mercado, el cual lleva años creciendo exponencialmente. Las placas solares o los molinos de viento suponen en muchos casos la destrucción de pueblos o comarcas enteras, contradiciendo el supuesto objetivo ecológico de estas energías. Cualquier energía en manos del capital es perjudicial para el planeta y para la población, la solución pasa por romper con el capital, no la transición a otros mercados energéticos sobre la misma base de la lógica capitalista.
Construcción Juventud Revolucionaria (como continuar)
Hablamos de la necesidad de construir una organización de la juventud porque no existe una auténtica organización política juvenil que, de forma no sectaria, estimule verdaderamente la lucha incondicional por las reivindicaciones. Pese a que algunos puedan reclamarse como revolucionarios o la esperanza de la juventud, la realidad del momento nos muestra que no es así. La desarticulación organizativa de la juventud es un hecho. La política revolucionaria ha de ser nuestra línea, hemos de hablar de lo que realmente pasa, para poder trabajar por el futuro que deseamos, perfectamente factible hoy. La situación de la juventud ocupa uno de los sectores más maltratados de la clase trabajadora. Es por ello que desde la organización tenemos que transformar radicalmente esta situación, no hay otra salida. Se ha instaurado la opinión pregonada por todos los voceros del poder: ‘’los jóvenes viviremos peor que nuestros padres’’. ¿Hay algo más reaccionario que esto? Tenemos que romper con el mensaje desesperanzador, la juventud viviremos dignamente y nos los ganaremos por nuestros propios medios. La salida no es individual, tenemos suficientes ejemplos de que las conquistas no han caído del cielo. El movimiento obrero con la juventud a la cabeza siempre ha logrado la mejora de las condiciones de vida.
La construcción de la organización de la juventud será obra de ella misma, independiente política y financieramente. Pero tenemos que ser claros, la alianza con el movimiento obrero y la lucha por recuperar los sindicatos es innegociable. Así como dirigirnos a las capas más marginadas de la juventud como son los inmigrantes, es un elemento fundamental de construcción. En el momento actual tenemos claro que hay que volver a la lucha de clases, el posmodernismo y la política identitaria son un fracaso absoluto. La creación de espacios de cultura y de ocio son fundamentales para dar una alternativa al ocio nocivo y destructor al que nos instan a consumir a los jóvenes.
La continuidad a estos Campos de Formación debe asegurarse por su aportación a la lucha contra la Guerra y la Guerra Social que deja en la estacada a los jóvenes de clase trabajadora. Sobre la base del marxismo que advierte como la organización independiente de todo compromiso con las instituciones del capital, para la superación del capitalismo hay que remar contracorriente, contra la opinión que trata de imponer el capital.
La transición energética bajo el capitalismo es un engaño y no salva el planeta, al contrario, es lo más continuista a su destrucción. Construyamos la organización de la juventud revolucionaria en cada territorio del Estado, por nuestro futuro.