En todo el mundo, los pueblos observan con preocupación las primeras decisiones, hechos y gestos del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y de su administración. No se trata solo de pasar página, aunque el demócrata Joe Biden haya dejado a su sucesor republicano una carta de lo más amistosa en el escritorio de la Casa Blanca. Es toda la crisis de dominación del imperialismo USA y del sistema capitalista, hasta ahora contenida en el marco de relaciones antiguas y desgastadas, la que está estallando sin contención y sin tapujos.
Con un número récord de multimillonarios en su administración y una presencia masiva de las mayores fortunas del mundo (que representan entre todas 1,2 billones de dólares) en su toma de posesión, Trump y su gobierno se muestran abiertamente, sin barniz ni fingimiento, como lo que son: el consejo de administración del capital financiero norteamericano y «el depredador dominante», en palabras del miembro republicano de la Cámara de Representantes por Tennessee, Andy Ogles.









