El imperialismo intenta reordenar su dispositivo militar a escala mundial

Carta Semanal 889 en catalán

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La resistencia contra la guerra es hoy la piedra de toque de todas las organizaciones que dicen defender los intereses de los trabajadores y los pueblos. No nos engañemos, los discursos de defensa de la democracia, de defensa de una “nación oprimida”, de defensa de poblaciones atacadas, no son más que la justificación de una política que lleva  a la Humanidad a un desastre permanente. Nuestro ministro de exteriores, el señor Albares, nos pronostica -haciéndose eco de Biden- una guerra de años.

Es evidente que el hundimiento y descomposición del mercado capitalista, el anunció de una hambruna que puede afectar a más de mil millones de seres humanos, los brutales ataques al salario, las pensiones, los derechos democráticos y sociales de toda la población, forman parte de esta política de guerra.

Frente a ello solo cabe una posición: ¡GUERRA A LA GUERRA!

En este marco, Biden intenta reordenar su dispositivo contrarrevolucionario -de entrada el militar- para disciplinar a todos los gobiernos en su contraofensiva para hacer pagar la crisis a los trabajadores y los pueblos y en su propio país.

Las “alianzas” que teje contra China se completan con la Cumbre de las Américas que convoca en Los Ángeles esta semana entrante. Junto con la cumbre de la OTAN en Madrid los 29 y 30 de junio. De ahí la importancia de participar e impulsar las movilizaciones contra ella. Hemos conocido estos días el Manifiesto de la Plataforma estatal “No a la OTAN”, en la cual participan los sindicatos UGT y CCOO. En ese texto, se dirigen a Pedro Sánchez para que retire la invitación a Madrid y llaman a manifestarse. Toda organización que se precie de hablar en nombre de los trabajadores debe sumarse, sin ninguna vacilación, a esa movilización.

Porque esta resistencia se enmarca en la que existe en todo el mundo; desde Brasil a Ceylán, desde Sudáfrica a Alemania. Una resistencia que clama no  a la guerra, dinero para los salarios, servicios públicos, pensiones…

Publicamos a continuación dos documentos que nos ilustran sobre el dispositivo del imperialismo sus contradicciones y la resistencia. El primero, un artículo del periódico francés Informations Ouvrières, sobre la guerra de Ucrania y las medidas del gobierno Biden para hacer frente a la competencia de China por los mercados. El segundo, un texto de la revista El Trabajo de México  sobre la Cumbre de las Américas.

De Ucrania a China

A la vez que los combates se intensifican en el Donbass, con su procesión de muertos, heridos y refugiados, Joe Biden, en un viaje a Asia, decía en Tokio: “Rusia debe pagar un precio a largo plazo por su barbarie. No se trata solo de Ucrania, porque si las sanciones no se mantuvieran, qué mensaje estaríamos dando a China sobre el coste de un intento de tomar Taiwán por la fuerza”. AFP informaba el lunes: “Después de una visita de tres días a Corea del Sur, Biden llegó a Japón el domingo por la noche, y los representantes  estadounidenses presentaron a los dos países como el eje del aparato estadounidense frente al ascenso de China en la región. En una conferencia de prensa conjunta el lunes, Biden y Kishida tomaron una postura firme hacia Beijing, reafirmando su ‘visión compartida de un Indo-Pacífico libre y abierto’ y diciendo que habían acordado monitorear la actividad naval china en la región donde China está mostrando crecientes ambiciones. ‘Debemos pedir a China que cumpla con el derecho internacional’, incluso en asuntos económicos, dijo Kishida. Biden también advirtió que Estados Unidos defendería militarmente a Taiwán si Beijing invadía la isla autónoma, diciendo que China estaba ‘coqueteando con el peligro’”. Aprovechando el viaje a Asia, Biden convocó al Quad (Diálogo Cuatripartito de Seguridad entre Estados Unidos, Japón, Australia e India) y dijo que era una “oportunidad crítica para intercambiar puntos de vista y continuar estimulando la cooperación práctica en la región”. También aprovechó el viaje para anunciar una nueva asociación económica en la región. En su conferencia de prensa con el Sr. Kishida, el Sr. Biden también dio a conocer una nueva Asociación Económica Asia-Pacífico que inicialmente reúne a trece países, con la notable excepción de China.

El Marco Económico Indo-Pacífico (IPEF) no es un acuerdo de libre comercio, pero prevé una mayor integración entre los países miembros en cuatro áreas clave: la economía digital, las cadenas de suministro, la energía verde y la lucha contra la corrupción. Jake Sullivan, el asesor de seguridad nacional de EE.UU., aseguró que se trataba de una “plataforma abierta”, porque había sido concebida y definida como tal, pero Pekín se siente deliberadamente excluido y ya lo ha dejado claro, castigando este domingo a “pequeñas camarillas” destinadas a “contener a China” (AFP). Joe Biden, también en Asia, firmó la ley aprobada el pasado 19 de mayo por el Congreso estadounidense que supone un gigantesco desembolso adicional de 40.000 millones de dólares para la guerra en Ucrania; por su parte, el G7 acaba de prometer 20.000 millones. Las cosas están claras: no se trata de defender al pueblo ucraniano o a Ucrania, sino que también se trata de China y todas las relaciones mundiales que el imperialismo estadounidense busca reorganizar bajo su control. Pero la clase dominante estadounidense se enfrenta a un país fracturado en los propios Estados Unidos. Las elecciones intermedias del próximo mes de noviembre (en las que se renovará toda la Cámara de Representantes y un tercio del Senado) suponen el riesgo de que Biden sufra una derrota, y son la expresión abierta de la crisis política que se está desarrollando en Estados Unidos y cuyas consecuencias serán por supuesto globales.

LA 9ª CUMBRE DE LAS AMERICAS

Biden ha convocado a los miembros de la OTAN a reunirse en España los días 29-30 de junio. (los gobiernos de Finlandia y Suecia han demandado su adhesión a esa organización). La guerra en Europa tiende a extenderse.

 La invasión de Ucrania por la oligarquía mafiosa de Putin le dio a Biden el pretexto, para empujar a los gobiernos de Europa por intermedio de la OTAN, no solo a intervenir en la guerra de Ucrania (ayudas financieras, entrega de armas, asesores militares al gobierno Ucraniano, boicot a las mercancías rusas) sino a la vez a iniciar un tsunami armamentista (elevar los presupuestos de armas al 2% del PIB de cada país.)[1]

 Casi al mismo tiempo, para ser más precisos, 3 semanas antes, a principios de junio, Biden convoca, a los gobiernos de América Latina, a la llamada 9ª Cumbre de las Américas. Dos conferencias con perfiles diferentes, se puede decir, pero que expresan el intento por parte del gobierno de EE.UU. de reorientar su política mundial para abrirse mercados, para desalojar en su caso a los competidores (China, Rusia…), para enfrentar la descomposición del mercado mundial que la pandemia del coronavirus y ahora la guerra en Europa han acelerado. Recordemos también que el gobierno americano, hace unos meses formó un frente con Inglaterra, Australia y Nueva Zelanda con el objetivo de vigilar los mares de China.

 En el caso de la 9ª cumbre de las Américas los objetivos que persigue Biden son detener la enorme migración que se desarrolla vía Centroamérica-México hacia los Estados Unidos que ha dado saltos en estos últimos años y abrirle el camino a sus empresas imperialistas para la explotación de las materias primas y de los recursos naturales del subcontinente acorde con el giro de la transición energética.

 En el caso de México, los objetivos del gobierno imperialista, expresados a través del embajador americano que actúa como si fuera el nº. 2 del país, son brutales:

 a.- El país tiene una frontera de 3 mil kilómetros con Estados Unidos (el muro de Trump fracasó), pero en su parte más estrecha, en el sureste, (el Istmo de Tehuantepec que va del Golfo de México al océano Pacífico), hay solo 300 kms.

 El gobierno está construyendo el ferrocarril del Istmo de Tehuantepec. Los analistas comienzan a hablar de que esos 300 kms serán vigilados por el ejército mexicano. Obrador le ha dado un gran impulso a las fuerzas armadas, asignándoles tareas de la mayor importancia económica y política (control de puertos, aduanas…), ¿Esos 300 kms serán un muro de contención de los migrantes que vienen del sur?

b.-Al mismo tiempo el embajador americano recorriendo el país, junto con el secretario de Hacienda de México ha reunido a gobernadores de diferentes estados del país con el objetivo, según el embajador, de “…identificar y avanzar en oportunidades de inversión, desarrollo económico, metas ambientales y esfuerzos contra el cambio climático, desarrollo de la fuerza laboral entre otras tareas”.

El embajador comportándose a la vez como representante de las grandes empresas tecnológicas imperialistas señala “…que ha dialogado con empresas como Amazon, Microsoft, Mercado libre, Uber… que están dispuestas a invertir en el sureste mexicano…”

La resistencia del gobierno de Obrador.

 La NO invitación por parte del gobierno de Biden, a Cuba, Venezuela, Nicaragua a la 9ª Cumbre ha llevado a Obrador a expresar su negativa a estar presente en la Cumbre que se realizará en Los Ángeles, California. Su posición ha arrastrado a los gobiernos “progresistas” del subcontinente, a manifestar también su rechazo a la Cumbre. Unos no estarán presentes (Bolivia), otros asistirán (Argentina, Chile, Honduras) manifestando su desacuerdo.

 ¿Será un fracaso la 9ª Cumbre de las Américas? Si y no. Mostrará el rechazo formal de los gobiernos “progresistas”, contra las exclusiones que hace el gobierno Biden, ¿pero en cuanto a la política de “la transición energética”, de pillaje de las materias primas y recursos naturales, habrá una respuesta por parte de los gobiernos “progresistas”?

Recordemos que el representante de Obrador en la reunión de la COP 26 en Glasgow, votó el giro hacia la transición energética.

Corresponde a los trabajadores y los pueblos, a través de su lucha organizada defender la soberanía sobre sus recursos.

[1] El compromiso de elevar el gasto militar al 2% lo contrajeron los países de la OTAN en 2014, con Obama en la casa Blanca. (Nota de la redacción de esta Carta Semanal)

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