(Publicado en la Carta Semanal 578)
Después de un cierto bloqueo informativo, la prensa de nuestro país y toda la prensa internacional hablan estos días con preocupación y alarma de las huelgas y manifestaciones que se desarrollan en la vecina Francia. Alarma y preocupación de los portavoces del capital financiero, de la Unión Europea, del Fondo Monetario Internacional, del régimen monárquico de nuestro país, que temen el contagio. No es casualidad que también se haya silenciado la manifestación del frente sindical en Bélgica el martes 24 de mayo y el llamamiento a huelga indefinida a partir del 31 de mayo por parte de los sindicatos de los servicios públicos en Bélgica. Las medidas del gobierno belga son análogas a las del gobierno francés y es evidente que se ejerce una influencia mutua entre la clase obrera de un país y la del otro.