(publicado en la Carta Semanal 432)
Tiene razón la UGT cuando afirma que “La comparecencia de Mariano Rajoy [en el Congreso, el 1 de agosto] no aclara ni resuelve la crisis política, probablemente la agrava”. Que su discurso sobre una supuesta recuperación está “completamente al margen de la realidad social (paro, desigualdad, pobreza, etc.)”. Y que “es fundamental resolver la crisis política existente en nuestro país para poder resolver una de las mayores crisis económicas”.
En efecto, este gobierno aborrecido e indigno se dispone a preparar en este mes de agosto los presupuestos para 2014 que ha de presentar primero a Bruselas y luego a las Cortes en septiembre. Ya las bases de los mismos aprobadas por las Cortes conllevan una agravación de los recortes exigidos a autonomías y ayuntamientos, mientras el Gobierno se reserva mayor margen para hacer frente a las nuevas demandas de Bruselas y el FMI.
Esos Presupuestos, al dinamitar las bases económicas y sociales comunes, siembran la discordia y el enfrentamiento entre los pueblos, cuando ya la indignación social se traduce en exasperación (así se prepara el 11 de septiembre en Cataluña) y abundan los dirigentes autonómicos sin escrúpulos dispuestos a instrumentalizarla.
Tal vez con más urgencia, el Gobierno trata de fijar la reforma de pensiones que la UE exige esté aprobada antes de fin de año.
El 1 de agosto la mayoría social ha visto que no hay salida en el juego viciado del Congreso, de las instituciones de este régimen. Corresponde a los trabajadores y sus organizaciones allanar el camino a una ruptura con la UE y el régimen monárquico que dé a los pueblos el poder de decidir libremente cómo organizarse para recuperar lo más elemental.
El Consejo de Ministros del día siguiente, orillando las cuestiones clave, mostró el atolladero en que se encuentran el Gobierno y las instituciones.
Todo ello carga aún más de sentido a la declaración del Comité Central del POSI que se publicó hace dos semanas en la Carta Semanal y podéis consultar en nuestra web.