Carta Semanal 1001 en catalán
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Los pasados 28, 29 y 30 de junio se realizó la Escuela de Verano de formación de la IV Internacional. En estos días varios compañeros de diferentes partes del Estado compartimos las discusiones y debates más actuales de la lucha de clases. Como internacionalistas hemos puesto el foco las expresiones más inmediatas de las movilizaciones que de una u otra forma repercuten en nuestra acción en el Estado español, como las movilizaciones por Palestina del pasado curso o la situación de avance la lucha de clases en Francia. A su vez, una de las sesiones principales ha tratado sobre la política ecologista, desarticular el relato de las instituciones financieras sobre un ‘’capitalismo verde’’ o ‘’bueno’’ sobre el cual se pueden revertir la destrucción del planeta es de vital importancia para los revolucionarios en la actualidad. Consecuentemente, la lucha por la construcción de la Organización Revolucionaria es una de las tareas principales, en la actual catástrofe que está sufriendo la humanidad donde la máxima expresión es la guerra provocada por el imperialismo, hace falta recordar la frase de Trotsky: ‘la crisis de la humanidad es la crisis de la dirección revolucionaria’’.
Respuesta marxista al ecologismo político
La preocupación sobre el futuro del planeta afecta a muchas personas, en particular es una cuestión que intriga a los jóvenes. No podemos aceptar bajo ningún concepto que las soluciones a esta problemática las programen y ejecuten los mismos que la generan. Bajo el sistema capitalista, el sistema que no tiene reparos en arrasar con cualquiera con tal de incrementar su beneficio, es imposible acabar con la destrucción del medioambiente y el planeta. Es por eso que la principal crítica al ecologismo político es el planteamiento de una supuesta solución independiente del modo de producción capitalista.
Esta supuesta solución, enmarcada en la famosa ‘’transición energética, es la apuesta por las energías ‘’renovables’’ o ‘’verdes’’ para liquidar el uso de energías fósiles. Dichas energías, como la eólica, estan controladas por grandes multinacionales que, lejos de acabar con prácticas dañinas hacia el medioambiente, se ha constatado como con la construcción de grandes parques eólicos arrasan con extensiones de tierra que son el sustento de vida de poblaciones enteras. Es paradójico como Greenpeace, la famosa ONG ‘’sin ánimo de lucro’’, es una de las principales filiales de la multinacional que controla el 17% del mercado de la energía eólica a nivel mundial. Es decir, existe una propaganda bestial y ‘’buenista’’ sobre las energías renovables que alimentan el relato del ‘’capitalismo bueno’’, en el que Greenpeace es uno de sus principales voceros.
Un ejemplo más que actual es el caso del coche eléctrico, donde una vez más se presenta como la alternativa a los coches de combustión contaminantes, pero que esconde otro ejemplo de mercancía destructiva del planeta y lucrativa para el capital. Su fabricación implica la extracción de las llamadas ‘’tierras raras’’ para la fabricación de baterías que, a día de hoy, han contaminado el 80% de las aguas de las principales ciudades chinas. Además, la fabricación del coche eléctrico supone una destrucción masiva de puestos de trabajo de una industria clave como la automovilística.
En un momento donde todos los esfuerzos de las instituciones y Gobiernos es el negocio de la guerra, señalamos la enorme contradicción que supone con la supuesta ‘’salvación del planeta’’ que también expresan los representantes del capital.
Bajo sus manos, el planeta y la humanidad están siendo destruidas, desde los gobiernos de los países imperialistas y las instituciones internacionales sirven directamente al beneficio de los capitalistas bajo el relato de la transición energética. Denunciamos enérgicamente esta pantomima, no es otra estratégica más para continuar incrementando el beneficio del capital bajo otro mercado, disfrazado de ‘’transformador’’ sobre la transición verde y la política ecologista.
Sobre la situación en Francia
Todo el mundo está con los ojos puestos en Francia, sobre todo los militantes revolucionarios que vemos como año tras año la movilización de las masas ha ido en augmento en nuestro país vecino. Tras la disolución de la Asamblea Nacional por parte de Macron, dando alas a la victoria de la extrema derecha para mantener las políticas antiobreras, la clase obrera y en especial la juventud se han levantado contra la ola reaccionaria. La evolución de la lucha de clases tiene sus precedentes, desde la irrupción de los chalecos amarillos hasta las masivas movilizaciones contra la reforma de pensiones, asi como el enorme rechazo a la masacre en Gaza, la Francia Insumisa ha estado presente acompañando u organizando estas movilizaciones. Es decir, no podemos entender el avance de la lucha de clases y del aumento de la conciencia en la lucha del pueblo francés sin el factor organizativo, como representa la LFI.
Se abre un nuevo periodo que bien podría cambiar radicalmente en las próximas semanas, pero no hacemos predicciones, actuamos sobre la realidad presente para que la futura nos sea favorable. La polarización y la expresión de rechazo al macronismo se expresa en el voto a la extrema derecha o lo que llaman ‘’extrema izquierda’’, representado por el Nuevo Frente Popular. La polarización expresa la crisis profunda de la V República Francesa y de los partidos políticos que han sido sus pilares hasta ahora.
¿Pero, porque ha crecido el voto hacia la extrema derecha? En primer lugar hay que señalar el rechazo que sienten muchos trabajadores por las organizaciones de izquierda, principalmente por el PS y el PCF, tras los diferentes gobiernos que se han sucedido y que han traicionado las aspiraciones de mejoras en las condiciones de vida de la mayoría social. Esto ha hecho que estos partidos pierdan casi toda su base social y no tengan el poder con el que antes contaban. En segundo lugar, y relacionado con lo anterior, la extrema derecha ha hecho campaña demagógica con un programa más o menos social, planteando la derogación de la reforma laboral o el aumento de los salarios. Delante de esto, los demás partidos como el PS y el PCF le han hecho el juego a la extrema derecha alertando de su peligrosidad sin cuestionar los años de macronismo de políticas antiobreras y antidemocráticas, lo que ha puesto a la extrema derecha como una alternativa a Macron, eludiendo las responsabilidades del gobierno en sus años de mandato.
También hay que señalar la campaña del gigante mediático ha ido dirigida a asegurar la victoria de la extrema derecha, ya sea blanqueándola o atacando masivamente a su principal oponente, la LFI. Las acusaciones de antisemitismo o islamo-izquierdista han tenido más presencia en las tertulias de las grandes cadenas francesas que las propuestas de cambio que propone la LFI. También podemos señalar el sistema electoral a dos vueltas y como esto favorece a los partidos de la burguesía, ya que permite boicotear a la fuerza más votada en la primera vuelta forjando alianzas entre partidos para excluir al más votado. La obligación de inscripción para el derecho a voto también repercute mayoritariamente contra la expresión de los sectores más pobres, siendo un elemento antidemocrático más de este sistema electoral. Esto demuestra una vez más que, el terreno electoral no es el terreno de la clase obrera, pero si un terreno donde poder avanzar no solo frenando a la extrema derecha, sino con un programa de emergencia contra la política de austeridad y de ruptura con los planes del capital y las instituciones internacionales.
Las movilizaciones en solidaridad con Palestina
Desde el 7 de octubre el pueblo palestino está viviendo un ataque indiscriminado por parte del Estado de Israel. Pero hemos de recordar y hacer viva la historia para entender el presente: desde 1948, tras la aprobación en la ONU de la partición de Palestina apoyada por los países occidentales y el representante de Stalin, el pueblo palestino ha sido expulsado, perseguido y asesinado en su propia tierra. El recrudecimiento de la masacre al pueblo palestino por parte del Estado sionista no lo podemos entender sin el apoyo incondicional de los EE. UU y el resto de países imperialistas como principales aliados. Y es que, como internacionalistas, lo inmediato es señalar la complicidad de nuestros gobiernos. Para la existencia del Estado de Israel es necesaria la destrucción del pueblo palestino, sino han podido alcanzar su objetivo es por las enormes movilizaciones que ha habido alrededor de todo el planeta.
La máxima expresión de estas movilizaciones surge en los EE. UU, en el corazón del imperialismo, donde miles de judíos han gritado ‘’¡No en nuestro nombre!’’, donde sectores enteros de trabajadores se han movilizado contra la complicidad de su gobierno o la multitud de acampadas que han inundado los campus universitarios de todo el territorio. En el Estado español también se han multiplicado las movilizaciones en forma de acampada, en la que algunos de nosotros hemos participado.
En la Universitat de Barcelona se ha conseguido que el órgano de gobierno de la universidad rompa relaciones con las universidades de Israel, una importante victoria de los estudiantes. Sabemos que esto no es suficiente, la masacre sigue en curso, es más urgente que nunca la exigencia a nuestro gobierno por la ruptura de relaciones a todos los niveles y por el alto al fuego. Esto no puede conseguirse sin la movilización del movimiento obrero junto con los estudiantes, los sindicatos no pueden mirar para otro lado, tienen en sus manos la capacidad movilizadora para parar este genocidio.
Por eso, los militantes de la IV Internacional seguiremos actuando por la alianza de los estudiantes con el movimiento obrero, que no puede conseguirse sin abrir brecha dentro de los sindicatos mayoritarios, lejos de sectarismos, divisiones y autoproclamaciones.
La construcción de la Organización Revolucionaria
¿Como damos respuesta a las 3 cuestiones fundamentales en la lucha de clases actual? Como revolucionarios atendemos y actuamos sobre la realidad actual de la lucha de clases, no imponemos ritmos ni la revolución social de una forma finalista. La actualidad de la clase obrera mundial constata la bàrbarie en su máxima expresión, la pérdida de todas las conquistas obreras conseguidas hasta ahora y la guerra como modo de supervivencia del capitalismo son muestra de ello.
La defensa de los puestos de trabajo y de los salarios, de la industria, de la seguridad social y el sistema público de pensiones o del fin de la colaboración en las guerras en Ucrania y Gaza chocan frontalmente contra la política del capital. La Organización Revolucionaria que queremos construir con la alianza de trabajadores y pueblos que semana tras semana muestran su resistencia y que, a su vez, no encuentran una organización que coordine y se enfrente directamente contra las políticas del capital con independencia propia.
No somos comentaristas, hay que ir lo concreto, al terreno donde se juega la lucha de clases. Es por eso que la utilización del Llamamiento contra la guerra es de vital importància para abrir la discusión dentro de los sindicatos y las organizaciones tradicionales, así como el agrupamiento de Sindicalistas por la Auditória, el trabajo en industria, en sanidad o en las universidades. Hemos de avanzar en estas campañas para construir un movimiento de ruptura que nos permita enfrentar al Régimen Monárquico como máximo representante del capitalismo que nos trae la guerra y la destrucción de nuestras condiciones de vida.