(Publicado en la Carta Semanal 639)
La nación venezolana acaba de ganar una batalla
El viernes 4 de agosto, los 538 diputados electos a la Constituyente (el Consejo Nacional Electoral está por confirmar siete candidaturas), se han posicionado en el edificio de la Asamblea Nacional para juramentarse. Los antiguos diputados, elegidos en 2015, se habían retirado y se unieron a la manifestación contra la Constituyente. Según la agencia AFP, no había más de 2.000 manifestantes convocados por la «oposición democrática», y según EFE, solo eran unas decenas. Por lo demás, decenas de miles de manifestantes se han concentrado ante la Asamblea Nacional para demostrar su apoyo a la Constituyente.
«El resultado en Venezuela es inapelable. La oposición ha perdido la batalla»
Vicente Garcés, exeurodiputado, dirigente de Izquierda Socialista del PSOE, formaba parte de una delegación de más de cuarenta personalidades invitadas por el Consejo Nacional Electoral para observar el desarrollo de las elecciones. Su fallo fue claro, dice en particular:
El objetivo de la CIA y de Trump era no llegar a la votación del día 30. Se han utilizado muchas formas de violencia dentro del país. Una violencia que era desconocida, con enfrentamientos e incluso atentados terroristas. […] En las zonas donde vive la derecha, la burguesía y la gente más rica, habían bloqueado muchas avenidas y se habían producido atentados contra sedes electorales. […] El resultado es inapelable. Son ocho millones de personas. Una participación del 42%, pese a que la oposición no acudió a votar, es mucho. […] La primera batalla que ha perdido la oposición es que la votación se ha hecho. […] El conflicto existe porque hay una insurrección de la oligarquía. Lleva 18 años fuera del poder y ha perdido muchos privilegios. Quiere recuperar poder por la vía que sea. […] Lo que dice el sistema judicial venezolano es que los detenidos, aún pendientes de juicio, no lo son por cuestiones políticas sino por haber llamado a la insurrección y haber ordenado ataques violentos. Si al final se les puede considerar presos políticos está por ver. […] La realidad es que en todos los barrios populares había tranquilidad, mientras en los barrios ricos no se podía votar. […] Cuando ganó las elecciones [la oposición] dio un plazo de seis meses a Maduro para que se fuera. Como no se fue, dio otros seis meses para convocar un referéndum revocatorio para el que no reunió suficientes firmas. El presidente propuso la vía de la Asamblea Constituyente para salir del conflicto, pero la oposición tampoco la ha aceptado. Está intentando un golpe de Estado. No lo ha dado porque no ha encontrado el apoyo de fuerzas militares para darlo. Promueve que se aísle internacionalmente a Venezuela, como ocurrió con Cuba. […] Los que no quieren diálogo son la oposición, que está muy radicalizada, y los Estados Unidos, que pretenden recuperar su hegemonía en todo el continente. El golpe institucional contra Dilma Roussef en Brasil fue el último eslabón de una cadena, que antes afectó a Honduras y Paraguay, contra aquellos gobiernos que buscan una integración de América Latina. […] Estoy en contra de las posiciones que ha adoptado el Parlamento Europeo, haciendo seguidismo de Estados Unidos. Los Estados Unidos actuales tendrán muchas tensiones con China y Rusia. Por eso intentan más que nunca tener América Latina controlada». (Véase en este vínculo la entrevista completa: http://m.eldiario.es/cv/entrevista-Vicent_Garces-Venezuela-politica_0_671583418.html.
Otro observador, Maurice Lemoine, exredactor jefe de Le Monde Diplomatique, ha declarado: «Tienen una oposición que marcha desde las diez de la mañana hasta la tarde y luego la sustituyen grupos de choque de la extrema derecha con delincuentes».
Sigue la ofensiva contra la Constituyente venezolana. Hoy, sábado 5 de agosto, una reunión de emergencia de los ministros de Asuntos Exteriores de Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) han decidido suspender indefinidamente a Venezuela, que ni siquiera fue convocada a la reunión. La mayor parte de los países imperialistas, en particular los Estados Unidos y la Unión Europea, han condenado las elecciones a la Constituyente y en el último momento el mismo Vaticano le ha pedido a Maduro que suspenda la Constituyente. Sin embargo 57 países han aprobado en Ginebra una declaración contra la injerencia en los asuntos internos de Venezuela.
A todas luces, va a proseguir el pulso entre la nación venezolana que afirma su soberanía y todas las fuerzas sometidas al imperialismo y al capital financiero.
«La oposición busca mantener la unidad»
Muy preocupado por la situación de división de la llamada «oposición», la MUD (compuesta de 21 organizaciones), el editorial del periódico El País del 5 de agosto concluye diciendo: «las maniobras de Maduro buscan explotar las fragilidades de la oposición […]. Conviene racionar las fuerzas, conservar la unidad y confiar en que, junto a las propias movilizaciones, la presión internacional ayude a fracturar a un Gobierno que se ha enrocado en el poder». El País es el verdadero vocero de los intereses del imperialismo, especialmente norteamericano, y de la monarquía española, este llamado periódico “independiente” está habituado a “dar órdenes”, es bueno recordar que en abril del 2002 apoyó el golpe de una fracción del ejército contra Chávez y que parece seguir lamentando que Venezuela ya no sea colonia.
Por otro lado el Consejo Nacional Electoral, que es una verdadera institución del Estado, acaba de decidir convocar elecciones «regionales» para designar los gobernadores (Venezuela es un estado federal) para fines del año 2017, y la elección presidencial para fines de 2018.
Acción Democrática, el antiguo partido miembro de la Internacional Socialista, uno de cuyos dirigentes más conocidos era Carlos Andrés Pérez (presidente en 1989 cuando la sublevación de las principales ciudades del país contra el aumento de los precios de los transportes, aplastada con miles de muertos) ha declarado que no descarta presentarse en las elecciones, en contradicción con otros dirigentes de la “oposición” que abogan por el boicot y llaman al enfrentamiento violento contra el régimen.
De todos modos, como dice el compañero Raúl Ordóñez, todo dependerá de la movilización de los trabajadores y sus organizaciones, en particular sindicales, para permitir que la Constituyente tome las medidas de defensa de la nación. Y para ampliar y reforzar los derechos sociales, especialmente el cumplimiento del estatuto de los trabajadores (LOTTT).
«¡Apoyaremos cuantas medidas defiendan la nación y los derechos sociales!»
El 31 de julio, hemos recibido una declaración de Alberto Salcedo, del colectivo Trabajo Juventud (CTJ) que informa del estado de espíritu de aquellos que han votado en las elecciones para la Asamblea Constituyente el 30 de julio:
«Una determinación democrática de la mayoría de los trabajadores empujó a millones a las urnas, a pesar de los riesgos y las enormes dificultades. ‘Queremos paz, y no daremos marcha atrás’, ‘Venezuela debe ser respetada’, han sido las consignas en esta movilización con la participación de 8.089.320 votantes, o sea el 41,53% del censo electoral. El efecto, buena parte de la población ha ido a votar para rechazar la violencia ciega de los presuntos ‘oponentes democráticos’ lindantes con acciones terroristas.
La nación venezolana y el pueblo trabajador han manifestado su soberanía y su victoria, a pesar de la fuerte confrontación de clases dentro de ella misma que no puede ofrecer un pronóstico tranquilo en lo inmediato. El gobierno y la dirección de Maduro salen del conflicto reforzados y con un mandato claro de la calle: dominar rápidamente los sectores violentos y tomar el control de la especulación monetaria y de las dificultades del abastecimiento, productos de la guerra económica y de la economía rentista vigente en el país. […] Éste es el objetivo prioritario que se da la Asamblea Constituyente que acaba de instalarse este viernes 4 de agosto.
Está gran movilización por la Constituyente, en circunstancias tan difíciles, demuestra que las fuerzas de resistencia contra la ofensiva de las fuerzas imperialistas no están derrotadas […]. Para los trabajadores, la Asamblea Constituyente ha hecho surgir la posibilidad de defender las conquistas sociales y seguir adelante.»
El compañero Raúl Ordóñez, sindicalista del sector hidráulico (convocante de la Conferencia Mundial Abierta contra la guerra y la explotación que tendrá lugar en Argel en los próximos meses), electo entre los 79 candidatos trabajadores para la Constituyente, ha declarado en particular:
«Apoyaremos cuantas medidas defiendan la soberanía de la nación, refuercen los mecanismos de democracia directa, pero también aquellas que refuercen y fortalezcan los derechos sociales y laborales del pueblo trabajador. Teniendo siempre presente que únicamente los trabajadores y los sectores populares organizados podrán defender efectivamente estas conquistas contra la intervención del imperialismo y de sus lacayos.»
Más que nunca, el movimiento obrero internacional tiene interés en defender a los trabajadores y la nación venezolana de la rabiosa ofensiva del imperialismo. Y los trabajadores del Estado español y sus organizaciones tienen una responsabilidad particular en reforzar y desarrollar las iniciativas de apoyo a Venezuela pues particular es también el papel del gobierno español y los capitalistas españoles en esa ofensiva criminal. Defender incondicionalmente la soberanía del pueblo venezolano.