Presentación del número 112 de La Verdad

Carta Semanal 932 en catalán

Carta Semanal 932 para descargar en PDF

En el momento en que redactamos esta carta, la edición en español del n.º 112 de La Verdad está en imprenta. Presentamos dos de sus artículos con la intención de animar a su lectura.

El primero de ellos, titulado «X Congreso de la IV Internacional. Se abre la discusión», se refiere al contenido y la forma del próximo congreso de la IV Internacional, que se celebrará en «una situación nueva, en ruptura radical con los pasados decenios. Es el cuestionamiento de lo que quedó establecido en 1945».

En cuanto al contenido, afirma: «la IV Internacional se fundó con el Programa de Transición, escrito en 1938. […] sometemos a la discusión de todos el Programa de Transición». Se trata por tanto de un congreso abierto: «abierto a los militantes que no son miembros de ella, abierto a la discusión, abierto a la elaboración. Militantes de la IV Internacional y los que tienen otro origen político y luchan codo con codo, juntos debemos buscar en común las respuestas a esta nueva situación».

Algunos de los numerosos aspectos que se abordan en él son:

«Las fuerzas productivas de la humanidad han dejado de crecer. […]

»La crisis de la humanidad es la crisis de la dirección revolucionaria. […]

»El Programa de Transición insiste en la necesaria independencia de clase. En las condiciones señaladas antes los gobiernos, en nombre de la defensa de Ucrania o con cualquier otro pretexto, intentan imponer una “unión sagrada” en la que hay que renunciar a las reivindicaciones para acompañar las “reformas”».

Se trata pues de «elaborar las nuevas respuestas que exige esta nueva situación exige».

Y esto se hace abriendo el debate a través de 10 preguntas/respuestas preparadas al efecto. Citamos extractos de las primeras respuestas a algunas de las cuestiones planteadas:

«2/ ¿Quién es exactamente Putin y por qué decidió invadir Ucrania?»

Oficial del KGB y presidente de la Federación de Rusia desde diciembre de 1999.

«El clan Putin y los oligarcas controlan los sectores decisivos de la economía, como el petróleo y el gas, que les reportan sumas considerables. No tienen ningún interés en abrir el capital de esas grandes empresas […].

» Putin es responsable de la agresión criminal contra Ucrania, pero Estados Unidos con la OTAN son también responsables de este sangriento conflicto. […] Los intereses de esta guerra son ante todo políticos: afirmación del dominio estadounidense, con consecuencias económicas […].

»3/ ¿Quién es exactamente Zelenski, a quién representa en realidad? ¿Por qué Estados Unidos lo arman, lo animan y lo apoyan tanto?

»Zelenski es el producto de la corrupción en colaboración con los oligarcas […]. El 19 de marzo [de 2022] se prohibieron once partidos. En 2022, Zelenski barre los derechos de la clase obrera ucraniana con dos leyes. La ley 2136, “ley sobre relaciones laborales en condiciones de guerra” [y] la ley 5371[…].

» En mayo de 2019, puso fin a una moratoria que congelaba la privatización de las tierras agrícolas y lanzó un programa de privatización masiva del suelo de cuarenta millones de hectáreas […].

»Lejos de defender la soberanía de Ucrania, el régimen de Zelenski entrega su país a la penetración del capital financiero, en particular estadounidense. […]

»7/ […] ¿No son ya los pueblos, los trabajadores sus principales víctimas? […]

»A finales del año 2022 había que lamentar 100 000 muertos en ambos bandos, en Ucrania y en Rusia […].

»La guerra y las sanciones precipitan a Europa en una crisis sin precedentes […], la OIT denuncia “un descenso brutal de los salarios reales” […].

»La “austeridad” es la línea maestra de los Gobiernos europeos cuando se trata de salarios y servicios públicos, pero no cuando se trata de armamento. […]

»8/ En todas las guerras, los Gobiernos beligerantes llaman a la unión nacional para defender la patria, ¿sucede también en esta ocasión? […]

»Es más fácil para un Gobierno burgués llamar a la unión nacional para defender la patria que llamar a esa misma unión nacional para acelerar la destrucción del país y la abdicación de su soberanía, en beneficio exclusivo del capital estadounidense. 

Esto trae consigo tensiones en todos los países, […].

»El llamamiento “¡Alto a la guerra!”, [pretende] reforzar los vínculos organizados de lucha con los firmantes, ayuda a que el movimiento obrero vuelva a situarse en un eje independiente. […]

»Todos los países […] están sacudidos por movimientos de huelga, a menudo por los salarios. A veces se organizan con los sindicatos, a veces los desbordan […].

»10/ La voluntad expresa de todos los Gobiernos europeos de aumentar considerablemente los presupuestos de armamento al tiempo que recortan presupuestos sociales, ¿es solo por la guerra exterior?

»El objetivo de la “austeridad” y de los recortes de presupuestos sociales es ayudar a imponer todas las contrarreformas [una] “economía de guerra” […], no es el fin de la abundancia para las industrias de armamento o las empresas que cotizan en los índices selectivos de las bolsas, pero debe serlo para la mayoría de la población: eso es la economía de guerra.

El segundo, de Xabier Arrizabalo, titulado «La inflación disparada, reflejo de la dislocación capitalista,

un ataque frontal a la clase trabajadora», parte del rápido aumento de los precios, que la economía burguesa, interesadamente, analiza muy superficialmente, y de su impacto social para señalar:

«La inestabilidad y en particular la de los precios es consustancial a las economías capitalistas, porque están presididas por dos conflictos irresolubles -aunque de distinta importancia-. En primer lugar, y sobre todo, la lucha entre la clase capitalista y la clase trabajadora por la apropiación del valor nuevo producido en cada periodo (el PIB), que aporta el trabajo vivo durante la jornada laboral. Sólo una parte de él se le remunera a los trabajadores, quienes lo producen. Es el salario, que depende del valor de la fuerza de trabajo (es decir, del valor de las mercancías con cuya compra y consumo se reproduce la fuerza de trabajo -la capacidad de producir de la clase trabajadora-). La otra parte queda impagada, porque es la prolongación de la jornada más allá del valor de la fuerza de trabajo, de cuyo valor se apropia la clase capitalista; este valor extra, esta plusvalía es el hecho que constituye la esencia de la explotación. […]

»Pero la masa total de plusvalía […] se reparte en ganancias individuales de cada capital. Este reparto se hace en el mercado, a través de la pugna competitiva entre los capitales. [Pero el mercado mundial] es demasiado pequeño para poder absorber las necesidades de valorización de todos los capitales. De manera que la pugna competitiva, que lleva a la guerra comercial, espolea la inflación, que sirve también para reducir el salario real. Y dicha pugna se exacerba hasta el punto de desembocar en las guerras propiamente dichas.

»A partir de estas premisas Marx concluye su análisis formulando la ley del descenso tendencial de la tasa de ganancia, en la que radica el carácter no sólo contradictorio, sino crecientemente contradictorio del capitalismo, de “huida hacia delante”, ya tan desaforada que la destrucción de fuerzas productivas se sistematiza cada vez más. En este marco es en el que se encuadra la situación actual de crisis y el fenómeno específico de la inflación.

»Los precios no se determinan “técnicamente”, sino “socialmente”. Los precios son la expresión monetaria del valor (el tiempo de trabajo que se requiere para producir una mercancía en una determinada sociedad) y [esto] significa que los precios se determinan conflictivamente», a través de la lucha de clases.

Para comprender mejor el trasfondo de la inflación, se plantea la cuestión en sentido inverso: ¿por qué con el mismo salario se puede comprar cada vez menos alimentos, ropa, calzado, etc.?

«La moneda es, en origen, una mercancía que, por serlo, tiene valor […], puede compararse con otras mercancías […]. No es el caso de los billetes actuales, que sólo son una representación de la verdadera moneda, que es el valor de la economía de la que la moneda es su divisa, su representación en poder de compra. […]

»La inflación generalizada es expresión de una pugna competitiva que impide la estabilidad del mercado mundial. Pero también «un ataque al medio de vida de la clase trabajadora, a sus condiciones de vida […].

»Pero ¿qué ocurre con el salario nominal que […] depende de la lucha de la clase trabajadora […]?

»La posición de toda dirección de una organización política o sindical que renuncia a, como mínimo, mantener el poder de compra de los salarios es profundamente reaccionaria», lo que plantea la falta de democracia en nuestras organizaciones.

«El ataque que supone la reducción salarial, […] no es el único que padece la clase trabajadora con cargo a la inflación. […]

»Las distintas corrientes de la economía burguesa […] atribuyen la inflación a un exceso de demanda de productos respecto a la oferta disponible de ellos, las que la relacionan con un aumento de costos y las que lo hacen a un exceso de dinero en la economía. […] que nunca explicarían el trasfondo más profundo de la inflación.

»Cada una de esas pretendidas explicaciones de la inflación tiene una intencionalidad de fondo, que coinciden perfectamente en su contenido clasista, contra la clase trabajadora. En el caso del exceso de demanda, la forma de combatirla sería reducir dicha demanda, lo que en particular podría hacerse reduciendo los salarios. Lo mismo se plantea con la apelación al aumento de costos, que se hacen recaer en particular en los salarios […]. Por último, la pretensión de que el problema de la inflación obedece a un exceso de dinero, de oferta monetaria, sirve para sostener que la política necesaria es el monetarismo, es decir, una política monetarista recesiva.

»La gestión de la política monetaria se hace fundamentalmente a través de los bancos centrales. Por eso no era un asunto menor la imposición de estatutos de autonomía para ellos (respecto a los Gobiernos o a los Parlamentos). Se trataba de la autonomía respecto a cualquier instancia de control más o menos democrática que, en el caso de la UE se impone como exigencia en Maastricht […]

»Sin embargo, no hay autonomía respecto a los requerimientos del capital financiero [que vehiculiza el FMI] …que los bancos centrales, en particular la Reserva Federal estadounidense y el BCE, ejecutan inmediatamente. […]

»Ante todo ello, ¿qué puede hacer la clase trabajadora? Sólo una cosa: luchar incondicionalmente por sus legítimas aspiraciones plasmadas en reivindicaciones ganables. En particular, contra la inflación, tres medidas: indexación inmediata de todos los salarios a los precios; aumento general de los salarios; control de los precios de los productos de primera necesidad. […]

Y el camino para ello comienza con el agrupamiento de quienes compartimos nuestra condición de explotados, defendiendo el salario, el empleo en condiciones dignas, todas y cada una de las conquista obreras y democráticas. Combate en el que participa sin reservas la IV Internacional.

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