Carta Semanal 1053 en catalán
Carta Semanal 1053 para descargar en PDF
En los pactos de la Moncloa y la Constitución de 1978 se consagró el mantenimiento del aparato de Estado del franquismo, presidido por el Rey, heredero designado por el dictador. Jueces, policías, militares franquistas permanecieron en sus puestos, declarados oficialmente “demócratas”
Pero, como dice el refrán, “aunque la mona se vista de seda…”. Los jueces que durante cuarenta años habían perseguido a las organizaciones obreras siguieron, en su fuero interno, y en sus actuaciones, rechazando al sindicalismo y persiguiendo a sindicalistas.
La ofensiva contra los piquetes de huelga
Durante años, tuvieron a su disposición el artículo 315.3 del Código Penal, introducido al final de franquismo para perseguir a los piquetes de huelga, y que considera a los piquetes como una forma agravada de coacción. Amparándose en él, una colusión de policías, fiscales y jueces llegó a procesar a más de 300 sindicalistas, con un objetivo político: prohibir los piquetes de huelga. Amenazados con la prisión, los sindicalistas procesados se vieron tentados con las ofertas de los fiscales: reconocer su “delito” y no ir a la cárcel. Pero ¿qué hubiera pasado si 300 sindicalistas reconocen que los piquetes son una coacción a los trabajadores? La oportunidad de ilegalizarlos hubiera estado servida.