(Publicado en la Carta Semanal 537)
La quintaesencia de la política se concentra en los Presupuestos. Todos los discursos, las promesas, los compromisos supuestamente adquiridos en “promesas electorales” se resumen en los Presupuestos.
¿Cuál es el significado y las consecuencias de los Presupuestos Generales del Estado, cuyo proyecto acaba de ser elaborado por el gobierno Rajoy? Intentemos resumirlo brevemente, sin perjuicio de abordar esto con más detención posteriormente.
El martes 4 de agosto fue entregado oficialmente al Congreso de los Diputados el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 2016. Su debate y aprobación debe realizarse antes de fines de octubre, para permitir que se convoquen las elecciones generales para el 13 o 20 de diciembre.
En primer lugar, por tanto, el objetivo del gobierno Rajoy es fijar el presupuesto del año que viene al margen de quién gane las elecciones. Hace pocos meses, el Gobierno enviaba a Bruselas un Plan de Estabilidad 2015-2018 que conllevaba un grave ajuste, no cifrado y que el FMI parecía juzgar insuficiente. Rajoy, con un adelanto de la tramitación del Presupuesto irregular y tramposo, quiere garantizar que al menos se aplica un importante primer tramo de ese plan, y da igual lo que votemos los ciudadanos.
Porque, aunque la dirección del PSOE anuncie que hará otros presupuestos, si llega al gobierno vendrán las presiones de los bancos, de Bruselas y las trabas de las podridas instituciones heredadas del franquismo. Estos Presupuestos van a marcar al próximo gobierno, a menos que un potente movimiento de los trabajadores y los pueblos con sus organizaciones los echen para atrás.
Debemos decirlo e insistir: ninguna victoria electoral garantiza un cambio real de política por sí misma ni por tanto el cambio de los presupuestos. El doloroso y cercano ejemplo de Grecia confirma que las promesas de la supuesta “izquierda radical” no son nada ante el funcionamiento de las instituciones corruptas del Estado burgués y de las instituciones de Bruselas.
¿Pero cuál es su contenido?
El Gobierno parte de un objetivo: reducir el déficit público del 4,2 por ciento del PIB al 2,8 por ciento pactado con Bruselas, lo que requiere un ajuste de 14.000 millones. Pretende que 13.000 millones se podrán ajustar automáticamente gracias a un crecimiento del PIB del 3% y una recaudación de impuestos en 2016 sobreestimada (en 2015 ya se prevé una recaudación de impuestos de 3.800 millones menos que lo presupuestado). Además, la previsión del crecimiento del 3% es difícil de asegurar y más ante la incertidumbre total de la economía capitalista y el anuncio por parte de la FED (Reserva norteamericana) de subir en septiembre los tipos de interés provocando una avalancha de capitales hacia los Estados Unidos.
Aun así, suponiendo porque le da la gana que el ajuste de 14.000 millones se dará casi automáticamente, los Presupuestos incluyen importantes recortes en el gasto. Se recortan las transferencias a las autonomías (sanidad, educación…) y baja drásticamente el dinero aportado para los desempleados. Así se puede aumentar la aportación económica a la UE, amortizar deuda (dinero para los bancos), etc.
Todo es una trampa. Por ejemplo, hacen propaganda de que el gasto del ministerio de Sanidad aumenta un 6% hasta 2.029 millones. En gran parte por la Dependencia. Pero eso es irrelevante, el gasto en sanidad (y en educación) fundamentalmente está en las transferencias corrientes a las autonomías, que es el principal capítulo que se recorta.
Pero además, si este año hay un déficit mayor del previsto (se calcula que el 4,8%, el ajuste necesario para bajar el déficit al 2,8% serían 6.000 millones más, o sea 20.000 millones).
En este sentido el contenido de ajuste de estos presupuestos es claro, ajuste que se va a traducir, si las circunstancias de la lucha de clases se lo permiten al gobierno, en nuevas reducciones en el presupuesto real de la educación, la enseñanza, la inversión publica y en las pensiones (de nuevo casi congeladas) y los empleados públicos (los funcionarios del Estado serán solo aumentados el 1 por ciento y los otros?). Y esos recortes anuncian otros que habría que imponer por el camino si se quiere cumplir el objetivo de déficit comprometido con Bruselas.
El ataque a la Seguridad Social
Los ingresos por cotizaciones sociales están previstos en 117.833 millones. Cifra falsa porque la desviación de este año en junio ya es de 4.000 millones. Por tanto se va a echar mano del Fondo de Reserva.
Rajoy espera sustraer del Fondo otros 6.283 millones este nuevo año. Cuando Rajoy llegó a la Moncloa se encontró con un Fondo de 70.000 millones, en diciembre de este año quedarán menos de 40.000. Teniendo en cuenta el déficit real de la Seguridad Social, que algunos economistas cifran en 30.000 millones, podemos considerar que este gobierno lleva camino de liquidar el Fondo. Con lo cual, esos 70.000 millones que hubieran debido servir para mejorar las pensiones se han dedicado durante años a engordar la especulación financiera y finalmente a pagar las pensiones hasta que no quede.
Pero ¿de dónde viene el déficit? Las ayudas a las empresas para contratación le han costado a la Seguridad Social otros 2.100 millones y el Gobierno las ha aumentado recientemente. Y no son los únicos regalos para las empresas. Por otra parte el déficit viene del paro provocado por el ajuste de lo sucesivos gobiernos (menos cotizaciones) y de la rebaja sustancial de salarios provocada por la reforma laboral.
La solución no puede ser otro Fondo. La solución no puede ser recortar más las pensiones. La solución es aumentar los salarios, crear empleo público y cortar la sangría de subvenciones a los empresarios. Y si hace falta aumentar las cotizaciones.
Sin embargo, los banqueros y el PP dicen que no hay más dinero. Con lo cual la afirmación del gobierno de que la Caja central garantiza las pensiones es falsa. Esto solo da argumentos a los que quieren romper la Caja Única, porque una caja catalana o vasca asegurarían las pensiones. En realidad detrás de Rajoy está Aznar, que realiza campaña por liquidar el sistema público y pasar a los Fondos privados por capitalización. Cosa que no es distinta de la campaña de la Caixa por fondos privados en caso de independencia.
El Gobierno, que públicamente no se atreve a ir tan lejos, en primer lugar porque para la clase obrera y sus organizaciones la defensa del sistema público es vital, propone utilizar e incluso aumentar los impuestos indirectos (o sea el IVA) para cubrir el déficit.
A la lectura de esto es necesario hacer una reflexión de fondo, el Pacto de Toledo de 1995 se presentó en el movimiento obrero como la garantía de la defensa del sistema público. A la luz de las reformas de pensiones, del agotamiento del Fondo, ¿quién es capaz de afirmar ahora esto? ¿No se exige la ruptura de este pacto para organizar la defensa unida del sistema público?
Unos presupuestos contra los pueblos
La prensa catalana señalaba el miércoles 5 de agosto: Cataluña 16 por ciento de la población, 19,8 por ciento del PIB y 10,7 por ciento de la inversión del Estado. La Cámara de Comercio denunciaba que el corredor del Mediterráneo (de la frontera a Algeciras) por el cual circula el 40 por ciento de las mercancías solo recibe el 25 por ciento de la inversión. En particular, la reforma del Estatuto, para compensar el saqueo que había hecho el gobierno de Aznar, prometía unos años de inversión adicional en Cataluña. Esto solo se cumplió un año, con Zapatero. Rajoy se cisca en el Estatuto.
Pero sería un error considerar que Cataluña es la única perjudicada, la mayoría de la autonomías (no solo la Comunidad Valenciana o Madrid, a la altura de Cataluña) se sienten perjudicadas: entonces ¿a dónde va el dinero? Los costes financieros (interés de la deuda) no dejan de crecer en aplicación del articulo 135 de la constitución y los gastos de funcionamiento del Estado a pesar de los duros recortes en funcionarios tampoco. Y esto a pesar que las prestaciones por desempleo no hacen más que disminuir.
O sea, la inversión publica disminuye un 40 por ciento, aumentado los agravios comparativos entre las regiones, el peso del corrupto aparato de Estado aumenta, las prestaciones sociales disminuyen y la seguridad social está en peligro.
Bruselas, “muy prudente” pues lo que más le preocupa al capital financiero es la estabilidad política y el peligro de una explosión social, ha pedido examinar los presupuestos para poder dar su opinión y sus “recomendaciones”. Según las nuevas normas de la UE, antes de que el Parlamento los vote, los Presupuestos han de tener el visto bueno de la Comisión.
Primera conclusión
Haber respetado el calendario electoral por parte de los partidos de la oposición, en primer lugar por la dirección del PSOE, ha permitido a Rajoy la desfachatez de elaborar unos presupuestos condicionando al gobierno que salga de las urnas. Y ahora esos partidos se disponen a discutir los Presupuestos suplicando a la mayoría absoluta del PP que cambie algo. El respeto más elemental de la democracia, ¿no exigiría que el PSOE, IU y los demás se ausenten de las Cortes para no legitimar ese atropello?
En cualquier caso, para los trabajadores y los pueblos se plantea una pregunta: ¿por qué hemos de considerarnos atados a los compromisos ante el capital financiero de Rajoy (la CEOE ha saludado el proyecto de Presupuestos) y los compromisos de la oposición de respetar el calendario?.
Se trata de una cuestión vital cuando cada reivindicación choca con el ajuste y recortes que provienen de los Presupuestos. Por ello la exigencia de la acción unida de las organizaciones en defensa de las reivindicaciones abre la vía a exigir la retirada sin más de estos presupuestos que solo son un arma contra los trabajadores y los pueblos.