(Publicado en la Carta Semanal 603)
De manera inesperada, el jueves pasado (17 de noviembre) Mariano Rajoy fue convocado a Berlín, a una reunión del aún Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, con los jefes de estado o de gobierno de los cinco países más grandes de la Unión Europea. De este modo, Rajoy se vio recibido por Merkel y Obama (o, más bien, al revés) como «grande de Europa» al lado de Hollande, May y Renzi, compartiendo con ellos mesa, cubierto y, lo que es más importante, compromisos.
Con este encuentro, en su último viaje a Europa, Obama ha visitado –podríamos decir– al primero y al último de la clase.