Archivo de la categoría: IV Internacional

La Verdad n.º 116, Revista de la IV Internacional ya esta diponible

 Carta Semanal 1046 para descargar en PDF

Está en imprenta el n.º 116 de La Verdad, que contiene elementos clave para ayudar a comprender la complejidad del momento a escala mundial, comprensión imprescindible para el desarrollo del trabajo político en estos momentos.

Momento en el que, como afirma el Secretariado Internacional de la IV Internacional en su declaración del 14 de abril, publicada en este número:

«Los dirigentes del capital financiero están dispuestos a sumir a pueblos y naciones en la guerra, y a poner en solfa la soberanía de las naciones oprimidas, obtenida con tanto esfuerzo».

Este número de La Verdad contiene un homenaje al dibujante palestino Naji al-Ali, asesinado en Londres en 1987 de un tiro en la nuca. Sus personajes, en particular el niño Handala, se convirtieron en un símbolo de la lucha palestina y siguen siéndolo hoy.

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Declaración del Secretariado Internacional de la IV Internacional

Carta Semanal 1040 en catalán

Carta Semanal 1040 para descargar en PDF

Los anuncios de Trump sobre los aranceles atestiguan, ante todo, la crisis generalizada del capitalismo mundial y, en particular, de su eje, el imperialismo estadounidense.

El sistema de la propiedad privada de los medios de producción se ha agotado. Sus únicas soluciones, en todos los continentes y países, son atacar los derechos y garantías de los trabajadores y la soberanía de las naciones, provocando la guerra en Ucrania, el genocidio en Palestina y numerosos conflictos en África, Oriente y Asia. Según el presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca: «comercio y defensa están inextricablemente ligados: (el comercio mundial, principalmente representado en dólares) solo puede prosperar gracias al poder militar estadounidense, que garantiza nuestra estabilidad financiera y la credibilidad de nuestros préstamos». Cabe señalar que, al mismo tiempo que Trump toma estas decisiones «económicas», que marcan una verdadera convulsión mundial, presta un apoyo incondicional a B. Netanyahu que masacra al pueblo palestino y que pretende ser el garante del orden en toda esta región del mundo.

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Declaración del Secretariado Internacional de la IV Internacional 25 de enero de 2025: Tras la investidura de Donald Trump, ¿hacia dónde vamos?

En todo el mundo, los pueblos observan con preocupación las primeras decisiones, hechos y gestos del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y de su administración. No se trata solo de pasar página, aunque el demócrata Joe Biden haya dejado a su sucesor republicano una carta de lo más amistosa en el escritorio de la Casa Blanca. Es toda la crisis de dominación del imperialismo USA y del sistema capitalista, hasta ahora contenida en el marco de relaciones antiguas y desgastadas, la que está estallando sin contención y sin tapujos. 

Con un número récord de multimillonarios en su administración y una presencia masiva de las mayores fortunas del mundo (que representan entre todas 1,2 billones de dólares) en su toma de posesión, Trump y su gobierno se muestran abiertamente, sin barniz ni fingimiento, como lo que son: el consejo de administración del capital financiero norteamericano y «el depredador dominante», en palabras del miembro republicano de la Cámara de Representantes por Tennessee, Andy Ogles.

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Declaración del Secretariado Internacional de la IV Internacional: «De hecho, es una guerra mundial»

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El Secretariado Internacional de la IV Internacional, que nada más estallar la guerra de Ucrania tomó posición diciendo: «Ni Putin ni OTAN!», constata: La actual guerra de Ucrania se ha convertido, de hecho, en una guerra mundial. Los pueblos sufren ya sus consecuencias en todos los continentes. En nombre de la ‘economía de guerra’, tenemos lainflación, la subida de precios, la pauperización de cientos de millones de seres humanos. Esta guerra enfrenta el régimen de Putin con la OTAN, alianza ofensiva directamente capitaneada por el imperialismo estadounidense, no siendo las burguesías europeas más que un supletorio menor totalmente alineado con Washington. Con el riesgo, en cualquier momento, de salir por la tangente o de una provocación de consecuencias catastróficas para toda la humanidad.

Los objetivos de la guerra están claros: por un lado, el imperialismo estadounidense quiere poner a Rusia de rodillas, abriendo así el camino a la reconquista de las inmensas riquezas de ese país, petróleo y gas principalmente (y nadie ha olvidado lo que hicieron de Iraq so pretexto de las armas de destrucción masiva, ni las verdaderas razones de su destrucción: «Si Iraq produjese zanahorias, nunca habríamos ido allí», declaró entonces un responsable estadounidense); riquezas que solo pudieron valorizarse hace más de un siglo por la revolución de Octubre. Por otro lado, los objetivos de la guerra se apoyan en los restos descompuestos de la burocracia estalinista, de la que Putin pretende ser heredero y, al tiempo, síndico de su quiebra, en beneficio del sistema capitalista. Putin y sus amigos se juegan su supervivencia, según cuál sea el resultado de las operaciones sobre el terreno. De ahí la aventura criminal que fue la invasión de Ucrania el 24 de febrero de 2022. El imperialismo emplea medios ilimitados. El régimen de Zelinski solo se sostiene gracias a las decenas de miles de millones de dólares y las armas de última generación enviadas por Biden, sin límites, y por todos los gobiernos europeos. Esta guerra no es nuestra guerra. Con Karl Liebknecht, único diputado de la socialdemocracia alemana que en 1914 se negó a votar los presupuestos de guerra, afirmamos: «El enemigo está en nuestro propio país». Hoy resuenan voces como la de Luigi de Magistris, portavoz de la italiana Unión Popular, que declara: «No puedes decir por un lado que estás contra la guerra y por el otro votar el envío de armas y el aumento de los gastos militares»; o como la de la diputada Sahra Wagenknecht, que en su intervención en el parlamento alemán denuncia: «La idea de que podamos castigar a Putin hundiendo en la pobreza a millones de familias alemanas y destruyendo nuestra industria, mientras Gazprom hace beneficios récord, ¿no es el colmo de la insensatez? Hay que acabar con las desastrosas sanciones económicas».Nos negamos a enrolarnos en una supuesta guerra de los ‘demócratas’ contra ‘los autócratas’. Apoyamos sin reservas a los obreros y jóvenes de Rusia que rechazan la guerra y que tarde o temprano acabarán con Putin y su aparato policial. Es la tarea que les incumbe solo a ellos, y a nadie más. No nos contamos entre los que, en nombre de la ‘urgencia humanitaria’ organizan la injerencia en nombre de los Estados Unidos, que siempre desembarca en la guerra, como hemos experimentado en Somalia, Yugoslavia, Libia, etc. La suerte de los pueblos no puede depender de la OTAN y del imperialismo. Ya se forman bloques (por ejemplo, el encuentro China-Rusia). Es evidente el riesgo de un incendio mundial. Para nosotros, combatir contra la guerra es combatir al enemigo de clase, al imperialismo en general y en cada país, que, para ir hasta el fin de lo que emprendieron después de la revolución de 1919, luego con la ayuda del estalinismo y hoy con la de Putin, quieren aplastar al proletariado ruso. La lucha contra la guerra y el militarismo es indisociable de la lucha en cada país contra las medidas tomadas en nombre de la ‘economía de guerra’ (inflación, alza de precios, etc.), y en primer lugar contra la carestía de la vida, por la congelación de precios, por el aumento general de salarios. A partir de hoy, con efecto inmediato, todas nuestras organizaciones deben centrar su actividad de propaganda y organización en las consignas siguientes que se convierten en el eje de nuestra expresión política en todos los países:

1. Ante todo, en los países miembros de la OTAN, luchamos por salir de inmediato de la OTAN y de su mando integrado. Esto se impone en particular a nuestra sección francesa, dado que Francia es a la vez potencia nuclear y miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, y a nuestra sección alemana, siendo la base de Ramstein el centro del mando de todas las operaciones de la OTAN en Ucrania.

2. En todas partes donde hay bases militares de la OTAN (que son numerosas, en particular en Alemania, en España, en Italia, en Grecia, en Rumania, en Bélgica), combatimos por el cierre y desmantelamiento inmediato de esas bases, en la línea de lo decidido en el Encuentro Obrero Europeo de Madrid, contra la cumbre de la OTAN, el 25 de junio de 2022.

3. Estimamos que el interés de todos los pueblos de Europa, empezando por el pueblo ucraniano, pasa por desmantelar la OTAN.

4. Cómo han mostrado los estibadores italianos, luchamos por el cese inmediato del envío de armas a Ucrania.

5. En todos los países, exigimos el levantamiento inmediato de las sanciones, no solo las que golpean al pueblo ruso sino también las que atacan duramente a los pueblos de Venezuela, de Cuba, de Irán y de China. Esas sanciones, que desorganizan en particular todo el sistema de producción de energía ponen ya en grave peligro a varios sectores fundamentales de la industria europea (aluminio, siderurgia, etc.), el sector del transporte, y amenazan las condiciones de trabajo y de existencia de cientos de millones de trabajadores y jóvenes, en todos los continentes.

6 Hay que parar esta guerra ya, lo que pasa necesaria- mente por el alto el fuego inmediato.

7 Ese combate exige también restablecer todas las libertades democráticas y los derechos sindicales y políticos en Rusia y Ucrania, contra la política de Putin y de Zelenski, que en Rusia hace casi imposible la actividad de los sindicatos y que en Ucrania aprovecha la guerra para arremeter contra el Código Laboral.

8 ¡Ni un céntimo para los presupuestos de guerra! Recuperación inmediata de los presupuestos de sanidad, de educación, etc. Rechazamos los llamamientos a la ‘unión nacional’, a los ‘sacrificios’ exigidos por la economía de guerra. Combatimos en cada país a los gobiernos que toman la guerra como pretexto para desarrollar la inflación, el alza de precios, la pauperización.

La guerra en el corazón del continente europeo

 

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Las guerras e intervenciones militares imperialistas se desencadenan en todos los rincones del planeta, las exigencias del imperialismo principalmente estadounidense intentan aplastar a los pueblos bajo su talón de hierro, se expande el militarismo bajo los auspicios del imperialismo estadounidense, con el acuerdo estratégico de Biden con Australia y el Reino Unido con- tra China, con la colaboración estratégica de los Emiratos y el Estado de Israel contra el pueblo palestino, con el fortalecimiento y la extensión de la OTAN. En esta situación el desarrollo de la guerra en Europa es un nuevo elemento de la situación mundial cuyas consecuencias no pueden calibrarse en esta etapa.

Con la entrada en Ucrania de las tropas de la Federación de Rusia, vuelve la guerra al viejo continente, con su cortejo de muertos, heridos, poblaciones aterrorizadas por los bombardeos e intentando huir sin saber a dónde.

Una legítima emoción se manifiesta en todos los pueblos de todos los países ante las imágenes de bombardeos, refugiados y muertos. No habría peor cosa que dejarse arrastrar por las combinaciones políticas montadas deprisa y corriendo por los diferentes Gobiernos.

Ucrania fue liberada por la revolución de Octubre de 1917

Crecía desde hace meses la tensión entre Putin y Bi- den, el verdadero jefe de la OTAN, sobre la cuestión de la ampliación de la OTAN al Este y particularmente a Ucrania. Putin dijo que quería borrar Ucrania del mapa. Explicó que «la Ucrania contemporánea fue entera y totalmente creada por Rusia, por la Rusia comunista bolchevique. Ese proceso comenzó casi inmediatamente después de la revolución de 1917, y Lenin y sus camaradas actuaron de manera realmente poco delicada con Rusia: se apoderaron de ella, le arrancaron una parte de sus territorios históricos». Expresa con ello, a golpe de nacionalismo gran ruso, con su pasado de agente estalinista del KGB, toda su hostilidad a la revolución de Octubre. La historia común de Rusia y Ucrania se remonta al siglo X, cuando se fundó el primer imperio ruso en Kiev. Como otros muchos países de la región, los territorios ucranianos fueron ocupados por los mongoles, los polacos, más tarde el imperio ruso y el imperio austriaco se repartieron Ucrania.

La revolución de Octubre, al atreverse a expropiar al capital, permitió acabar con la «prisión de pueblos» que era el imperio zarista, situando a todos los pueblos en igualdad.

Como escribía Trotsky en 19391:

«El partido bolchevique había llegado no sin dificultades y poco a poco, bajo la incesante presión de Lenin, a hacerse una idea correcta de la cuestión ucrania- na. Lenin reconoció el derecho a la autodeterminación, es decir, el derecho a la separación, tanto a los polacos como a los ucranianos: no reconocía naciones aristocráticas. Consideraba como una manifestación de chovinismo gran ruso cualquier tendencia a eliminar o a diferir el problema de las nacionalidades oprimidas (…).

Según la concepción del viejo partido bolchevique, la Ucrania soviética estaba destinada a convertirse en un poderoso eje en torno al cual se unirían las demás fracciones del pueblo ucraniano. Es incontestable que, durante el primer periodo de su existencia, la Ucrania soviética ejerció una poderosa atracción también desde el punto de vista nacional y que despertó a la lucha a los obreros, campesinos e intelectualidad revolucionaria de Ucrania occidental, sometida a Polonia».

Pero la burocratización de la URSS, la constitución de la casta burocrática dirigida por Stalin, trajeron consigo una política reaccionaria, como explica Trotsky:

«Las restricciones, las depuraciones, la represión y, en general, todas las formas de bandidismo burocrático, no asumieron en ninguna parte un carácter de violencia tan mortífero como en Ucrania, en la lucha contra las potentes aspiraciones, profundamente arraigadas, de las masas ucranianas a más libertad e independencia».

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81 años después del asesinato de Trotsky, la IV Internacional prosigue su combate

(…) 81 años después, la IV Internacional continúa su lucha para ayudar a la clase trabajadora a plantear la cuestión del poder y poner fin al sistema de propiedad privada de los grandes medios de producción.

Winston Churchill, Primer-ministro conservador de Inglaterra, escribió más de una vez sobre   León Trotsky y deseó que tanto él como sus ideas muriesen y fueran olvidados por la Historia. Pero también se vio obligado   a reconocer que tal vez Trotsky y Lenin sobreviviesen en la Historia como los más conocidos personajes y líderes de la revolución rusa de octubre de 1917. El odio brutal del principal líder de la burguesía inglesa hacia el líder bolchevique se dirigía, en realidad, contra la revolución rusa, contra la clase obrera que osara asumir el poder, contra la revolución socialista mundial que asombraba a los capitalistas.     Ese mismo Churchill, como la mayor parte de la burguesía del mundo, elogiaba a Hitler y los nazis en los años 1930 por su capacidad para reprimir y aplastar a   la clase obrera     más poderosa de la época, la alemana.

Stalin fue más allá del odio y ordenó la ejecución de Trotsky. Todo el enorme aparato político de la Internacional Comunista, sus partidos, medios de prensa y dirigentes, y también la policía estalinista dentro y fuera de la URSS (el NKVD, la GPU) perseguirían de una manera implacable a Trotsky y a todos aquellos que se atreviesen a expresar su desacuerdo con la tiranía estalinista que se imponía. En Alemania, Stalin también ayudó a allanar el camino a Hitler dividiendo a la clase obrera alemana en 1933, impidiendo su unidad para derrotar al nazismo. El odio de la burocracia estalinista contra el revolucionario ruso – ex presidente del Soviet de Petrogrado en 1917 y creador del ejército Rojo –  tenía cómo diana a la democracia socialista y la posibilidad de una revolución en todo el mundo. Aferrada a sus privilegios cada vez mayores y a una dictadura cada vez más brutal contra la clase operaria y el pueblo soviético, la burocracia estalinista temía   a la revolución tanto como los capitalistas.

Para su gran acuerdo en defensa de la convivencia y la estabilidad con los capitalistas Stalin ofrecería el asesinato de Trotsky en 1940, pero antes buscó en plena década de los 1930 – cuando el mundo capitalista atravesaba una profunda crisis –acuerdos con la burguesía de los estados capitalistas principales. Se trataba de las políticas de colaboración de clases, o Frentes Populares, como fueron conocidas, y que, de hecho, colocaban a las organizaciones obreras en frentes controlados por los partidos de las burguesías. Esa política tuvo efectos desastrosos, por ejemplo, el de bloquear a la revolución española (1936-1939) o crear un frente con la burguesía francesa en el momento de ascenso de la lucha de clases en Francia.  La 3ª Internacional, tras capitular y no combatir al nazismo, se sometió completamente al control de los dirigentes nombrados de arriba abajo por Stalin y se convirtió en un apéndice de las maniobras diplomáticas de la política exterior de la URSS.

La Oposición de Izquierda y la IV Internacional

Tras el ascenso de Hitler en Alemania en enero de 1933, la Oposición Internacional de Izquierda pasó a defender la propuesta de construir una 4ª Internacional a partir de una orientación de frente único, llamando a la más amplia unidad de las organizaciones obreras para luchar contra el fascismo.  Las organizaciones dirigidas  por el estalinismo defienden en ese momento frentes amplios con las burguesías, que, en la práctica, en nombre de la “unidad” o de la “democracia”, obligaban y presionaban a los sindicatos, por ejemplo, a ceder en el terreno de los salarios, los derechos y las huelgas. En Brasil esa política se tradujo en la creación de la ANL (Alianza Nacional Libertadora) impulsada por el Partido Comunista (PCB) y que, al contrario de lo que decía su nombre, buscaba someter a la clase trabajadora brasileira a los objetivos de la burguesía. Em 1936 Trotsky está empeñado también en impulsar el “Movimiento por la 4ª Internacional”, tras el completo fracaso y burocratización de la III Internacional comunista que no desarrolló ninguna reacción a la derrota del movimiento obrero alemán ante el nazismo. Tras ser expulsado de Francia y de Noruega, y ser amenazado de deportación a la URSS (donde sería fusilado por Stalin), el gobierno de Lázaro Cárdenas en México ofreció asilo al viejo revolucionario ruso.  La herencia de la revolución mexicana (1910-1917) de Pancho Villa y Emiliano Zapata se hizo presente en ese gesto.

“La crisis de la humanidad se resume en la crisis de la dirección revolucionaria”

En los meses que antecederían a su muerte, Trotsky buscaba fortalecer a la recién fundada 4ª Internacional que se formara en 1938 daba sus primeros pasos. Como afirma su texto fundacional – el Programa de Transición – «la crisis de la humanidad se resume en la crisis de la dirección revolucionaria». las condiciones objetivas para la revolución socialista estaban dadas y era necesario construir una nueva dirección revolucionaria. Sin el socialismo, la humanidad estaría amenazada de ser arrastrada a la barbarie por la permanencia del capitalismo. la barbarie estaba bien próxima. la Segunda Guerra mundial (1939-1945) que mataría a decenas de millones de seres humanos en los años siguientes estaba a punto de comenzar. Trotsky señaló en sus últimas notas escritas poco antes de su asesinato:  «La Segunda Guerra Mundial pone sobre la mesa la cuestión de un cambio de régimen de manera más imperiosa y urgente que la Primera.  Es, sobre todo, una cuestión de régimen político.  Los obreros saben que la democracia naufragó en todas partes, y que el fascismo los amenaza incluso allí donde es inexistente. La burguesía de los países democráticos va, naturalmente, a utilizar este miedo al fascismo por parte de los obreros, pero, por otro lado, el fracaso de las democracias, su desmoronamiento, su dolorosa transformación en dictaduras reaccionarias, obligan a los obreros a plantearse la cuestión del poder y los hace responsable de responderla. (…). Churchill y Stalin temían las sacudidas de la conjuntura internacional y a su inestabilidad política. Temían que se repitiese lo que ocurriera al final de la Primera Guerra (1914-1918), la explosión de las masas populares y las revoluciones. Esa era la apuesta de Trotsky y de la 4ª Internacional. El estalinismo se convirtió en un auxiliar de la estabilidad internacional, a pesar de todas las apariencias en contrario. Y el final de la guerra en 1945 llevó de nuevo a millones a las calles en una ola revolucionaria anticapitalista que barrió todo el planeta. Ni Getúlio Vargas, en Brasil, escapó a ella.  Tras la destrucción final de la Internacional Comunista en 1943 y tras los acuerdos de Yalta y Postdam al final de la Segunda Guerra. La victoria contra el fascismo de Hitler y Mussolini sólo fue posible porque existió la revolución de octubre de 1917, que pudo transformar a la Rusia rural y atrasada en una potencia industrial a través de la planificación económica socialista, con la eliminación de la propiedad privada de los medios de producción. el objetivo del aparato estalinista eliminando a Trotsky era el de liquidar todo hilo de continuidad de la Revolución de octubre de 1917, su herencia y su ejemplo. El asesinato de Trotsky ocurrió entre los días 20, cuando sufrió un atentado en su casa, y 21 de agosto, en que murió en un hospital de la ciudad de México.

81 años después, la IV Internacional prosigue su combate para ayudar a la clase a plantearse la cuestión del poder y  poner fin al sistema  de la propiedad privada de los grandes medios de producción.

Everaldo Andrade

Publicamos LA VERDAD nº 105 – abril de 2020

Sumario de La Verdad nº 105

  • Notas Editoriales. El virus, la pandemia y el capitalismo
  • Notas desde Francia. Por Jacques Buisson
  • Chile – el barril de pólvora ha explotado. Por Misa Boito – Anexo 1 – Carta de los Cordones Industriales al presidente Salvador Allende – Anexo 2 – Septiembre de 1973 sobre las enseñanzas de Chile. Por Piere Lambert
  • Líbano-Irak: el significado del levantamiento de los pueblos y sus perspectivas. Por François Lazar
  • Centralización y concentración del capital en la era del imperialismo. Por Xabier Arrizabalo y Henry Halphen con la colaboración de Marius McPherson y Christian Delage.
  • Clima, destrucción del medio ambiente y lucha de clases. Por Marius McPherson
  • Las guerras imperialistas de hoy. La estrategia del caos

El virus, la pandemia y el capitalismo

Notas editoriales de La Verdad nº 105 – abril de 2020

La humanidad se encierra. En el momento en que escribimos, 15 000 muertos, millones de personas contagiadas, 2 600 millones confinados como en la Edad Media. Después de Europa y algunos países de Asia, y después de una parte de los Estados Unidos y Sudáfrica, la India acaba de decidir el confinamiento de 1 000 millones de ciudadanos. ¿Cómo no ver en esta decisión la creación de un vasto campamento en el que morirán muchos indios? ¿E Irán y Venezuela bajo el embargo? ¿Y el pueblo palestino «confinado» en el campamento que es la franja de Gaza, sometida también al embargo? Y en todas partes, servicios sanitarios que explotan… La pandemia de coronavirus provoca un verdadero seísmo en el mundo entero. A la crisis sanitaria se suma una crisis económica y social. El capital amenaza con destruir a toda la humanidad.

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La Verdad nº 103 está ya disponible

(Publicado en la Carta Semanal 753 – ver en catalán)

Os invitamos a leer La Verdad nº 103

Honduras, Ecuador, Chile, Hong Kong, Líbano, Irak, Argelia… casi cada día tenemos noticias de un pueblo que se rebela contra la situación insoportable a que le lleva el sistema basado en la propiedad privada de los medios de producción y el pillaje imperialista. A menudo son rebeliones sin una dirección ni una organización que las conduzca a una salida política.

En estas condiciones, son miles los militantes que necesitan una información, desde su punto de vista de clase, que buscan una explicación de qué sucede, una orientación.

La revista teórica de la IV Internacional no pretende tener todas las respuestas. Tan sólo busca, partiendo de nuestra orientación, ayudar a abrir el debate que necesitan los militantes. Animamos a todos y todas no sólo a leerla, sino, por encima de todo, a debatir sobre sus contenidos.

La publicación trimestral de la revista teórica de la IV Internacional, editada simultáneamente en cinco lenguas (francés, inglés, español, portugués y alemán), es una conquista y materializa los progresos realizados en la actividad centralizada de la IV Internacional y de sus secciones.

Publicando aquí una presentación del contenido de los diferentes artículos que constituyen el sumario de este número, queremos ayudar al conjunto de los militantes a preparar así su discusión y a organizar una difusión ampliada.

Revisamos brevemente el sumario de este número de 60 páginas.

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