(Publicado en la Carta Semanal 554)
Hace unos días se hacía pública la última encuesta del CIS que daba como ganador relativo de las elecciones del 20 de diciembre al PP, con una previsión de voto del 28%. Un resultado que contrasta con la popularidad de Mariano Rajoy, estimada en un 3,3 sobre 10.
Aunque en parte esa previsión se debe a la “cocina” del CIS, y a pesar de que se le atribuye la pérdida de un tercio de sus votos, el PP puede darse por satisfecho con estas proyecciones. Hace un año nadie hubiera osado pronosticar que un gobierno odiado por la inmensa mayoría pudiera ganar las elecciones. Si hoy puede hacerlo no será por méritos propios del gobierno Rajoy.