A propósito de la Revolución Cubana (VIII)

Capítulo 8

Revolución permanente en Cuba

La entrada de los guerrilleros en La Habana, en plena huelga general y en un ambiente de movilización delas masas urbanas, consagra la victoria de la revolución. El 21 de enero se manifiestan en La Habana más de un millón de personas en defensa de su soberanía, en respaldo al castigo a los criminales batistianos y en apoyo a la revolución triunfante.

El nuevo gobierno se propone en principio no ir más allá de las medidas expresadas en el Programa del Moncada, el Manifiesto de Sierra Maestra y el Pacto de Caracas: medidas democráticas, restauración de la constitución burguesa de 1940, depuración del aparato del estado de Batista, reforma agraria con indemnización a los propietarios y nacionalización de algunos monopolios. Pero el estado burgués descompuesto está herido de muerte.

El 7 de febrero se aprueba la Ley Fundamental de la República, que restauró la Constitución de 1940, introduciendo cambios mínimos correspondientes a la nueva situación del país, como el otorgamiento del poder legislativo y facultades constituyentes al Consejo de Ministros. Fue nombrado presidente Manuel Urrutia Lleó, un ex-magistrado que había votado contra la condena a los rebeldes del Granma que habían sido apresados. Urrutia expresaba a los sectores burgueses y terratenientes que fueron rompiendo con Batista y simpatizaban con el M-26. Se forma un gobierno de “unidad nacional democrática”, en el que es Primer ministro Miró Cardona, un hombre de confianza del Departamento de Estado norteamericano. La inmensa mayoría de la burguesía latinoamericana, con los gobiernos de Frondizi (Argentina) y Betancourt (Venezuela) a la cabeza, celebran el triunfo de Castro. El gabinete de los rebeldes incluía a políticos burgueses como el primer ministro, José Miró Cardona; el presidente del Banco Central, Felize Pazos; el ministro de construcción, Manuel Ray, y a otros cubanos prominentes que no eran miembros del ejército rebelde.

Comenzaron entonces las medidas anunciadas en el Programa del Moncada. Fueron intervenidas la Cuban Telephone Company y otras empresas extranjeras, se dictan rebajas a las tarifas telefónicas y eléctricas, en los precios de los alquileres de las viviendas y de los medicamentos. En mayo, se firmó la Ley de Reforma Agraria en La Plata (Sierra Maestra), lo que provoca el choque con Urrutia .

La aplicación de este programa tiene dos consecuencias inmediatas: en primer lugar, buena parte de las tierras entregadas a los campesinos pertenecen a propietarios de los EE.UU. (recordemos que el 47% de las tierras cultivables estaban en manos de compañías norteamericanas), como son empresas USA las compañías de teléfonos (Cuban Telephone Company) y electricidad que son nacionalizadas. Por tanto, el gobierno de los EE.UU. comienza a oponerse a las medidas llevadas a cabo por la revolución, y anima la resistencia contra ellas. Sus peones en el gobierno se suman a estas acciones, lo que hace que el presidente Urrutia sea destituido y el Consejo de Ministros designa en la presidencia a Osvaldo Dorticós Torrado.

En segundo lugar, las masas obreras y campesinas, movilizadas a la caída de Batista, intervienen en la situación. Así, el 26 de julio – el aniversario del asalto al cuartel Moncada – más de un millón de personas, entre ellos miles de campesinos, se reunieron en La Habana para celebrar la proclamación de la Ley de Reforma Agraria.

Cada paso delante de la revolución provoca la oposición de sectores de la antigua oposición burguesa a Batista y nuevas medidas de boicot de los EE.UU., pero también se produce una movilización revolucionaria de las masas que derrota a la oposición burguesa y ala vez toma medidas prácticas que hacen ir al gobierno de Castro más adelante. Las páginas de Trabajo, la revista del Ministerio de Trabajo, muestran la existencia de miles de expedientes, demandas hechas por los obreros cubanos en 1959 y 1960. Algunas de esas demandas son muy concretas –destitución de tal o cual directivo que había colaborado con la policía secreta de Batista- pero otras muchas piden simplemente la “intervención” (nacionalización) de la empresa. En la mayoría de los casos los obreros de la empresa realizan por su cuenta la nacionalización nombrando un administrador salido de sus filas. Otras veces, se ven obligados a hacerse cargo de empresas abandonadas por su dueños, que las descapitalizan (La burguesía cubana empieza a abandonar la isla, junto con sectores de la élite intelectual. Desde el mismo año 1959 ha comenzado una fuerte corriente migratoria de Cuba hacia Estados Unidos que en los primeros años priva al país del 50% de los médicos y maestros). El mismo procedimiento de movilización obrera se da en las nacionalizaciones ordenadas por el gobierno. De este modo, una revolución obrera comienza a desarrollarse.

Las multinacionales americanas y el gobierno de los EE.UU. provocan nuevos enfrentamientos con el gobierno de Castro. En mayo de 1959, las refinerías de petróleo que operaban en Cuba, pertenecientes a compañías de EE.UU., se niegan a vender petróleo o a facilitar buques cisterna para su traslado. También se niegan a procesar el petróleo comprado a la Unión Soviética. La URSS envía por barco el petróleo necesario para mantener funcionando la industria (1). Para poder mantener el funcionamiento de la economía cubana, el 16 de junio Cuba nacionaliza las refinerías de petróleo. El 6 de julio, el presidente Eisenhower, en represalia a las medidas del gobierno cubano contra las petroleras yanquis, cancela parte de la cuota de importación del azúcar cubano.

En agosto se reúne en Costa Rica la OEA, que, por instigación de los EE.UU., denuncia “la intervención o amenaza de intervención, aún cuando sea condicionada, de una potencia extracontinental en asuntos de las repúblicas americanas”, en una alusión evidente a la URSS. Desde La Habana se responde con la Primera Declaración de la Habana, de fuerte contenido antiimperialista, en la que “condena, en fin, la explotación del hombre por el hombre, y la explotación de los países subdesarrollados por el capital financiero”. El 19 de octubre, el Departamento de Comercio de EE.UU. prohíbe por primera vez el embarque de numerosos productos hacia Cuba, intentando paralizar su industria por falta de materias primas y repuestos. En diciembre, se suspende la cuota azucarera cubana en el mercado yanqui. La URSS y los países del COMECON (acuerdo comercial de la URSS con los países de Europa del Este que dominaba) hacen un acuerdo para comprar el azúcar a un precio preferencial. El 8 de enero de 1960 EE.UU. rompe relaciones con Cuba y el 31 de marzo queda totalmente suprimida la cuota de azúcar cubano que compraba EE.UU.. Los diversos gobiernos proimperialistas de Latinoamérica se suman a la campaña de los EE.UU.: en enero, Cuba es expulsada de la OEA. Poco después rompe relaciones diplomáticas con Cuba el gobierno argentino de Frondizi. El 24 de enero, el Departamento del Tesoro yanqui anuncia que se prohíbe la entrada en EE.UU. de cualquier producto elaborado, en todo o en parte, con productos de origen cubano aunque fuesen fabricados en cualquier otro país. El 3 de febrero, Kennedy, recién elegido presidente de los EE.UU., decreta un embargo total al comercio de EE.UU. con Cuba. El 6 de febrero, la Casa Blanca, buscando un bloqueo total, anuncia que las mercancías compradas con dinero del gobierno norteamericano no serían embarcadas en naves de bandera extranjera que hubieran mantenido tráfico comercial con Cuba después del 1º de enero de ese año.

A las medidas económicas se suman medidas militares. Los gobiernos de los EE.UU. organizan la lucha de antiguos militares de Batista contra el gobierno revolucionario cubano. Las montañas del centro y occidente del país se llenaron de bandidos armados y financiados por la contrarrevolución exiliada en los EE.UU. Este fuerte movimiento contrarrevolucionario llega a tener guerrillas en todas las provincias del país aunque fueron particularmente fuertes en la Sierra del Escambray, en la región centro-meridional de la isla, que no serán derrotadas definitivamente hasta finales de 1965. El gobierno de Castro ha de responder a la contrarrevolución armada y se crean en 1959 las Milicias Nacionales Revolucionarias y en 1960 los Comités de Defensa de la Revolución, que también se convierten en elementos de control de la población cubana.

En abril de 1961 exiliados cubanos armados y entrenados por Estados Unidos (alrededor de 1.500 hombres) realizan un desembarco en Bahía de Cochinos (Playa Girón, en Cuba) que es derrotada en 3 días por las fuerzas gubernamentales. En ese mismo abril de 1961 Fidel Castro declara el carácter socialista de la Revolución Cubana.

La acción revolucionaria de las masas y la necesidad de enfrentarse a las acciones del imperialismo USA contra la revolución han llevado al gobierno de Fidel Castro a avanzar en la vía de expropiación del capital, única salida que tenía para sobrevivir. En efecto, un gobierno revolucionario en un país semicolonial como Cuba sólo podía desarrollar su programa de transformación democrática y de reformas sociales mínimas enfrentándose al imperialismo y dando pasos hacia la expropiación del capital.

30 años antes de la revolución cubana, León Trotsky escribía en su libro “la Revolución Permanente”: “los objetivos democráticos de las naciones burguesas atrasadas, conducían, en nuestra época, a la dictadura del proletariado, y que ésta ponía a la orden del día las reivindicaciones socialistas (…)la teoría de la revolución permanente venía a proclamar que, en los países atrasados, el camino de la democracia pasaba por la dictadura del proletariado. Con ello, la democracia dejaba de ser un régimen de valor intrínseco para varias décadas y se convertía en el preludio inmediato de la revolución socialista, unidas ambas por un nexo continuo. Entre la revolución democrática y la transformación socialista de la sociedad se establecía, por lo tanto, un ritmo revolucionario permanente.” Y más adelante añadía que “Con respecto a los países de desarrollo burgués retrasado, y en particular de los coloniales y semicoloniales, la teoría de la revolución permanente significa que la resolución íntegra y efectiva de sus fines democráticos y de su emancipación nacional tan sólo puede concebirse por medio de la dictadura del proletariado, empuñando éste el poder como caudillo de la nación oprimida y, ante todo, de sus masas campesinas”.

(1) Situémonos en el contexto histórico: nos encontramos en pleno periodo de la guerra fría. Cuando estalla la crisis entre Cuba y los Estados Unidos, Cuba se dirige el gobierno de la Unión Soviética. La burocracia decide “ayudar” a Cuba, no situándose en el cuadro de la defensa de los intereses de la revolución cubana y de la revolución en América latina, sino en el cuadro de la coexistencia pacífica con el imperialismo, utilizando a Cuba como un peón en sus negociaciones con los Estados Unidos.

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